Las discretas negociaciones entre los gobiernos de Washington y Caracas se han desarrollado frente a una gran expectativa y han arrojado varios puntos de atención que demandan un análisis sobre las posibilidades y escenarios para ambos países.
Desde el Espacio (Space) de la plataforma Twitter, nuestros analistas Franco Vielma y William Serafino reflexionaron sobre este tema e indagaron sobre las cartas puestas en la mesa, de acuerdo a fuentes abiertas, declaraciones públicas y decisiones que se han consumado, desde la liberación de ciudadanos que estaban detenidos en ambos países y la posibilidad de que empresas estadounidenses reinicien el bombeo de crudo en Venezuela.
Presentamos los detalles de esta disertación de manera resumida a continuación.
1. Fracaso y contexto
Vielma y Serafino coincidieron en que el punto de partida de las actuales negociaciones es la capitulación (al menos en términos parciales) de la política de la Administración Biden sobre Venezuela: la máxima presión evidentemente fracasó.
El propósito fundamental de la estrategia de bloqueo que escaló desde 2017 en cinco años no ha conseguido el objetivo de desmantelar al gobierno de Venezuela. Para los analistas, «la resiliencia de Maduro y las instituciones venezolanas los hizo fracasar».
Pero además, la guerra proxy de la OTAN contra Rusia en Ucrania, así como las medidas coercitivas económicas contra Moscú, han generado una crisis energética incontenible que ha obligado a los estadounidenses a tener que considerar a la República Bolivariana como exportador petrolero.
El gobierno estadounidense, que está vaciando su reserva estratégica de crudo para paliar los precios en el mercado internacional, no podría sostener por demasiado tiempo esa política y, por ello, «está en una situación de urgencia, para crear un acuerdo que permita a Venezuela volver al mercado internacional».
2. El «gobierno interino» va a dejar de existir
En este análisis, se consideró que la liberación recientemente de ciudadanos venezolanos y estadounidenses que estaban retenidos en ambos países dejó expuesto con claridad que, para efectos de la negociación Washington-Caracas, el «gobierno interino» de Juan Guaidó «no existe, es irrelevante, no es un actor en la mesa».
Por ello queda descartada alguna relevancia de los antichavistas venezolanos. Biden negocia con Maduro de manera concreta y eso implica que Washington se ha situado dentro de la realidad política, reconociendo de hecho quién lleva las riendas de nuestro país.
Las informaciones en medios como CNÑ y The Financial Times sobre el posible retiro de apoyo y, por ende, desmantelamiento formal del interinato en enero de 2023, podría ser resultado de una «filtración» a la opinión pública para calibrar y marcar la pauta narrativa respecto a esta decisión, la cual se mantiene contenida por ser justo ahora la etapa de campaña en las elecciones de medio término (midterm elections) en Estados Unidos.
El fin del interinato está justificado por su evidente fracaso como estrategia política. Pero Washington no necesita urgentemente consumar esa demolición, dado que Juan Guaidó ha perdido muchísima relevancia en Estados Unidos y otros países. Lo harían por solicitud del gobierno chavista en el marco de sus negociaciones.
La existencia del «interinato» es un factor que obstaculiza todos los procesos de negociación sobre los activos retenidos al país en el extranjero, tal como se demostró por parte del gobierno de Colombia al devolver Monómeros Colombo-Venezolanos al gobierno chavista.
El «interinato» pasa por un proceso de «demolición controlada», debe adquirir un mínimo de formalidad que el fin de esa figura debe parecer una decisión de venezolanos. La Administración Biden se libraría de la estrategia fallida heredada de la era Trump, pero abrirán un frente de creación de nuevo liderazgo, bien sea por la vía de las primarias opositoras o la fabricación de un outsider.
Los analistas concluyeron que la oposición venezolana se disputa entre sí la preferencia del gobierno estadounidense.
Estiman que hay un movimiento importante de actores y un cambio de situación en el juego interno entre los opositores. Las elecciones primarias de la oposición, que es un plan político bajo patrocinio de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, sus siglas en inglés), está fabricando el programa de los opositores de manera directa. Leopoldo López ya no sería el favorito de Estados Unidos.
3. Chevron y la política de bloqueo
Nuestros investigadores concluyeron que el bloqueo contra Venezuela continuará por ser el principal pie de fuerza del gobierno estadounidense para presionar al chavismo. No obstante, coinciden en que las revelaciones de The Wall Streeet Journal sobre la posible reanudación de las actividades de la trasnacional Chevron en Venezuela son altamente probables.
Vielma y Serafino explicaron que lo importante en este punto son los términos que tendrá la Licencia que autorizaría a Chevron bombear crudo en el país, que dependerá de condiciones claves.
Por ejemplo, si el país bombeará crudo a cambio de combustibles, tecnología o diluyentes. O si lo hará a cambio de ingresos en dinero líquido. La segunda posibilidad sería la más difícil, entendiendo que Washington mantiene las narrativas de que el ingreso de recursos financieros implica un «financiamiento al régimen dictatorial de Maduro».
