"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

Argentina: Un Año de Saqueo Oligárquico, Deshumanización Cultural y Entrega Colonial

Por Juan Grabois

El modelo que se está aplicando en Argentina no solo implica un saqueo económico, sino también un ataque directo a la cultura solidaria que históricamente caracterizó al país.

Hace exactamente un año asumió en Argentina un gobierno que representa, en su forma más pura, la lógica capitalista desenfrenada, es decir, una oligarquía reinante despojada de normas, la apoteosis del multimillonario, el aplastamiento de contra lógicas comunales y públicas.

A un año de su asunción, el gobierno ha construido una narrativa de éxito económico basada en indicadores económico-financieros, como la baja del dólar o la mejora en la cotización de la bolsa, mientras destruyen el tejido social y entregan los recursos estratégicos del país al capital extranjero. Sus niveles de aprobación son altos.

El saqueo de Argentina avalado por sus propios gobernantes no es un fenómeno nuevo. Sin embargo, el actual gobierno ha llevado esta práctica a niveles inéditos. Un símbolo:  el envío reciente de toneladas de oro de las reservas nacionales al Reino Unido. Malvinas, te la devo. La soberanía es un “collateral” para los acreedores. Detrás de eso, el nuevo ALCA (Alimentos, Litio, Combustibles, Agua) sorbidos por la hidra oligárquica disfrazada de “Grandes Inversiones” bajo regímenes espaciales en condiciones que hipotecan el futuro del país y compromete su soberanía e incluso su integridad territorial.

Desde el punto de vista social, el impacto es devastador. Este gobierno ha recortado presupuestos esenciales: le ha quitado remedios a los jubilados, alimentos a los niños, apoyo a las mujeres víctimas de violencia de género, recursos a los estudiantes y fondos para las obras en los barrios populares. Mientras tanto, ha aumentado los salarios de los altos funcionarios, pactado con jueces corruptos y sindicalistas entreguistas, y fortalecido el aparato represivo del Estado para perseguir a quienes resisten estas políticas.

El modelo que se está aplicando en Argentina no solo implica un saqueo económico, sino también un ataque directo a la cultura solidaria que históricamente caracterizó al país. La exaltación del egoísmo, el desprecio por los más vulnerables y la idolatría de la riqueza son pilares de esta revolución cultural reaccionaria, que encuentra su legitimación en sectores de la sociedad que, fascinados por la acumulación material, acumulación que en muchos casos nunca les va a llegar, han olvidado los más elementales valores humanos.

¿Cuánta indignidad está dispuesta a soportar el pueblo argentino? Hasta ahora, media sociedad nuestra aplaude la inmoralidad, la otra mitad no tiene cauce para enfrentarla. Milei es consecuencia de un cambio cultural molecular, es cierto, “como es arriba es abajo, como es abajo es arriba”, la frase de Hermes se aplica al contexto.

Soy un dirigente político, excandidato a presidente y ya sé que no suma criticar a la sociedad, pero terco soy; una parte considerable de la sociedad se ha sometido a Morgoth; la mentalidad heterónoma que denunciaba Adorno, la banalidad del mal de Hannah Arendt, la Mala Fe («mauvaise foi») de Sartre, la cultura del descarte que denuncia Francisco ahora masificada. Hay tantos dispositivos para “desresponsabilizar” al individuo, como señala Bauman… pero yo quiero decirlo: esto pasa porque media sociedad lo apoya y ese apoyo al mal no se justifica por las claudicaciones de gobiernos anteriores ni por la manipulación de los medios.

El alma mezquina se está apoderando de occidente.

Desde luego, la crisis en la conducción de combate en el campo político, social y sindical de la plebe ayuda al microtirano plutófilo que justifica toda su mierda en el fracaso del gobierno anterior que, con lenguaje inclusivo y parafernalia posmoderna, que con buenos modales y progresismo liberal, traicionó el pacto electoral de “empezar por los últimos para llegar a todos”. El Frente Justicialista se olvidó de lo que le da razón de ser: la defensa de la clase trabajadora, los pobres y todos los sectores oprimidos.

La oposición política taimada y superficial también es un negocio. Todo sistema la necesita. Si no está, la inventa. Lo cierto es que hay mucha anuencia social y política con las peores inmoralidades conceptuales y prácticas desde la transición democrática argentina. Efectivamente, la imagen del gobierno está alta. Media sociedad. Puede crecer. A nosotros, no nos mueve de nuestro lugar. Tercos. Tercos con nuestro humanismo mínimo, básico, sencillo, pero combatiente.

Porque la política en su sentido más alto no es aceptar mansamente la dirección del viento. Como un niño que enfrenta plantado en la arena las olas del mar, con esa inocencia y ese coraje, nosotros enfrentamos esta oleada de maldad aunque sean mayoría, porque si la mayoría acuerda con Milei que “la justicia social es una aberración”, que existe el “derecho a morirse de hambre”, la legitimidad de que los pobres vendan sus órganos, que todo lo que es común se privatice, que reine la cultura de la doma, la destrucción del ambiente, la negación del cambio climático, la complicidad con las masacres de la OTAN, la reivindicación de los genocidas de la dictadura, la fundación un brazo armado parapolicial; si el 99% estuviera de acuerdo con gasear a una niña, desaparecer a la gente en situación de calle, reventar a palos a los vendedores ambulantes; si el 99% estuviera de acuerdo la degradación de todo lo que existe de bueno, bello y verdadero en el país. Si el 99% estuviera de acuerdo en poner a un abuelo en la encrucijada entre comer y comprar los remedios… bueno, unos cuantos y yo seguiríamos dispuestos a resistir hasta que gajo a gajo la Naranja Mecánica se desplome.

También te puede interesar

Deja tus comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *