Temas diversos y variados tengo para desarrollar para los próximos días. Desde mi participación en el II Seminario Internacional de Seguridad Ciudadana: Derechos Humanos y Prevención Integral desde los Cuadrantes de Paz, hasta mi participación en el Encuentro de Cine en Caracas, donde pude observar el micro realizado con mucho esfuerzo por mis hermanos y camaradas de Divulgala TV: “Historia de un Autoproclamado”, y la película documental: “Serenata de una Leyenda”, donde se hacía una semblanza de Jorge Rodríguez padre, y por ende, de la Revolución Bolivariana.
En este último ítem, me dio mucho gusto encontrarme con una persona depositaria de mis más profundos afectos, de quien tengo en muy alto concepto, aprecio y estima, y a quien quiero como un padre: David Nieves Banchs. Es imposible no escuchar a ese viejo guerrillero, y cuando habla (que lo hace desde el alma) no llorar junto a él los horrores de lo vivido en el régimen puntofijista.
No solo es un verdadero honor para mí haber vivido los tiempos del Gigante Inolvidable Hugo Chávez, sino además tener entre mis amistades a personas que lo han dado todo por conducirnos a lo que hoy tenemos. Pese a los errores y fallas que sin duda hemos cometido.
Y por ello, vaya desde aquí mi reconocimiento y abrazo a camaradas como Francisco Cedeño Lugo, Julio Escalona, Marelis Pérez Marcano, Jesús Martínez, y a tantos otros y otras que han contribuido en mi formación política y revolucionaria. Por supuesto, en esta lista, no puede faltar mi amado y querido tío, Francisco Martorano.
Pero, más allá de la retórica sensiblera (y de lo cual, de los temas antes señalados trataremos de desarrollarlos en próximos artículos), entremos de una vez en materia.
Recientemente, un buen amigo y camarada, seguidor de mis artículos, me hizo un fraternal reclamo (el cual con mucha humildad asumo) ya que me ha pasado un material muy bueno acerca de la propuesta de la conformación de un EPO (Ejército Productivo Obrero) con el fin de afrontar la actual coyuntura en la que se encuentra la República.
Tanto se habla en términos técnicos y sofisticados, de amenazas multidimensionales y multiformes, guerra no convencional y multiforme y todos esos conceptos que manejan los que algo saben de Seguridad y Defensa de la Nación. Pero, en lo comunicacional, no hemos sabido llegarle a nuestro pueblo más humilde y llano, a fin de que puedan comprender las verdaderas implicaciones que esto conlleva.
Si bien no es adoptar un ánimo derrotista y desmoralizador, pero las medidas coercitivas unilaterales recientemente adoptadas por Trump (las del 5 de agosto y posteriores) profundizan la estrategia de cerco y asfixia económica y financiera contra nuestro pueblo. Vendrán momentos más duros y difíciles en el sentido de la adquisición de alimentos, medicamentos e insumos para sostener nuestra calidad de vida. Casi eso no escucho de nuestra actual dirigencia gubernamental.
Pero, no es la intención de este artículo de que nos entreguemos y rindamos. Todo lo contrario, mi llamado es a la lucha y al combate, aunque las circunstancias luzcan adversas y se divisen densos nubarrones en el horizonte.
De ahí que no podemos a la hora de ir a un combate en una guerra no convencional hacerlo con métodos convencionales y con un ejército convencional. Y ese es un primer germen que hace constituir este Ejército Productivo Obrero (EPO).
Y debe ser así, porque una de las cosas que Nicolás Maduro como Presidente de la República ha señalado hasta la saciedad (y le ha ocurrido lo mismo que a Hugo Chávez, no le hacen caso) de que la clase obrera asuma la toma de los medios de producción, para poder irnos liberando. Mientras no manejemos la producción, la distribución y la comercialización, no podremos salir del atolladero en el que actualmente nos encontramos.
