Jair Bolsonaro reconoce oficialmente, en junio de 2019, a María Teresa Belandria en tanto “embajadora encargada”, sin embargo, ya era admitida su condición de tal, desde el 11 de febrero, en la lista de diplomáticos del Palacio de Itamaraty. Para ratificar el reconocimiento había que apoderarse de la sede de la Embajada de Venezuela en Brasilia, y Bolsonaro procede a autorizar, mientras se realiza la cumbre de los BRICS en Brasil, una invasión armada a nuestra sede diplomática por una banda dirigida por el militante de Voluntad Popular Tomás Alejandro Silva y Alberto Palomo, el representante de la Red Interamericana de Recursos Hídricos en el país suramericano y apoyada por cuerpos policiales brasileños, la Policía Militar asume decidir quién ingresa o no a muestra Embajada, violentando la soberanía de Venezuela y la Convención de Viena:
No hay nota alguna de repudio por parte Itamaraty a la invasión violenta.
El Estado brasileño no le ha formulado cargos ni ha detenido a las personas armadas a cargo del asalto neofascista, sin embargo son abundantes fotos y videos de los atacantes y de los carros usados para bloquear el acceso a nuestra Embajada y circula masivamente una larga serie de tuits y de wasap, que incluye la imagen del carro propiedad de María do Carmo Zinato, «Presidenta del Rotary Club International de Brasilia» y esposa del Alberto Palomo el operador directo de la invasión.
Thomaz Alejando Silva Guzmán, homónimo del Ministro Consejero reconocido por Bolsonaro, se permitió declarar que “tenía órdenes de la cancillería brasileña de invadir la embajada”, y la cancillería brasileña guarda un impúdico silencio
Y María Teresa Belandria tiene licencia para divulga un video en el que agradece el despropósito de Bolsonaro y la colaboración del 5º Batallón de la Policía Militar.
No puede extrañar que María Teresa Balandria estuviese visitando Washington en el momento que acontece la intrusión; tampoco sorprende el fake news de que dos funcionarios del “régimen de Nicolás Maduro” entregaron la sede de la Embajada de Venezuela a los opositores”, falso positivo al descubierto en los videos difundidos por Freddy Meregote Flores (el agregado comercial oficial del gobierno legítimo de la República Bolivariana de Venezuela), y por Paulo Pimienta, diputado del Partido de los Trabajadores.
La chapuza de Bolsonaro y del interino hasta el cinco de enero de 2019, también está a la luz pública por la serie de WhatsApp entre María Teresa Belandria y Félix Carrillo (funcionario de la Embajada de Venezuela) que evidencia la filtración de información sobre el más mínimo detalle acerca del funcionamiento y la dinámica de nuestra sede diplomática: hecho que es una demostración más de cómo, desde adentro, se socava y vulnera la política exterior del gobierno revolucionario
Los vínculos estrechos y directos entre Belandria, Tomás Silva, Jair Bolsonaro, Eduardo Bolsonaro y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil Ernesto Araujo (quien entregó a la encargada todos los informes de la relación diplomática Venezuela-Brasil), revelan cual es, después de todo, el trabajito asignado a la encargada.
Así como a Juan Guaido le designaron de asesora a la sub-secretaria de Asuntos para América Latina de USA después del fracaso de la “ayuda humanitaria entra sí o sí”, Belandria es objeto de un “coaching” directo por la embajada de EE. UU; sus gastos corren por cuenta del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil o por la embajada de los gringos. Gastos que incluyen un hotel de cinco estrellas («Royal Tulip Brasilia Alvorada») durante varios meses, y actualmente de una lujosa residencia que ella misma dice “es su paradero desconocido”, porque tiene el encargo de destruir cualquier vínculo entre los militares brasileños y las Fuerzas Armadas de la República Bolivariana de Venezuela.
Ciertamente, Belandria es un agente activo del Departamento de Estado de USA. Y efectivamente Bolsonaro es emulo de Trump:
Brasil vota en la Asamblea por primera vez en la Asamblea de la ONU (11 de noviembre de 2019) a a favor del bloqueo de EEUU contra Cuba; dos días después del golpe militar en Bolivia, un helicóptero del ejército brasileño asedio la Embajada Boliviana y Bolsonaro niega el paso por el espacio aéreo del avión que traslada a Evo Morales a México, y además se enemista con Alberto Fernández el presidente electo en Argentina.
Los neoliberales militarizados están desbocados y su “operación” contra la nación duró apenas 15 horas: afortunadamente los nazis avanzan cuando resquebrajan la unidad y la solidaridad de los pueblos. Y de esos lazos inquebrantables e invencibles estamos hechos los pueblos de Bolívar, Martí, Sandino, de Fidel y de Chávez.