Cuando evaluamos el día de hoy, desde lo que nos encontramos en la calle y nos confrontamos con los altos niveles de inflación y de la especulación desmedida, las redes y noticieros destacan el histórico descenso del precio del petróleo, cuando una prestigiosa universidad y la OMS, a diario nos reportan el avance de la pandemia Covid-19 y vemos con espanto las medidas de gobiernos que privilegian a la acumulación del capital, antes que a la vida misma. Es natural que a muchos, nos invada la indignación y el desespero que a la larga se traduce en ansiedad, alteraciones nerviosas, que terminan afectando nuestra salud.
Pero si vemos todo esto hoy, desde la oportunidad de mañana se debe destacar que lo que sucede nos ha permitido activar toda una estructura organizativa social que atiende uno de los vértices del Plan Cada Familia una Escuela: el PAE logró articular la organización de las madres procesadoras del Movimiento Fernanda Bolaños, con las UBCH y voceros de los CLAP, para la atención de no sólo de los niños y niñas escolarizados, sino que se ha extendido a la población más vulnerable.
El Plan cada Familia una Escuela, ha logrado lo que muchos maestros y maestras han propuesto como bandera de lucha histórica: la vinculación, por métodos alternativos de la familia, la comunidad y el docente, aún más en aquellos hogares donde existen participantes adultos de las misiones Robinson, Ribas y Sucre sin que se tenga conciencia de ello, se estarán sentando las bases para el desarrollo de la propuesta formativa del continuo humano, que nos permitiría construir un proyecto formativo desde el colectivo familiar.
También nos hemos permitido develar, que el conocimiento ancestral tratado con carácter científico desde la visión de pueblo, es una deuda pendiente por saldar. Un médico del pueblo se hizo referencia mundial al aplicar sus conocimientos en manipulación de la materia a niveles de átomos y moléculas a nuestras planta y alimentos autóctonos, para proponer alternativas que frenan no sólo el virus Covid-19, sino de otras patologías.
Hoy en Venezuela, se demuestra por primera vez que es posible colocar la tecnología al servicio de toda la población. Las 5V (volumen, variedad, velocidad, veracidad y valor) que caracterizan a la denominada Big Data, permite que el manejo de los datos masivos se coloquen al servicio de una política de estado, fortaleciendo las medidas de la cuarentena social, pero además dejando la traza necesaria para futuros planes vinculados a la salud del pueblo.
Pero ante todo, la situación de hoy deja como evidencia favorable, el alto nivel de disciplina desarrollado como pueblo que además nos prepara para escenarios que no por adversos, nos seguirán develando todo el conocimiento que somos capaces de generar y que hasta entonces, ese cuadro que nos mantiene desesperado, no nos permite ver.
Por ello si vemos el día de hoy con la oportunidad de mañana, también estaremos descubriendo, que todos estos elementos que se están manifestando, son las razones por la que durante tantos años nos hemos mantenido en la lucha.