El capitalismo, régimen de poder, no sistema económico, es una preeminencia externa a toda economía y al inexorable intercambio comercial, necesita desregularizar todo para supuestamente desencadenar las fuerzas productivas en manos de privados, quienes naturalmente buscarán maximizar sus ganancias.
Las multilaterales (FMI, BM, OMC) cancerberos de la colonización financiera, esterilizan y someten a los pobres del mundos, disuelven naciones, restauran economías sumisas a sus mandatos. Los pueblos suramericanos, rebeldes frente a este saqueo, insurgen contra el intento de someterlos a la fuerza o por paquetazos hambreadores.
El diseño de restauración del dominio criminal crea instancias disolventes –comisiones para discutir paquetazos-, así los movimientos sociales no distinguen de donde vienen el ataque. Ecuador la mejor prueba: una rebelión constituyente subsumida en la gobernanza global de la ONU, pacificación y diálogo esconden el hambre: paquetazos o ayudas humanitarias, igual da.
La modalidad es a dos manos, el FMI y las multilaterales frenando el movimiento social y redireccionandolo, para que ningún Chávez capitalice el descontento popular. El esquema precipita estallidos sociales y aplica nuevos procedimientos de control: Agenda de trabajo decente, migración y otros hipnotizantes. El diálogo como esterilización, esconde la verdad: No son paquetazos, es una guerra de los ricos contra los pobres para expulsarlos de sus tierras y trabajos, un plan de desertificar Suramérica, convirtiendo a los pobres en carne de sacrificio: nuda vida (Agamben). Enfrentado a la rebelión popular el programa de objetivos mínimos de la ONU controlando daños y desmovilizando pueblos.
Decía Gramsci, que el papel de los traidores y de los dirigentes que cambian subsumidos por la nomenclatura socialdemócrata transformista, traicionan los procesos de trasformación justa y emancipación y los convierten en restauración o revolución pasiva. Eso es Lenín, un siervo del FMI.
Decimos no a cualquier tipo de artimaña promovida por las multilaterales que esterilice movimientos emancipatorios, no nos callaran y matarán la esperanza de un mundo mejor, no a la gobernanza mundial, optamos por la vida digna y justa, cuyo centro sea el ser humano y no las corporaciones gansteriles mundiales.