Con marzo vienen los recuerdos de la partida física del Comandante Chávez, y su pensamiento feminista, que también partió en dos la historia de la mujer venezolana:
Su política feminista hizo comprender, que para avanzar y consolidar un proceso un de transformación social es necesario asumir que no somos un mero objeto de explotación y opresión, sino un sujeto fundamental de la lucha de liberación del pueblo venezolano.
Como decía la aguerrida Nora Castañeda, “la pobreza tiene rostro de mujer”; las estadísticas hablan por sí solas, el 60% de mujeres son las más pobres, de los pobres del mundo. Esa es la realidad de un sistema mundo llamado capitalismo, que no ha justificado ni justificará su existencia.
El Comandante Supremo reconoce el trabajo en el hogar como un hecho social, con su Ley Orgánica del Trabajo para los Trabajadores y las Trabajadoras, plasmando, con esa nueva, un cuerpo de artículos de defensa de nuestros derechos. Y desde una posición de avanzada feminista crea: el Ministerio del Poder Popular para la Mujer; el Banco de la Mujer y la Ley Orgánica de los Derechos de la Mujer a una Vida Libre de Violencia.
La visión de Chávez articula la liberación de la mujer con la derrota y transformación del Estado burgués y del capitalismo, y así asegurar, sin retrocesos ni estancamientos, el logro de una sociedad hermosamente feminista.
Nuestra participación en el proceso de organización y movilización de las Comunas y Consejos Comunales tiene el norte de poner fin al feminicidio, la violencia intrafamiliar, y de asegurar la salud reproductiva, el parto humanizado, la prevención del embarazo a temprano edad…
En la idea de Chávez de una Vanguardia Feminista, tres ideas fuerzas son claves:
La participación de nosotras las de siempre, en la producción y distribución de la riqueza social, de acuerdo con los principios de justicia y de igualdad, en procesos de producción del pueblo, desconectados de las relaciones de libre mercado y orientados a eliminar la desigualdad y la explotación social; nosotras como un elemento central, en la defensa integrar de la nación, en las milicias populares y en los cuerpos de combatientes; y la preservación de la vida de la Madre Tierra y la salvación de la especie humana, a contramarcha del capitalismo depredador, esto es, avanzando en la construcción del Socialismo del siglo XXI.
A nosotras, las de siempre, Chávez nos dijo:
“Sigan asumiendo ustedes el papel de vanguardia, salven ustedes el mundo, salven ustedes la patria”.
Así sea, Comandante eterno.