El virus asomó lentamente su corona desde isla Las Aves, al norte de Venezuela. Divisó al destructor USS Kidd y sus maniobras en el Caribe. El microbio -¿es un microbio el burda corona o es otra cosa?- se desplazó de latitud para confundir al Comando Sur. El imperio no mordió y Trump le recordó al bichito que el USS Kidd formó parte del Escuadrón de Destructores 23 del Carrier Strike Group que hizo estragos en la segunda guerra mundial. El Coronavirus ripostó prontuario con prontuario: “Vengo de más cerca, de tu portaaviones USS Roosevelt, donde dejé infectados a más de 100 marines y provoqué la baja de su capitán”. Trump, iracundo, se jactó de tener a bordo más de 90 misiles Tomahawk y de contar con el TIAR y la OTAN. El pandémico retrucó: “a tus aliados del TIAR y la OTAN los tengo hospitalizados o peleándose las mascarillas. Echa otra carta.