La coyuntura política del 2020 continúa desarrollándose bajo dos circunstancias: los impactos el COVID-19 y el asedio imperialista yanky que contextualizan la iniciativa política de las elecciones del Domingo 6 de Diciembre de 2020 (véase mi artículo en Red Angostura el 17.08.2020) y la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que sigue siendo la trinchera y escudo político de la nación y de la Revolución Bolivariana, con legitimidad constitucional, histórica y popular y legitimidad constitucional; convocada por el presidente Maduro en mayo de 2017 con los siguientes objetivos:
- Garantizar la paz
- Perfeccionar el sistema económico
- Constitucionalizar las misiones
- Ampliar el sistema de justicia
- Nuevas formas de democracia participativa
- Defensa de la soberanía popular
- Carácter pluricultural de la patria
- Garantizar la estabilidad futura
- Preservación de la vida, de la especie humana y el planeta
- El tema de la mujer y la juventud
- Recientemente, el presidente Nicolás Maduro ha planteado el reto de un nuevo objetivo:
- La constitucionalización de las Leyes del Poder Popular
El 4 de agosto de 2017 por razones de reglamento interno se me asigna aperturarla, y dos años después en el Panteón Nacional, por decisión de la junta directiva dela ANC me correspondió hacer un saludo-balance de la gestión.
En esas oportunidades planteé que la finalidad esencial de la ANC debía ser definir en el texto constitucional el tema de la emancipación de la Nación venezolana de toda dominación extranjera, tal como quedó establecido en la Constitución de 1811 y posteriormente lo planteó Bolívar, El Libertador, en el Congreso de Angostura el 15 de febrero de 1819 en el «célebre discurso» demando Liberarnos de la Tiranía Doméstica, la esclavitud de los negros (y esa hoy la lucha de los trabajadores y trabajadoras contra toda forma de explotación y dominación nacional por parte de la burguesía) y que ello sólo era y es posible con la absoluta independencia de la patria y con la construcción del Socialismo Bolivariano del siglo XXI.
Por otra parte debemos sistematizar todas nuestras leyes orgánicas, ordinarias, etc. Priva todavía en nuestro ordenamiento jurídico una idea que aprendimos en nuestras clases de derecho constitucional en 1954-55 en la UCV con el Profesor Dr. Ismael Puerta Flores, él nos hablaba de que el casuismo jurídico-español es dominante en nuestras constituciones, leyes, decretos y reglamentos ya que en esa época eran necesarios los detalles y explicaciones minuciosas y repetitivas, por razones de tiempo y espacio de las comunicaciones y el control absoluto de los reyes.
En Venezuela tenemos más de 300 leyes, reglamentos, etc. Existen 8 leyes sobre el poder popular, 3 sobre el ambiente y otras de educación, etc. En Vietnam la ley del Poder Popular contempla 16 artículos. Creo que ningún abogado nos puede hablar hoy con propiedad de toda la legislación venezolana.
La burguesía europea con el Emperador Napoleón, organizó todo el llamado Mundo Occidental con 3 códigos, el código civil, el código penal y el código militar, en el siglo XIX y principios del XX.
Los proletarios desde los tiempos de la Revolución rusa, de Lenin, no hemos sistematizado nuestras leyes en códigos de contenido popular, sencillos y comprensibles, es decir, los Códigos Socialistas que no deberían ser más de 10.
Las Revoluciones de Cuba, Nicaragua y Venezuela, Tenemos esa deuda histórica pendiente. La Revolución Bolivariana puede aportar elementos teóricos y prácticos en esa dirección de sistematización.
En la ANC, en sus comisiones de trabajo, antes del COVID-19, se debatió sobre la reforma a la Constitución y otras leyes; tenemos elementos jurídicos, conceptuales y programáticos para armar y estructurar un proyecto de texto constitucional.
El Bicentenario de Carabobo está en marcha para su celebración, pregunto yo, ¿el 24.06.2021 no sería un buen día para sancionar nuestro nuevo texto constitucional?
Quedan otros asuntos pendientes de la ANC y de la futura nueva Asamblea Nacional. Es indispensable avanzar con la batalla de ideas y en lo programático para marchar con rumbo cierto en los próximos 50 ó 100 años.
El sueño de Marx era construir asociaciones populares de deberes y derechos recíprocos….