El acontecimiento del cadáver de Alberto Lovera, ahí mismito donde jugaba, nadaba y decía Ángel Salazar que pescaba y recogía sacos de chipichipes y guacucos, estremeció y enterneció su adolescencia.
Desde ese tiempo aprendió a guardar secretos y los silencios debidos:
Jugaba béisbol con un americano del cuerpo de paz en una cancha cerquita de su casa y la vez mantenía relaciones con comunistas y sabía de sus escondites.
En la Universidad de Oriente reconoce que es lanzado en un modelo universitario hecho a la imagen y semejanza de la colonización gringa. Y aparece Ángel contestatario, rebelde y revolucionario. Se hace partícipe de un movimiento estudiantil que es impactado por la gesta del Che Guevara, los cronopios de Julio Cortázar, la música de los Beatles y el funcionamiento de las bases de apoyo a la guerrilla del oriente instaladas en Cumaná. La narración de esa insurrección corre por cuenta de Alexis Romero Salazar y su documental “También en ti que eres un Ángel. La lucha por la democratización de la Universidad de Oriente, 1969″.
Expulsado de la Universidad de Oriente, por uno de los ataques más represivos contra el movimiento estudiantil venezolano, se viene a estudiar en la Universidad Central de Venezuela, afirmándose como activista destacado y relevante de esa tropa juvenil en la que se cebaron los gobiernos adecos y copeyanos.
En la UCV nos reencontramos como parte de esa oleada de jóvenes y estudiantes que con admiración pero también con saña llamaban ORiente; él hizo suyos al Comité de Peladores de Bola y la Asociación de Estudiantes de Anzoátegui. Ya nuestras vidas era otra cosa.
Del indomable “Barcelona”, el militante antiburocrático por excelencia, podemos recordar aquel día que lo proponen como candidato de la Liga Socialista a Senador por el estado Miranda, y se le salió el cimarrón y el indio juntos: “ustedes me proponen y firmo la planilla esa que me importa un carajo, porque haré campaña para que David Nieves salga electo y asegurar de nuevo su libertad”. Al salir de la reunión en cuestión nos fuimos a un restaurant que quedaba en la avenida Victoria, mientras almorzamos-cenamos con una sopa de pescado oímos no sé cuántas veces la canción preferida de Carlos Wilfredo García “Good Morning Starshine” (Buenos días estrella brillante).
Hace cinco años renovamos nuestros votos de andar más juntos que nunca y se erigió como una de las piezas fundamentales de la Brigada Carlos Wilfredo García-José Aquino (adscrita al PSUV) y del portal Red Angostura: el Comandante Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana nos convocaban.
Reconocer que sin Ángel de Lecherías el rumbo que con pasión vamos trazando y los objetivos alcanzados no hubiesen sido posibles, de ningún modo significa un homenaje sino una alianza ineludible con la ética de la responsabilidad política de un marxista, chavista y ateo a carta cabal.
Abundan los testimonios que nos salen del alma. Vienen de la cotidianidad, de pasar de verdad verdad “vainas juntos”, de vidas compartidas durante más de medio siglo y de ayer nomás; la palabra nomás le encantaba y riendo me decía “te perdimos, tú no eres oriental”, y de vez en cuando lanzaba la ironía, “ahora éste se cree mexicano”.
La andanada de cortos mensajes recibidos, en menos de 24 horas, son un amor exuberante por un ser de pie y a pedal:
El “¡No!” profundo de Ingrid Cortez; la pregunta fulgurante de Rodulfo Pérez “Qué hay que hacer”; el guayabo a más no poder de Alexis Corredor; un Twitter urgentísimo de Dámaso Pérez; Hugo Márquez en llantos; la consternación de Jacqueline Faria y de Lisbeth Farías; las caritas triste de la Vicepresidente Delcy Rodríguez; las voces cercanas que vienen de lejos de David González, Rafael Quintero y Juvenal Rodríguez; el expresivo “Carajo” de María Alejandra Díaz; el corazón con su leyenda “siempre adelante” de Vizabet; la desolación de Vianney; el amoroso “amigo de los caminos” de José María Alfonzo; el video elaborado en un santiamén por Jesús Ayacucho; el banner que Castor Díaz diseña a pesar de que “a cada todo momento la luz se fue”; las palabras sinceras de Wilfredo Jiménez; el mensaje apasionante de Ricardo Chang; los relatos de Fernando Soto Rojas, Agustín Calzadilla y Omar Galíndez; el “ciertamente un gran camarada, una gran persona, un gran amigo” de Igor Gavidia; el indio Roger Jiménez y su gallardía; Yulin con su demanda “avíseme “por Ángel lo que sea”; las notas sensibles de Zulima Pérez, Carolina Tovar y Nelly Carrillo: los mensajes dolidos y guerreros de todos los equipos de la Brigada y de Red Angostura; y el amor inconmensurable de Arón.
Avanzaremos con el chavista de las Playas de Lecherías. Eso es verdad me dice su Walkiria Zurita,
¡Vivirá y Vencerá”!
Nota: Está en pie un compromiso: recopilaremos cada uno de los mensajes y escritos recibidos y haremos una edición especial de Red Angostura. Los camaradas que tienen mi email (fclugo50 gmail.com) por favor, también comunicarse por esa vía, y así agilizar la sistematización de los cientos de mensajes que hemos recibido.