Las actuales victorias populares en Bolivia y Chile impulsan vientos de cambio y grandes luchas permanentes en nuestra América y el mundo. Bolivia recuperó la democracia en las pasadas elecciones porque el MAS es sobre todo un aparato político del pueblo llano. El Presidente Luis Arce, exministro de economía y artífice del “milagro económico” anunció un gobierno renovado con jóvenes bien preparados, esto suena prometedor, pero los tecnócratas, suelen estar muy aleja-dos de las bases populares y trabajado-ras y esto puede derivar en políticas cada vez más socialdemócratas y alejadas de la base social dura del MAS, a la que sí representa el electo vicepresidente David Choquehuanca.
Los desafíos del nuevo gobierno del MAS pasan por enfrentar el nuevo pro-ceso desestabilizador que tratarán de generar los opositores dentro y fuera de la Asamblea. En este foro, el MAS tiene mayoría y dominará ambas Cámaras, pero le harán una oposición sucia y de boicot, una guerra sin cuartel. La segunda fuerza política, el partido Comunidad Ciudadana representa a grandes empresarios y es liderada por el títere político de EE.UU., Carlos Mesa, quien fue un artífice del golpe de Estado. La tercera fuerza, creemos es el instrumento liderado por Fernando Camacho, que representa a otros ricos oligarcas golpistas originarios de Santa Cruz, con sus grupos de ultraderecha violentos que emplean para la desestabilización en las calles. Otro actor es el ejército que demostró, su talante más retrogrado, traicionando la democracia y reprimiendo al pueblo.
Por una década Evo Morales no logró depurarlo y ahora será tanto o más difícil. Urge la depuración de los servicios de inteligencia. Limpiar la corrupción administrativa y la policía. El MAS no logró implementar una adecuada reforma judicial porque el propio gremio repleto de corruptelas y enemigos políticos fue el impedimento. Cambiar la mentalidad racista y clasista que desprecia al cholo, por parte de sectores medios, funcionarios y hasta docentes que se educan con esa rémora ideológica desde la infancia y en su lugar hacer de la igualdad efectiva y la plurinacionalidad factores centrales de la inclusión. La política comunicacional falló en incorporar al pueblo como sujeto del proceso de cambio comunicacional. Entre los factores que lo explican está la política de comunicación de “propaganda”, pero no formativa del receptor. Otro factor es quién dirige y controla los medios; y cuáles son los contenidos y los objetivos. Telesur es un ejemplo, ya que es poco conocida en Bolivia por los sectores populares. Por tanto no se difunden suficientemente sus contenidos, la verdad hay que decirla. La población se informa y forma “opinión” por medios sobre todo privados de la derecha ideológica. ¿Tendrá en cuenta esto el nuevo Gobierno del MAS?.
El aprendizaje pendiente es que los medios de comunicación solo estarán al ser vicio del pueblo, cuando periodistas y comunicadores sean formados mayor-mente por docentes y organizaciones populares con conciencia de clase obrera. Las primeras medidas socio-económicas del nuevo gobierno del MAS parten del hecho que, en 11 meses de gobierno de facto se empobreció el boliviano y fueron saqueadas las arcas del Estado, dejando a Bolivia, según el nuevo presi-dente Arce con una tasa de crecimiento negativa de -11%, vale decir en quiebra. Por lo cual, sus primeras medidas económicas serán repartir un Bono contra el hambre y la pobreza de 1.000 bolivianos a la población que lo necesita. Reducción de impuestos al valor agregado para pagos con tarjeta de crédito entre 3 y 8%. Devolución del IVA para las personas de bajos ingresos. Impuesto a las grandes fortunas según su patrimonio personal. Evitar en lo posible devaluar la moneda y reactivar el comercio, la industria in-terna y las empresas nacionales.
Bolivia en el contexto latinoamericano restablecerá las relaciones con Cuba y Venezuela, ya lo anunció Arce. También continuará apoyando la reactivación y orientación cada vez más democrática y eficaz de los organismos regionales. Con el caso de Bolivia los gobiernos democráticos de América deberán revisar el papel de la OEA, cuyo Secretario general Almagro al servicio de EE.UU., una vez más apoyó y propició un golpe de Estado. El nuevo gobierno del MAS retomará los procesos de integración económica sud-americana beneficiosos para Bolivia y otros países vecinos, como el gigantesco proyecto de trasporte del Tren Bioceánico que Bolivia ya adelantaba con sus socios regionales, algunos europeos y otros más.
China y Rusia son incógnitas que se irán despejando, mientras EE.UU., observa la jugada empeñada en sacarlos de lo que concluyen es su área de interés. Algunos especulan que hubo presión de multinacionales interesadas en gran-des proyectos a sus gobiernos, para que fuese un eficaz y colaborativo gobierno del MAS con Luis Arce al frente, el que dirija Bolivia como socio de interés. Para estos objetivos pendientes y según esta tesis, era necesario que EE.UU., cediera espacio y ordenara a sus socios oligárquicos, reconocer el triunfo electoral del MAS y permitirle retomar las riendas del gobierno.
EE.UU., y las multinacionales trabajan a plazo largo, por lo cual propiciar un gran alzamiento del MAS en Bolivia, robándole de nuevo las elecciones, sin tomar en cuenta su amplio apoyo popular, habría sido contraproducente. Y más teniendo a días, el plebiscito en Chi-le, las elecciones en EEUU., las próximas elecciones en Ecuador y las parlamentarias en Venezuela. Pero ojo con la patria bolivariana, «No se puede confiar en el Imperialismo, pero, ni tantico así», dijo el CHE y el imperio lo demostró cuando lo asesinó en suelo boliviano. Terminamos con otro aprendizaje: En Bolivia, el MAS impulsó muy poco la formación política. Este fue el gran déficit del Pro-ceso de Cambio. Y esto sucede a nivel continental. Si la izquierda no realiza formación política continua, profunda y extensa cuesta avanzar. Aun así, seguimos sembrado futuro.