Por ello, es importante que tengamos en cuenta, que el Ejército Productivo Obrero (EPO) es un movimiento social compuesto por trabajadores y trabajadoras, obreros y obreras venezolanos y venezolanas, que han decidido juntarse para enfrentar las agresiones que se ciernen sobre la nación, recuperando los bienes de las empresas públicas, instituciones nacionales, comunas y organizaciones productivas que nuestro país necesita para proteger al pueblo. Su metodología se basa en el trabajo voluntario, aupados por la moral revolucionaria que quiere salvar al pueblo.
La Revolución no sólo se defiende con los fusiles, sino produciendo, ya que la guerra no solo se hace con bombas y desembarcos, sino también bloqueando para que no podamos proveernos logísiticamente, y haciéndonos pasar hambre y muchas necesidades.
Chávez dijo que de muchas cosas depende el éxito de nuestra Revolución, pero una de ellas, y la más importante tiene que ver con el rol que juegue la clase obrera.
Una guerra no convencional se vive en Venezuela, guerra multiforme que se vive en una cruel presión imperialista como parte del feroz ataque de la burguesía, además de un peligroso desvío reformista a lo interno de la Revolución que nadie puede negarlo (tenemos dentro de nuestra estructura gubernamental una corriente restauradora del viejo orden).
En medio de la desorientación generada por esta guerra, aunada a la falta de información y formación político- ideológica, hay muchas cosas que están ocurriendo y que no nos estamos dando cuenta. Una de ellas es que se está desarrollando un proceso que eriza la piel de algunos, y eso lo tienen muy callado. Algunos le aplican el método “Métale al loco” de Hugo Chávez.
Debo señalar que uno de los promotores de esta iniciativa, lo conocí al fragor de las luchas obreras de mi querida Ciudad Guayana, donde estuve durante mucho tiempo incorporado. Donde conocí de primera mano el Plan Guayana Socialista, y sé las causas reales de su fracaso. Un hermano que me hizo llegar esta valiosa información, la cual estoy comenzando a difundir a partir del día de hoy.
Un Ejército Productivo Obrero basado en una dirección horizontal y colectiva, basado en la organización, conciencia y la patria.
Importante es que tengamos claro que ninguna batalla en una guerra es fácil, y esta es una de las más duras que habrá que librar. Sin embargo, los integrantes de este ejército no convencional trabajan día y noche, bajo cualquier circunstancia, duermen poco, y en estos casos el cansancio se convierte en una verdadera amenaza. Pero todo tiene una razón.
Conozco muchos trabajadores y trabajadoras empeñados y empeñadas en levantar muchos sectores estratégicos que se encuentran en el suelo en estos momentos, a pesar de las dificultades, ya que ellos señalan, y tienen razón, de que no será la burguesía la que nos doblegue, y este EPO es para luchar contra el imperialismo, garantizando el funcionamiento de servicios públicos esenciales y la producción, objetivos neurálgicos y principales blancos de los ataques de los enemigos de la Patria.
No podemos esperar más nada sino de nosotros mismos, decía el caudillo oriental José Gervasio Artigas, y no podemos esperar que el gobierno corporativo de EEUU se decida desbloquearnos para poder avanzar, así que debemos poner manos a la obra.
Esta batalla la ganará como este el corazón y la mente del pueblo, y la ganaremos también con un pueblo organizado y consciente, y nunca los traidores. Esa es parte de una de las tareas que me ha tocado asumir, con mi incorporación e invitación en diversos y variados colectivos.
Este EPO ha ganado 14 batallas productivas en 14 empresas e instituciones del Estado, pero también en comunas campesinas. Y muchos se deben preguntar: ¿Y como lo hacen?
Primero se suman, se encuentran, diagnostican, se organizan según su capacidad y conocimiento, emprenden la batalla, reparan, modifican, construyen, mejoran, perfeccionan y ganan, siempre ganan.
Algunas de sus experiencias han sido difundidas por el canal de youtube de Tatuy TV, el cual recomiendo ampliamente.
En próximos artículos trataremos de seguir difundiendo algunos detalles de esta organización que pienso, debería ser tomada muy en cuenta por las altas instancias del Estado en el marco de las actuales agresiones que nos toca afrontar.
¡Leales Siempre! ¡Traidores Nunca!
¡Independencia y Patria Socrialista!
¡Viviremos y Venceremos!