"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

Salario: Sal y agua

El trabajo, hecho social, debe gozar de la protección del Estado. Los derechos laborales son irrenunciables. Toda acción que implique renuncia o menoscabo de estos derechos es nulo de nulidad absoluta. Según nuestra constitución el Estado debe garantizar un salario mínimo vital ajustado cada año, uno de los parámetros es la canasta básica, considerando que el 95% de los venezolanos somos asalariados.
Un salario mínimo insoslayable permite garantizar el proyecto de justicia social, núcleo de un proyecto nacionalista y soberanista, opuesto a la violenta acumulación del capital que disminuye y fracciona los trabajadores.

Si algún derecho ha sido afectado en esta guerra sin cuartel ha sido percibir un salario digno. La revolución está obligada constitucionalmente a garantizar un régimen de justicia salarial alejado de las prácticas de hiperexplotación capitalista, a proteger los ingresos de los trabajadores venezolanos.

El primer impulso para recuperar la revolución debe comenzar con la justicia salarial, aislar a los que asumen que el salario ajustado a la canasta básica es inadecuado para los “equilibrios macroecónomicos”, receta con tufo neoliberal, así como garantizar niveles de consumo e intercambios con salarios adecuados y justos que nos protejan de la bomba de destrucción social de la hiperinflación.

No podemos bajo ninguna circunstancia permitir que los poderes salvajes del capitalismo derroten nuestro modelo social ni seguir perdiendo tiempo en programas de ajustes inadecuados e inconstitucionales, actuemos a favor de quienes hoy son los más afectados en esta guerra criminal, y su derecho irrenunciable a un salario vital y justo, garante de condiciones materiales, morales, espirituales e intelectuales de autovaloración ciudadana. Estas pequeñas derrotas conducen a la entropía política.

Venezuela fue una sustracción, cuando la clase trabajadora y los ciudadanos, a través de la concreción constituyente, se empoderaron de la soberanía sobre las riquezas en una acción, expresada en su justa y equitativa redistribución, política salarial progresiva y digna. Evitar que el salario se siga convirtiendo en sal y agua es obligatorio para nuestro Estado democrático, Social de Derecho y de Justicia.

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4 comentarios

    1. Buenas tardes y hoy 25 de julio de 2020, sería medio Petro, es decir cerca de 7.000.000,00 millones de Bs. Hicieron ofertas en relación a estos parámetro que se aplicaron para colocar el precio de la criptomoneda, pero de allí no paso el asunto. Se sabe que la principal fuente de ingresos, la comercialización del petróleo, cayó a su minima expresión ¿Y podría ser la explicación de la asusencia de los ajustes necesarios?

  1. Qué difícil asumir retos donde algunos no están dispuestos asumirlos, entiendo la defensa de nuestros recursos naturales, pero, no a costa del sacrificio y el hambre .

  2. Al parecer nuestros gobernantes demoran para darse cuenta del daño en el poder adquisitivo de los venezolanos mucho más de los empleados públicos quisiera yo que ellos pasarán una quincena con 2,6 dólares y un bono de la patria solo quienes vivimos en carne propia este flagelo entendemos que hacen falta acciones contundentes a corto plazo

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