También existe la posibilidad de que los estadounidenses propongan un trato muy desventajoso para Venezuela, al punto de que sea inaplicable, o implique que Venezuela asuma costos operacionales de bombeo sin obtener prácticamente nada a cambio o para pagar deuda, tal como ocurrió recientemente con la «fallida flexibilización» favorable a las empresas europeas Repsol y ENI, trato que Venezuela abandonó.
Sin embargo, los analistas coincidieron en que las condiciones para un acuerdo satisfactorio a favor de Venezuela siguen siendo favorables y que el gobierno a la cabeza del Estado negocia con la condición de ventaja circunstancial que le ofrece el contexto. La pérdida de poder estadounidense al no lograr amañar la política petrolera de Arabia Saudita, pero especialmente la prolongación de la situación bélica en Ucrania, serán situaciones de largo aliento que siguen creando condiciones para que Venezuela logre una distensión en materia de bloqueo a su crudo.
4. CITGO
En este punto del análisis, Vielma y Serafino analizaron el destino de la empresa venezolana en suelo estadounidense CITGO Petroleum Corporation. Este ítem está claramente vinculado al destino del mismo «gobierno interino» y la supuesta «protección» de ese activo mediante el congelamiento que le ha impuesto el Departamento del Tesoro.
Los estadounidenses podrían erradicar ese «congelamiento» dejando CITGO a merced del tribunal de Delaware, que ya ha planificado la venta por partes de la empresa para pagar demandas de empresas como Crystallex y ConocoPhillips. El gobierno estadounidense, que según nuestros analistas «hace política para hacer negocios», estaría considerando desmantelar CITGO para favorecer empresas en su territorio.
No tienen verdaderas razones de peso para dejar que Venezuela siga poseyendo sus bienes en ese país. No es lo mismo que una empresa estadounidense realice operaciones en Venezuela a que una empresa del gobierno venezolano controlado por el chavismo tenga actividades en suelo estadounidense. Son lecturas muy distintas e implican costos políticos diferenciados.
Vielma ve de manera especialmente pesimista el destino de CITGO, alegando que las refinadoras estadounidenses durante estos últimos años han asumido costos operacionales adicionales, teniendo que importar crudo de lejanas latitudes similar a los crudos venezolanos. Es posible que esas empresas sean resarcidas mediante el descuartizamiento de CITGO.
5. Las elecciones de medio término en Estados Unidos
A solo días de las elecciones en ambas cámaras del parlamento estadounidense, es preciso considerar que estas elecciones han sido un factor de peso clave para condicionar las decisiones y saldos de las negociaciones entre los gobiernos de ambos países. Este factor debe ser reconocido como transversal en la línea de negociación y eventos.
Los estadounidenses han consentido divulgar los acercamientos y los primeros saldos, de manera muy calibrada, en muchos casos usando el recurso de las «filtraciones» de «fuentes» a algunos medios, en un proceso «a fuego lento», que estaría claramente condicionado por la elección.
Como siempre, el estado de Florida es relevante en las elecciones estadounidenses y los republicanos han criticado la «política blanda» de Biden hacia Venezuela como un punto de desgaste de los demócratas.
Pero más importante es la visión de conjunto, ante la posibilidad de que los republicanos logren una mayoría absoluta en las dos cámaras, lo que cambiaría las correlaciones de peso y decisiones en la Administración Biden. Vielma y Serafino coinciden en que los republicanos tienen más posibilidades de ganar y ello implica un replanteo.
Lo que hoy está en la mesa sea desestimado o tenga nuevas condiciones es una posibilidad, si los republicanos deciden amañar la política de los demócratas sobre Venezuela, todo en el marco de sus presiones y cabildeo interno.
Los republicanos podrían propiciar una desescalada en el rol de Washington en la guerra en Ucrania, y ello implica también un cambio en el cuadro de condiciones generales. Aunque los analistas refieren que la guerra muy probablemente continuará hasta luego del invierno, otra cosa es el cambio de escenario en el mercado energético.
La mayoría republicana en ambas cámaras abre nuevas incertidumbres. En el punto central está precisamente la empresa Chevron, que representa intereses de la familia Bush y son grandes gendarmes del Partido Republicano, pero ello no es concluyente.
Lo que puede empujar a los republicanos a no detener la política de Biden hacia Venezuela, son las nuevas inercias del mercado energético. Venezuela es el único país con grandes reservas que queda en el hemisferio occidental y sigue como fuerte carta en un mundo donde las energías rusas y de Medio Oriente se están atrincherando en las cadenas de suministros de Eurasia y Asia.
A la larga, si los republicanos aplican política a «su estilo», mediante el «sentido común» y «pragmatismo», permitirán que Biden deshaga su estrategia fallida y además le generarán a los demócratas un costo político por ello.
En estos escenarios, las condiciones para una distensión política en condiciones restringidas sigue siendo viable. Hay condiciones.
27 Oct 2022