Por René Arias.
Agustín del Moral, muy joven se enroló en el proyecto utópico del socialismo, erigiéndose como cuadro destacado del MEUP en los liceos de Maracaibo; estudió economía, pero se graduó en Letras e hizo Maestría en Antropología en La Universidad del Zulia y un Doctorado en la Universidad Central de Venezuela.
Con Agustín iniciamos una amistad a finales de los 70′. Él a pesar de los golpes asestados a la Liga Socialista en aquel entonces, de la persecución de la DISIP, mantuvo su red de contactos en algunos liceos del oeste y sur de la ciudad. En ese accionar quijotesco lo conocimos…
Quienes sabían de Agustín nos susurraban con aires de respeto.
Él estuvo al lado Ricardo Acevedo el estudiante del Liceo Carraciolo Parra Pérez, de la Limpia que cayó asesinado por Pan Blanco y sus bandas armadas en el año 76’…
Y nosotros buscábamos la conversación con él, para que nos contara de ese y otros eventos épicos, como en efecto lo hacía, con la humildad que siempre lo caracterizó, Agustín lo hacía entusiasmadamente.
Y es que, Del Moral desde muy joven y mas en su madurez, era un libro abierto. Con facilidad elocuente y densidad profunda abordaba modelos epistémicos y antropológicos. Dominaba temas y autores clásicos, narraba las historias insurreccionales, sus tendencias y vigencia. En los últimos tiempos parlamos bastante sobre la sentida Universidad, la ética de la vida, como también, de la geopolítica y Venezuela.
Quedamos pendientes en un conversatorio sobre la cosmología y cosmogonía de los Bari, de los Yukpas y los Japreiras . Su mundo simbólico y lingüístico. Se nos adelantó el hermano de la boina azul que siempre tenía una idea, un proyecto y café para reflexionar al margen de todo fundamentalismo.
Seguro, los duendes de Santa Cruz de Bucaral, al extrañar tu ausencia saltarán al lago de Marcaibo e irán directo a alcanzarte en el Tectari de la sierra de Perijá.
Un abrazo hermano. Hasta siempre.