A 0.60 centavos de Dólar, y no se dan por enterados: por eso he venido sugiriendo que en nuestro portal colguemos la edición digital del libro de Boaventura de Sousa Santos, “Descolonizar el saber, reinventar el poder”. Ya que es sumamente importante que abramos paso a la imaginación radical de la política que Simón Rodríguez nos lega, a contrapelo de la civilización occidental y la dominación imperial, con aquello de inventar nuestro lenguaje para crear nuestro Mundo, nuestro propio mundo.
En el proceso de creación de la idea de nación definida en el Preámbulo de la Constitución de 1999, se nos exige tal parteaguas para avanzar y consolidar nuestro proceso revolucionario.
Sin ese hecho, sin esa fractura en nuestras maneras de pensar, de decir y hacer la política: la buena nueva de la revolución bolivariana no es tal:
No podemos dejar de lado o de tomar en cuenta que una pieza fundamental de la estrategia de asedio, cerco y aniquilamiento, consiste en desvirtuar el discurso de Chávez e imponer la discursividad del imperialismo
Ya sabemos que quien impone su lenguaje en la contienda política, ideológica y cultural, ha picado adelante y va ganando la batalla.
Por todo ello nos sorprende, de sobre manera, el lenguaje dolarizado del Ministro de Agricultura y Tierras, Wilmar Castro Soteldo, en una planta procesadora de harina de Maíz y otros insumos en Carora Estado Lara, (véase, por ejemplo VTV domingo 18 de agosto, 2019).
El ministro, sin más soltó eso de que “los costos de producción del rubro harina de maíz, está por debajo de un Dólar, exactamente en 0.60 centavos”, desconociendo así la vigencia de nuestra moneda nacional, al Bolívar Soberano como unidad cuenta.
Señor ministro, usted no puede permitirse esa ligereza o flojedad en su discurso oficial, como vocero del Gobierno Bolivariano tiene el compromiso constitucional de fortalecer la idea de soberanía de la Nación, la identidad bolivariana y chavista de la sociedad venezolana. Nos permitimos recordarle que:
- La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que en su artículo 318 establece: “…. La unidad monetaria de la República Bolivariana de Venezuela es el Bolívar. En caso que se instituya una moneda común en el marco de la integración Latinoamericana y Caribeña podrá adoptarse la moneda que sea objeto de un tratado que suscriba la República”.
- El 8 de Agosto del 2019 el TSJ dejo sin efecto la ordenanza que establecía el cobro de impuestos y multas en Dólares en el municipio Chacao, por considerarlo que atenta contra la soberanía de la Nación.
- Incluso durante el periodo de la dominación colonial, el Ayuntamiento de Caracas crea o acuña las “fichas” o “señas”, y en un decreto establece la ilegalidad y penalización del uso de otras monedas.
- Después de 1811 se acuñan monedas de oro y plata, como parte del proceso de independencias.
El campo social de la dolarmanía, es resistente a abandonar el imaginario del Dólar fiduciario y de todas todas en picada, dada las consecuencias de una guerra de divisas que ya perdió. Y la pregunta no es otra que, ¿Quién se acuerda de la moneda del imperio español, del Maravedí?
En la dialéctica de “inventamos o erramos” avanzaremos orientados por los alfareros de la patria libre.
¡Venezuela soberana, socialista y potencia económica!