“Nunca la oligarquía venezolana, nunca el imperio estadounidense nos aceptaran” Hugo Chávez Frías
Recordada frase del Comandante vigente como nunca. Muestra de ello, los intereses irreconciliables dominantes en este lado del globo terráqueo frente al deber ser geopolítico mundial y continental. Los de las élites económico/políticas mandantes y sus lacayos en pro de la continuidad de la hegemonía global estadounidense, y los de gobernantes y organizaciones populares progresistas, defensores de la soberanía y la autodeterminación de las naciones de América Latina y el Caribe, promotores de su participación conjunta en un nuevo orden mundial multipolar, armónico y solidario.
Posiciones histórica y estructuralmente irreconciliables generadoras en las últimas décadas de guerras de nuevo corte, híbridas y asimétricas, puestas en práctica por el hegemón contra gobernantes y pueblos dispuestos a defender su soberanía y sus recursos. Guerras que según lo señalado por la investigadora y politóloga Helena Argirakis -entrevistada por la polifacética Cris Gónzalez,en El Taller del Correo del Alba del lunes 26 de julio- abarcan cuatro etapas de corte claramente militar, aún cuando las iniciales no lo parezcan:
– La primera, centrada en la guerra económica, financiera y comercial, acompañada de una intensísima difusión mediática de falsedades y de predicas educativas y religiosas destinadas a desprestigiar al país y sus gobernantes y a promover eventos callejeros, parlamentarios o judiciales ilegítimos con el fin de carcomer las bases del gobierno y mitigar las reacciones populares ante acciones golpistas presentadas como necesarias e inevitables.
– La segunda, transmilitar: cibernética, diplomática ¿sanitaria?, aliñada por el espionaje, la captación y la infiltración de “civiles” en en posiciones estratégicas para atemorizar y paralizar a los pueblos, y conquistar conciencias o territorios
– La tercera claramente militar : la confrontación bélica entre Estados
– Finalmente, la cuarta, la nuclear, que esperemos nunca ocurra
Destacando también que a diferencia de los países de Medio Oriente, atrapados entre la segunda y tercera etapa, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Perú, Haití y las demás naciones latino-caribeñas objeto de agresiones imperiales en este momento, estamos atrapadas entre las dos primeras. Lo cual contribuye a una no percepción o a una percepción discontinua y confusa del estar en guerra y de los ataques del enemigo.
Confusión que puede y debería aclararse periódicamente con partes de guerra oficiales sobre el desarrollo de las agresiones, así como sobre las medidas tomadas o por tomar para enfrentarlas. Ello acompañado por una campaña informativa y formativa permanente, adecuada a distintos niveles educativos, sobre la geopolítica mundial, sobre la política exterior del gobierno estadounidense y sobre las actuaciones de sus agentes continentales y locales.
Imposible defenderse de quien no se conoce.
Venceremos