"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

Vamos subiendo la cuesta: arriba mi pueblo se prendió la fiesta

30 de abril antesala al 1ero de Mayo, 6:00 am ¡todos a Miraflores!, extrañeza ¿qué pasa?, pregunta hecha por el pueblo, para que nos convoquen a Miraflores, por aquí todo tranquilo en el Oeste, en el Sur, mi comunidad en calma pero pendiente.

En el Este, Pinky y Cerebro, con brazaletes azules en sus brazos derechos,  manipulando, mintiendo, engañando, al frente de un contingente, gritaban con los ojos desorbitado, siguiendo las órdenes de la banda de Trump, tomamos la Carlota, pero no hemos podido entrar lo haremos cuando cese la usurpación y caiga el Dictador. El dictador es el chofer no yo, fui elegido en las elecciones del 2015 para diputado aunque la gente no sabía por quien votaba con 92.000 votos, eso me da derecho a ser presidente interino aunque esa figura no exista en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y decreto un indulto para mi carnal Cerebro y pueda ir a una embajada para que salga de la dictadura.

En el otro lado de la ciudad, ríos desbordados de gente, marchaban hacia Miraflores con caras de preocupación, al llegar y ver los tumultos de gente conocidas y desconocidas, la preocupación se transformaban en alegrías y sonrisas, en cánticos y bailes, “ ¿cómo estás compa? Aquí hermano, acudiendo a la defensa del Presidente y la Revolución, no me puedo quedar en la casa, esos bichos no pasarán y tú cómo estás?”. “ lo mismo hermano acudí al llamado de Diosdado y me vine inmediatamente a proteger a la Patria, lo que está en juego es el destino de  la humanidad, ese cabrón de Trump quiere acabar con nosotros no se la vamos a permitir”.

Llega un camión con sonido y sube Diosdado, el golpe fracasó, tenemos el control de todo, hemos derrotado una vez más al imperialismo norteamericano en estos 20 años de Revolución Bolivariana. Cada quien que asuma su responsabilidad, no volverán.

“Justicia, justicia, justicia, victoria, victoria, victoria, a profundizar la revolución” gritos unánimes de los defensores de Miraflores.

Nuevamente la algarabía, las risas,  alegrías, los cánticos y bailes.

Vamos subiendo la cuesta, arriba en Miraflores se prendió la fiesta.

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