Hasta mediados de mayo, los 600 multimillonarios estadounidenses incrementaron sus fortunas por 434 mil millones de dólares durante la cuarentena parcial por la pandemia del Covid-19, mientras casi 40 millones de trabajadores perdieron su empleo y se teme que la tasa de desocupación supere el 16% de la masa laboral, Asimismo, el nivel de insuficiencia alimentaria se incrementó.
La nota de tapa del diario The New York Times del domingo 24 de mayo estremeció a la ciudadanía. Estados Unidos acababa de alcanzar los 100.000 muertos por la pandemia y el diario publicó los nombres, edades y profesiones de mil de ellos. “Los números solos no pueden medir el impacto del coronavirus en EEUU (…) “Estas personas reflejan apenas el uno por ciento del total. Ninguno de ellos fue un número”, dice el NYT. El número de contagiados llega a un 1.700.000 personas.
Y entre el dolor de los muertos, hay cifras que resaltan y producen rebeldía: El valor neto de los poco más de estos multimillonarios -entre los que se encuentran con los cinco multimillonarios más ricos Jeff Bezos, de Amazon; Bill Gates, de Microsoft; Mark Zuckerberg, de Facebook; Warren Buffett y Larry Ellison- se incrementó en 15 por ciento desde el 15 de marzo, llegando a un total de 3.382 billones de dólares, según el nuevo informe del Institute for Policy Studies.
Paradojalmente, en medio de una crisis de salud pública, la llamada industria de salud no ha sido inmune a la crisis económica: más de 1.4 millones han perdido su empleo en ese sector, mientras Médicos sin Fronteras, por primera vez en la historia de la organización, está enviando equipos de emergencia al país más rico del mundo.
Uno de los equipos de Médicos sin Fronteras está en Immokalee, Florida, centro de la industria agraria y donde la Coalición de Trabajadores busca proteger a los jornaleros en uno de los focos rurales más graves de la pandemia. Otro grupo de médicos y auxiliares se dirige a la nación navajo, de más de 170.000 habitantes, en el suroeste de Estados Unidos, donde el nivel de contagio per cápita es uno de los mayores del país.
La reservación navaja, que ocupa partes de Arizona, Nuevo México y Utah, sólo cuenta con unos pocos doctores y no tiene instalaciones hospitalarias ni de emergencia para casos que requieren de cuidado intensivo. Para Jonathan Nez, presidente de la Nación Navajo, “Aquí mismo, en medio del país más poderoso… los ciudadanos originarios siguen siendo marginados”.
Lo cierto es que los americanos nativos (pueblos originarios), latinoamericanos y afroestadounidenses se están muriendo a tasas muchos más altas que los blancos, señala el analista, académico y exsecretario de Trabajo Robert Reich.
Para Reich, este es el corolario de una larga historia de discriminación y desigualdad económica que incluye negar el acceso a servicios de salud y empleos con salarios dignos, incluyendo ahora a los llamados trabajadores esenciales que arriesgan sus vidas por ir a trabajar, gran parte de los cuales son de minorías raciales.
Un poco más al sur, el ultradrechista presidente brasileño Jair Bolsonaro, siguió el modelo negacionista de Trump, lo que causó hasta el momento 23.000 muertos (cifras que prensa y expertos creen alejada de un realidad mucho más triste) y 370.000 contagiados. La “gripecita” de Bolsonaro elevó al Brasil al segundo puesto de los países más afectados por la pandemia, detrás de EEUU.
Hasta el presidente estadounidense se sorprendió. Trump prohibió el domingo la entrada de vuelos procedentes de Brasil, restricción que no se aplican al flujo de comercio entre EEUU y Brasil, una medida que supone un nuevo y duro golpe para Bolsonaro y expone aún más el desmanejo de la crisis sanitaria.
La pandemia, negocio para los superricos
“Todos estamos enfrentando la misma tormenta, pero no todos estamos en el mismo barco. La desigualdad económica en Estados Unidos ha producido dos pandemias muy diferentes: en una, los multimillonarios se están aislando en sus yates en el Caribe, y las familias ricas pueden pasar la cuarentena en mansiones multimillonarias. En el otro barco está la gente que arriesga su vida por su empleo y personas sin ingresos que están pasando hambre, escribió el exsecfetario de Trabajo Robert Reich.
El valor neto de los poco multimillonarios se incrementó en 15 por ciento en ese plazo, llegando a un total de 4.340 billones de dólares, con los cinco multimillonarios más ricos: Jeff Bezos, de Amazon; Bill Gates, de Microsoft; Mark Zuckerberg, de Facebook; Warren Buffett y Larry Ellison con los mayores incrementos. Combinadas, las fortunas de Bezos y Zuckember crecieron cerca de 60.000 billones de dólares en apenas 60 días.
Aunque el virus no discrimina entre clases y fronteras, obviamente sus efectos tanto de salud como económicos se padecen de manera muy diferente entre los ricos y todos los demás. Para los pobres, mayor desempleo, como resultado del pésimo manejo político de la pandemia por patrte del gobierno de Donald Trump, que devastó a los sectores en situaciones más precarias, entre ellos jornaleros, trabajadores de restaurantes, hoteles y otros servicios; sectores donde se concentra la mano de obra inmigrante.
El senador Bernie Sanders, exprecandidato presidencial demócrata, comentó que una nación no es sostenible cuando tan pocos tienen tanto mientras tantos tienen tan poco.
En los sitios de trabajo, algunos de propiedad de los citados multimillonarios, los trabajadores han denunciado falta de equipo de protección y medidas sanitarias, y son amenazados con ser despedidos si protestan, y más si se atreven a buscar la sindicalización.
Pero el sistema de explotación sigue marchando. Por ejemplo en Nueva Orleans, desde hace tres semanas están en huelga los trabajadores de recolección de basura, en demanda de equipo de protección personal y pago extra por trabajo peligroso. Pero la empresa privada encargada del servicio contrató a pesos como rompehuelgas, a quienes se les paga menos del salario mínimo.