El año 2020 será recordado en el mercado de las materias primas como el ejercicio en el que el petróleo West Texas, de referencia en EEUU, llegó a caer por debajo de los cero dólares (precios negativos). Hubo traders que recibieron dinero por comprar futuros inmediatos de este tipo de petróleo (el mundo al revés). Este hito en el mercado del crudo sucedió por varios factores, pero entre ellos destaca el desplome sin precedentes de la demanda de crudo durante el confinamiento, lo que generó un exceso de oferta (se producía mucho más crudo del que se consumía con medio mundo confinado) que puso al límite la infraestructura para almacenar el crudo. No había suficiente sitio para guardar el petróleo.
El impacto de este fenómeno se puede observar en los gráficos que ha publicado la Agencia Internacional de la Energía en su boletín mensual de diciembre. La AIE muestra como la demanda de petróleo se hundía durante los meses de marzo y mayo (la friolera de 20 millones de barriles menos por día de demanda) y aún está lejos de recuperarse.
Por otro lado, también destaca el gráfico que han publicado sobre el queroseno que usan los aviones. Este tipo de combustible ha recibido un golpe aún mayor ante la paralización de casi todos los vuelos durante parte del año. Además, las perspectivas para el queroseno siguen siendo más negativas que para el resto de derivados del petróleo crudo. Una parte de los vuelos comerciales podría no recuperar su actividad en los próximos años.
El queroseno aún está lejos de recuperarse. Muchos de los viajes de negocios y de turismo que se hacían en 2019 siguen totalmente paralizados. Es más, se prevé que una parte importante de los viajes de negocios no vuelvan nunca jamás gracias a plataformas como Zoom o Skype que han permitido realizar reuniones a miles de kilómetros de distancia durante los últimos meses.
La demanda en 2020 y 2021
En lo que a las estadísticas y previsiones se refiere, la demanda mundial de petróleo caerá este año el 8,8% respecto a la de 2019, hasta los 91,2 millones de barriles diarios, y solo recuperará parte de ese descenso en 2021, avanzó este martes la AIE.
A pesar de la reciente subida de precios debido a los anuncios de varias vacunas contra el coronavirus, «a corto plazo (ha profundizado la estructura de backwardation), la demanda se mantiene débil» y su recuperación será más lenta de lo previsto, señala la AIE en su informe mensual sobre el mercado de petróleo.
La previsión de recuperación de la demanda para 2021 se redujo ligeramente en 170.000 barriles diarios hasta un incremento de 5,7 millones de barriles respecto a 2020, debido sobre todo a las perspectivas negativas para el combustible de aviación. Pese a todo, los futuros de petróleo suben levemente en la jornada y se consolidan por encima de los 50 dólares el barril en el caso del petróleo Brent.
No obstante la recuperación respecto a este año, la AIE espera que el consumo previsto en 2021 será inferior en 3,1 millones de barriles diarios al de 2019 -último ejercicio sin las distorsiones de la pandemia-, y atribuye al sector aéreo el 80% de ese descenso.
«No se espera que la demanda de combustible de aviación se recupere rápidamente, ya que los gobiernos prevén mantener los cierres de fronteras y las restricciones de viaje hasta que las vacunas estén ampliamente disponibles», recalca el informe.
En cambio, la demanda de gasolina y diésel durante 2021 alcanzará entre el 97 y el 99% de los niveles de 2019.
Los precios del crudo se han recuperado en las últimas semanas y el Brent, de referencia en Europa, ha superado los 50 dólares por barril por primera vez desde comienzos de marzo, justo antes del inicio de los confinamientos fuera de China por la pandemia.
El sector aún no se fía
Aún así, el informe insiste en la «incertidumbre persistente» en el sector que está causando la covid-19 en la demanda de petróleo y en la estabilidad del mercado.
Y es que, aunque este aumento de cotizaciones internacionales del crudo se debe parcialmente a la «euforia» por el inicio de las vacunaciones, «pasarán varios meses antes de que alcancemos una masa crítica de personas vacunadas económicamente activas y por tanto veamos un impacto en la demanda de petróleo», recalca la AIE.
Añade que a corto plazo «la demanda continúa débil» y por ello los analistas de la agencia han reducido ligeramente su última previsión para el cuarto trimestre este año, de forma que el ejercicio se cerrará en 91,2 millones de barriles diarios, una caída de 8,8 millones respecto a 2019.
Esta previsión incluye otro pequeño descenso de 50.000 barriles diarios en la demanda anual respecto al informe del mes pasado.
La demanda se ha recuperado parcialmente de su desplome del segundo trimestre, cuando cayó en 16,3 millones de barriles diarios en lo peor de los confinamientos y cierres de actividad decretados por los gobiernos por todo el mundo para tratar de frenar la pandemia.
China lidera la recuperación de la demanda de crudo gracias a su fuerte crecimiento económico
Sin embargo, la recuperación de la segunda mitad de este año «se debe casi enteramente a la rápida mejoría de China«, mientras que las perspectivas son «sombrías» en los países de la OCDE.
En concreto, la situación ha empeorado en Europa ya que la demanda será inferior en el cuarto trimestre a la del tercero debido a los nuevos confinamientos y restricciones impuestos por muchos países para afrontar la importante segunda oleada de la pandemia.
En el lado de la oferta, la AIE recalca que los países de la OPEP y sus aliados (OPEP+) han mostrado flexibilidad a la hora de modificar sus cuotas de producción, incluso cuando el período de baja demanda se alargó más de lo previsto y a pesar de que hubo que acomodar en el mercado el aumento de la extracción por parte de Libia.
En este sentido, el informe señala que el reciente acuerdo de OPEP+ de aumentar la producción de forma gradual en no más de 500.000 barriles diarios a partir de enero se basa en la admisión de que «el mercado continúa siendo frágil y necesita un ajuste cuidadoso».
Y es que anteriormente la OPEP+ (que incluye a Rusia) había previsto aumentar su producción a partir de enero en 1,9 millones de barriles.
La AIE también prevé que los países productores no miembros de la OPEP y fuera de OPEP+ aumenten su producción en 2021 en unos 400.000 barriles diarios, después de una caída de 1,3 millones de barriles en 2020.