"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

La historia como arma de combate

Es indignante el entreguismo rastrero de Guaido y su pandilla. La Operación Gedeón es lo peor que Venezuela ha enfrentado históricamente en términos de traición a la patria y corrupción. Sin embargo, hagamos memoria. El 18 de octubre de 1963, el Miami Herald difundió un artículo de los periodistas Robert S. Allen y Paúl Scott en donde éstos informan que el Presidente John F. Kennedy “ha decidido definitivamente mandar tropas a Venezuela, si dan golpe a Betancourt”.

La información agrega que el primer mandatario americano lo hizo saber a los Departamentos de Estados, Defensa y Relaciones Exteriores del Senado. Claro, ya Kennedy había visitado a Venezuela en diciembre de 1961 especialmente invitado por Rómulo Betancourt y éste había respaldado vergonzantemente toda la política imperial contra Cuba en el seno de la oprobiosa OEA. Entre tanto, en el Senado estadounidense se discutían tres medidas: 1) Negación de reconocimiento diplomático; 2) Cancelación de los Programas de Asistencia (Alianza para el Progreso); 3) Autorización al Presidente para que coopere con naciones o grupo de naciones agredidas por fuerzas del “comunismo internacional”.

Y el 7 de noviembre de 1963 próximo, medios norteamericanos como el Denver Post informaban “Infantes de marina en estado de alerta para ser enviados a Venezuela”. Esta información del redactor Thayer Waldo acotaba detalles como que “los regimientos estacionados en Quántico, Virginia, serían trasladados a la estación naval de Pensacola en Florida y el siguiente paso sería el transporte aéreo de los infantes y sus aparejos a la Isla de Vieques, al este de Puerto Rico, a cincuenta minutos de Caracas por avión a chorro.

Y Waldo resaltaba el final: “Invasión por aire en gran escala, apoyada con protección aérea masiva y completada por paracaidistas”. Reiteramos, el Presidente de Venezuela era Rómulo Betancourt (1959-1964) y sus acompañantes permanentes en esos días eran el empresario Eugenio Mendoza y el Presidente de Fedecámaras Carlos Vogeler Rincones.

Similar intromisión contra la soberanía y autodeterminación de Venezuela, protagonizó Estados Unidos en años de Cipriano Castro, a través de la fracasada «Revolución Libertadora» y el bloqueo perpetrado por las potencias europeas, mientras «trabajaban» la entronización de su hombre Juan Vicente Gómez. En el siglo XIX, en tiempos de José Tadeo Monagas, la oligarquía venezolana también había hecho una  «rogatoria» al Imperio Británico para que interviniera en Venezuela y trajera la «paz».

Y durante los veinte años de Revolución Bolivariana, ¿Qué fue la crisis de 2002-2003, con golpe militar y paro petrolero? ¿Qué fue la finca Daktari? ¿Qué fue el ataque con «drones»? ¿Qué fue la «batalla de los puentes»? Eso mismo,  intentos desesperados por acabar con la Revolución Bolivariana y derrotar a nuestro pueblo.

Empero, no es hora de «comer» nada. Piense usted en la mismísima Operación Gedeon y su contexto. Repase los actores principales: Donald Trump, Iván Duque, la DEA, el títere Guaido, Rendón, Vergara, Goudrau (propietario-gerente de la organización de mercenarios Silvercorp); los dos militares patibularios del desembarco en Macuto.

Siga reflexionando. Hacen reuniones en la Casa Blanca, sabemos quiénes con quiénes. Aprueban un contrato (para variar con estafa), que significa destrozar a Venezuela aunque ellos se la quedan. Con los presidentes de Estados Unidos y Colombia «avergonzando» a Don Vito Corleone. Cliver Alcalá-Ivan Simonovis. El Cartel de la Goajira y el Capo «Doblerruedas». Los campos de entrenamiento en la Costa Atlántica. O sea.

Todo esto, después de declararnos «amenaza inusual y extraordinaria», robarnos, saquearnos y sancionarnos, bloquear alimentos y medicinas y ponerle precio a la cabeza del Presidente y otros líderes. ¿Usted vio esto, antes? El camino querido amigo, es el trazado por el Presidente Nicolás Maduro: una repuesta internacional firme que con el apoyo de los pueblos del mundo detenga la zarpa imperialista arrolladora.

Y esto es, entendamos la cosa: alta política, diplomacia de paz y nervios de acero.

Coronavirus de por medio, los derrotaremos nuevamente.

Venceremos.

 

(Ver Simón Sáez Mérida. La cara oculta de Rómulo Betancourt. El proyecto invasor de Venezuela por tropas extranjeras. Caracas, Fondo Editorial Almargen. 1997 y Domingo Alberto Rangel. Cipriano Castro, semblanza de un patriota. S.l, S.E, 1995).

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