"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

¿Qué pasó el 23 de enero de 1958?

Hace 61 años el 23 de enero de 1958 fue derrocado el régimen dictatorial del General Marcos Pérez Jiménez por un movimiento popular a través de una insurrección cívico-militar liderizado por la Junta Patriótica que comandaba el periodista Fabricio Ojeda militante de URD, Guillermo García Ponce, militante del Partido Comunista de Venezuela (PC V) Silvestre Ortiz Bucaran militante de Acción Democrática (AD) y Enrique Aristiguieta Gramcko militante de COPEI, Movimiento de Unidad Nacional que se desarrolló por iniciativa de una táctica justa de unidad nacional formulada por el PCV a mediados de 1956.

En el contexto regional latinoamericano y caribeño a mediados de los años 50 del siglo XX pasado se generaliza la resistencia de los pueblos a las regiones dictatoriales militares apoyados por el imperialismo yanqui como fueron los gobiernos del General Rojas Pinilla en Colombia, Batista en Cuba, Chapita Trujillo en Santo Domingo,  Zurosa en Nicaragua, Odría en Perú, etc.

La resistencia anti dictatorial en Venezuela se acelera en virtud de diversos acontecimientos que se desarrollan: malestar económico en la población y deudas a los sectores burgueses del sector construcción, paro universitario indefinido del 21 de noviembre de 1957, pastoral laboral de Monseñor Arias y protestas de la iglesia, plebiscito fraudulento del 15 de diciembre de 1957 para ratificar al dictador Pérez Jiménez, levantamiento militar en Caracas y Maracay de los militares Coroneles Hugo Trejo, Martin Parada y Evencio Castellano el 1° de enero de 1958 y la creencia de la Junta Patriótica y el llamamiento a huelga general indefinida para los días 21, 22 y 23 de enero de 1958 que debilitaron política y militarmente al régimen y Pérez Jiménez huyo a Santo Domingo; antes habían salido del país Pedro Estrada, jefe de la tenebrosa Seguridad Nacional el doctor Lauriano Vallenilla Lanz Ministro de Relaciones Interiores y el Ministro de la Defensa Rómulo Férnandez preso por conspirar a última hora.

Se da el agotamiento y pérdida de vigencia histórica del modelo dictatorial militarista de dominación.

Con el vacío de poder que deja la dictadura, la Junta Patriótica no tuvo una estrategia de poder coherente expresado en un programa de lucha antiimperialista para el nuevo período de luchas democráticas que se iniciaban en el país y asume la iniciativa política la burguesía que transitó de nuevo de la dictadura militar de régimen democrático, representativo liberal burgués y ello no significó una alteración del orden de dominación imperialista.

Los líderes Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba recomponen la representación política del bloque burgués y aíslan la insurrección popular y desprestigian a la Junta Patriótica y fortalecen a los partidos, se concreta el pacto  sindical-patronal la democracia eleccionaria, el Pacto de Punto Fijo el 31 de octubre de 1958 que sustentó el proyecto hegemónico, se mantiene el rentismo petrolero y el populismo del trienio de 1945-1948 y queda bloqueada la movilización popular y la unidad nacional bandera histórica del pueblo venezolano.

La izquierda radical denuncia la inviabilidad política del pacto burgués y parte de ella asume el proceso de lucha armada de la década pero ya era tarde y llegó la noche trágica del Betancurismo y la izquierda es derrotada, una vez más, por las carencias teóricas, políticas y organizativas y ausencia de mando único frente a una realidad histórica, compleja y exigente.

El triunfo de la revolución cubana de Fidel Castro influyó en el proceso de lucha armada no sólo en Venezuela sino en toda la América Latina con movimientos guerrilleros urbanos y rurales que fueron dominados salvo en Nicaragua donde triunfó la revolución sandinista en julio de 1979.

Los mejores se quedaron en el camino y hoy son héroes de nuestro procesorato civil militar en la larga lucha de la resistencia por la independencia, la igualdad y la libertad que no ha concluido aún.

El Puntofijismo fue un régimen autoritario y delictual, nada democrático como lo señaló la historia de hoy, más allá de los acuerdos del Puntofijismo y la irracionalidad del escualidismo.

Con la retoma del ideario Bolivariano y el liderazgo del Comandante Chávez en 1998-1999, iniciamos como pueblo en el siglo XXI un período verdaderamente popular, democrático, unitario que nos conducen a las circunstancias políticas de la Venezuela Bolivariana de hoy, 2019 con el presidente Maduro al frente y en medio de un asedio imperialista yanky.

Nunca en nuestra historia republicana donde se han agudizado las dos contradicciones históricas, la Imperio-Nación y la Capital-Trabajo, las cuales tienen salida con Revolución Bolivariana construyendo y fortaleciendo la República Bolivariana de Venezuela como base soberana y libre de resistencia antiimperialista y con el rumbo al Socialismo Bolivariano del Siglo XXI y articulada democráticamente a los pueblos de la región con la idea de la Patria Grande es América y los Estados Aliados Independientes del Mundo y sus Pueblos.

Nos corresponde como militantes de las rojas auroras, como organización, como clase trabajadora, como pueblo, como nación venezolana, latinoamericana y caribeña enfrentar y derrotar a este otro imperio, como si fuera ayer, nada más y nada menos que el imperialismo yanky, para que seamos plenamente libre de toda dominación y explotación.

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