Perdí la cuenta del número de veces que estuve en la Estación Experimental de la UCV “El Laurel”, que lleva el nombre del docente-investigador, Jaime Henao Jaramillo, era otro portento al que valía la pena ir, tan cerca de Caracas, apenas a 5 kilómetros, en la Cortada del Guayabo, Municipio Guacaipuro, en el Estado Miranda.
A pesar de estar próxima a la Capital, gran parte de la Comunidad Universitaria desconocía su existencia y algunos quizás la habían oído nombrar, pero nunca llegaron a visitarla en su esplendor.
Cuando teníamos que cubrir como periodistas actividades académicas que allí se realizaban (Seminarios-Conferencias- Simposia etc.), nos peleábamos por esa cobertura, sólo por disfrutar del agradable clima, sus instalaciones, saborear el café que allí se producía y recorrer los bosques pinos y otras plantas que allí integraban casi las quinientas hectáreas, de extensión que poseía.
Justamente, uno de los servicios que prestaba la Estación Experimental “El Laurel”, era para actividades académicas, porque alejados del mundanal ruido de Caracas y de la Ciudad Universitaria, allí podíamos concentrarnos y aislarnos para debatir temas de interés para la el mundo universitario.
Creo que la última vez, que estuve allí, fue con el Profesor Adolfo Herrera, cuando se desempeñaba como Director de la Escuela de Comunicación, para discutir y analizar los pensa de nuestra Escuela y otros temas de interés, para lo cual invitó cordialmente a varios docentes de Comunicación Social. Adolfo en varias oportunidades utilizaba esas instalaciones para cordializar y discutir temas de interés gremial-estudiantil.
En varias oportunidades, acompañado de reporteros gráficos de la Dirección de Información de la UCV, en un recorrido perimetral que pudimos hacer en momentos de receso de las actividades docentes, apreciamos que vecinos del sector comenzaban a utilizar los terrenos de la estación para construir viviendas y hacer sembradíos, afectando a la propiedad de la UCV, todo, por la falta de vigilancia institucional, y tuvimos la oportunidad de informar sobre estas irregularidades.
Pero la falta de atención de las autoridades centrales fue incrementándose, el descuido se fue enseñoreando sobre la Estación y la falta de un presupuesto para continuar con la importante labor investigativa que allí se realizaba, dio la estocada final al “Laurel”
Se comenzó por desmantelar las Estaciones Experimentales que allí estaban, propiedad de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Se desmantelaron para preservar las estructuras, la inoperatividad llevó a su paralización total y la falta de una gestión audaz de las autoridades centrales (léase rectorales), incapaces, por el odio, que tienen, de conversar con el gobierno para buscarlas salidas a la grave situación, impidieron darle continuidad a estas investigaciones. Tan importantes, que el Instituto Experimental de la Construcción IDEC, podía contribuir por ejemplo, con los planes adelantados por el gobierno nacional como, la Denominada Misión Vivienda. Pero más pudo la ceguera política, que la obligación de que la UCV esté al servicio de la nación.
Fue tan absurda la postura rectoral que tengo informaciones y poseo documentos donde los investigadores que estaban allí encargados de dirigir el proyecto de FAU-UCV, calificaban a las autoridades, de Sordas, Mudas y Ciegas”.
En la Estación Experimental “El Laurel”, se realizaban, v.g, investigaciones sobre el cultivo de variedades de café y también se almacenaban semillas, de variedades como café amarillo, Bourbod, Catimor, San Ramón y otras variedades que se me escapan ahora de la memoria. De la mano de unos investigadores, al comentarle que yo era de zonas cafetaleras de Monagas, me condujo a observar la siembra de café a pleno sol, yo conocía sobre todo las siembras bajo sombra de inmensos árboles en haciendas enclavadas en las montañas de Monagas.
Así que Laurel está sufriendo las consecuencias de la indolencia rectoral, así como el déficit de presupuesto, al igual que las demás 13 Estaciones Experimentales de la UCV, de las que pronto haremos también algunos comentarios. En la medida que no se atiendan sus necesidades resultará mucho más difícil rescatar tan importantes centros de investigación y docencia. El “Laurel” se marchitó y lamentablemente no se avizora iniciativas ni internas en la UCV, para que vuelva a florecer.