"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

Chiquitón: en su cumpleaños

Hace tiempo no lo veo. Pero era difícil ir al Parque, pasar por la calle Bolívar de San José de Perijà y no verlo. Más difícil era encontrar mangos en marzo, “tallársele” a María Josefa en el cine, lograr un “fiao” en la tienda del viejo Felipe o entrar a la casa de Luis Emiro, que encontrarse Gc con “Chiquitòn” en la calle principal.

Larguirucho, de cotizas y sonriente, conocía a todo el mundo y con todos “tenía que ver”. Pendiente de los viejos “matereros”, del que iba o venía de la plaza y a todos llamaba por su nombre o apodo. No se le pasaba nadie y la ancha sala de su casa retumbaba al saludar al que transitaba por el frente. Sus largos pasos lo llevaban a las tiendas, al negocio de “los Vera” o a la vanguardia de la Procesión del Santo.

“Cuuuidaooo”, era su saludo burlesco, y repetía con su forma especial las frases referenciales que con su “lengua mocha” construyó en tantas de sus anécdotas. Manso, inocente y amistoso, nunca lo vi bravo y alguna vez lo vi llorar. El cobijo de Auxiliadora, de sus hermanos, lo hacía intocable. No era necesario, todos sabíamos cómo era “Chiquitòn”, lo consentimos, lo amamos y aún lo recordamos como personaje de nuestro pueblo.

Cómo rememorar los años pasados sin citar la voz ronca e inconfundible de “Chiquitòn”?, cómo no perdonar su inocencia y admitir en nuestros afectos a “Chiquitòn”?.  Supo ganar el derecho a meterse con quien sea, irreverente y acusador pero a nadie hizo daño. Su injerencia en nuestras vidas estuvo legitimada en su ingenuidad y en la indulgencia propia de la cultura popular.

Pero, cómo perdonar a quienes, no precisamente por ser graciosos como “Chiquitòn”, interceptan nuestra soberanía, violan el principio universal de la autodeterminación, auspician un presidente ilegal, nos cercan económicamente y hasta pretenden dejarnos sin comida y sin luz?, qué chiste podrá surgir de esas criminales actuaciones?.

Es inevitable también, notar la existencia de los imperialistas gringos: Imponiendo su voluntad, saqueando, apoderándose de lo que no les pertenece, amenazando a todo el que tengan en el frente, por los costados, lejano o cercano.

¡Qué chiquitos!, le quedan los norteamericanos a “Chiquitòn”.

¡ORGULLOSAMENTE MONTUNO!

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