"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

La ignominia de un hecho cotidiano que Michelle Bachelet ignora impunemente

Los presidentes matanzas Uribe-Duque laceran la nación colombiana con las continuadas masacres de mujeres y hombres.

En menos de tres meses han acontecido 22 masacres públicas: seis en el mes de enero, ocho en febrero, y ocho antes de finalizar el mes de marzo.

La escalada de esa barbarie, hasta ahora impune, es registrada con un título que le normaliza: “Nueva masacre”. La impunidad se expresa en notas de prensas escritas o leídas por radio o televisión que siempre reflejan la declaración oficial de los envalentonados criminales que gobiernan en Colombia.

El detritus Duque alucinó que tan excesiva perversidad podría implantarla en Venezuela y presumió de incursiones del ejército colombiano en el territorio sagrado de Venezuela: y la Operación Escudo Bolivariano le rebajó el copete inmediatamente.

Y la FANB le propinó un toque de tolerancia cero, una prueba de fuego insuperable para el bastardo que oficia de mandadero de los gringos. El paso en falso del detritus en la zona fronteriza con Colombia, en el estado Apure, radica en que se enfrenta a una fuerza ética y política que militarmente es superior.

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