La oposición venezolana está unida por un punto neurálgico: el conflicto. Se ha tratado por todas las vías de hacer estallar el sistema social. Se ha pintado al Presidente Nicolás Maduro como un déspota. A Venezuela se la ha atacado por todos los flancos. Los laboratorios internacionales de guerra sucia que operan en EE.UU. han intentado por todas las vías de destronar al Presidente Constitucional de la República. No ha habido delito del cual no se le haya acusado. Internacionalmente se nos ha presentado como un país violador permanente de los Derechos Humanos.
Este chantaje les ha costado millones de dólares a los gringos.Tanto la comunidad económica Europea como Norteamérica –poseen en América Latina agentes tarifados que están dispuestos a todo con tal de derrocar a Maduro y a los gobiernos progresistas de esta parte del mundo. Los ideólogos de los imperios han entendido que las riquezas de nuestros países son suyas. Los gringos estaban habituados a poner y quitar gobiernos si no se seguían sus instrucciones. La vía utilizada para someternos ha sido la invasión, lo hicieron con República Dominicana cuando derrocaron el mandato progresista del Presidente Juan Bosch. Las instituciones militares de nuestras naciones han sido infiltradas con militares cipayos al servicio del Pentágono y garantes de mantener la dominación.
Los movimientos nacionalistas y defensores de la nacionalidad eran reprimidos. La Escuela de las Américas formaba a los militares latinoamericanos como sirvientes de los poderes imperiales. Sus egresados eran expertos en tortura, asesinato, represión, sicariato.
Se utilizaba la figura del líder militar totalitario para vulnerar los Derechos Humanos, son muchos los casos que podemos nombrar, entre ellos a Rafael Leónidas Trujillo (Chapita), quien en todo momento estaba dispuesto a conculcar los Derechos Fundamentales de su pueblo. La velocidad con la cual hizo su carrera este gorila no tuvo par. Él fue el producto de los valores de una Guardia Nacional creada por gringos en 1930 para arrodillar la insurgencia, se formó una generación de gobernantes anticomunistas, corruptos y vende patria, cuya características básicas era el servilismo hacia los gringos.
La injerencia extranjera se moldeo preparando unas fuerzas armadas dispuestas a utilizar el hecho contumaz y la violencia para imponer sus caprichos, no importaban los pueblos para estos militares. En el caso de Venezuela los gringos sacan del poder en el año 45 al Presidente Isaías Medina Angarita por haber osado pensar imponer la fórmula del fifty-fifty para la comercialización del petróleo venezolano. Se había impuesto en Venezuela el criterio de orden-obediencia hacia los EE.UU. . A partir de ese momento acceden al poder una serie de gobiernos entreguistas: Marcos Pérez Jiménez, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera y pare de contar, cuyo único fin era ser lacayos del próspero EE,UU,, cuyo lema, sentido y norte político era la sentencia de Monroe: América para los americanos.
Esa filosofía que se levantaba con la certeza de que Venezuela era el patio trasero del coloso del Norte, no calaría en un país que ha tenido una vocación levantisca e insurgente. Los héroes Libertadores prepararon nuestras milicias y nuestras fuerzas de resistencia prácticamente de la nada, finalmente América Latina logra salir del Imperio Español, que nos había avasallado durante 300 años. Conquistada la libertad nuestros ejércitos continuaron batiéndose en aras de la justicia y por la equidad. Uno de los elementos centrales de la conformación de nuestra geografía espiritual ha sido la generación de un sentimiento identitario y de pertenencia que haría fracasar cualquier intento de ocupación y de entrega del país. En la primera década del siglo XX, el gobierno de Cipriano Castro luchó contra el bloqueo que nos impusieron ingleses, alemanes y holandeses.
Aquel pequeño país atrasado, con una marina destartalada, resistió con valentía el desaforado intento y violación de nuestra soberanía. La proclama de Cipriano Castro contra el bloqueo de nuestros puertos y la presencia de su planta insolente, mostraba a las claras el carácter nacionalista de un pueblo que estaba dispuesto a todo por defender el territorio. La transgresión de nuestro suelo por potencias extranjeras no sería aceptada. Aquel pequeño país no se iba a someter a los abusos de los imperios. Venezuela ha estado en el foco malévolo del imperialismo. El territorio venezolano fue mutilado por Inglaterra en laudos arbitrales que nos arrebataron El Esequibo. Por todas las vías se ha tratado de quebrar nuestro gentilicio. Los imperios tratan de atizar nuestras diferencias con la República Cooperativa de Guyana a los fines de desatar una guerra que nos muestre como un país agresor, los objetivos son claros, acelerar una invasión de nuestra Nación. En el mar Caribe constantemente naves norteamericanas violan nuestras aguas territoriales para propiciar altercados con nuestras fuerzas militares. La provocación se ha convertido en un hecho constante con una nación como Venezuela que busca desmarcarse de países como Colombia gobernada por una oligarquía que ha renunciado a su propia soberanía, y que busca permanentemente favorecer una política de guerra hacia muestro país.
Las armas de la derecha ultramontana han intentado por todos los medios desarticular la Patria. Sectores desestabilizadores de la oligarquía colombiana en 2004 ordenaron atacar a Miraflores, el objetivo era asesinar a Hugo Chávez, este hombre era un enemigo del imperio pues había logrado despertar la conciencia revolucionaria del pueblo venezolano, aproximadamente unos 154 colombianos armados arribaron a Venezuela con el objetivo de deponer al gobierno legítimo de Chávez. Desde la finca Daftari se planificó la felonía, este golpe militar extranjero fue abortado por nuestras fuerzas armadas.
Las agresiones militares que se han orquestado contra el gobierno socialista han sido realizadas con arreglo a fines, se trata de saquear nuestras riquezas minerales. Para llevar adelante sus proyecos se hacen acompañar de unos medios de comunicación palangristas que no hacen otra cosa que deformar la situación que vive el pueblo venezolano. La violación de nuestros Derechos Humanos ha sido flagrante, EE.UU., ha prohibido comercializar con Venezuela alimentos, medicinas, y repuestos necesarios para refaccionar nuestros aviones y la industria petrolera. El Banco Británico se ha negado a repatriar nuestro oro, utilizan el argumento que Maduro no es el Presidente de Venezuela. Esta acción despiadada ha entrabado comprar las vacunas contra la COVID 19.
Los argumentos imperiales son inusitados, el finalizado gobierno de Donald Trump ordenó decomisar en alta mar la gasolina que Venezuela había comprado a Irán. Lo desconcertante de esta situación es que el imperio tiene sus cómplices reconocidos en Juan Guaidó, Julio Borges, Leopoldo López y muchos otros que no han hecho más que lesionar nuestra soberanía, y propiciar el constante sabotaje contra el sistema eléctrico. Las políticas irresponsables de la oposición golpista no escatiman esfuerzos para hacernos colapsar.