A lo largo de la historia, las ideologías se han fundamentado en proyectos concretos que han garantizado la hegemonía de un sistema político, económico, social, militar o cultural. De igual forma, al mismo tiempo han existido fundamentos ideológicos de liberación con diferentes matices y en diferentes contextos sociales. Por otro lado, el Socialismo Bolivariano del siglo XXI ue sintetizó, denominó, fundó y empezó con su construcción el Comandante Chávez, tiene sus raíces propias en Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora, tomando en consideración los diferentes aportes de los principales humanistas, líderes políticos y visionarios de un mundo mejor.
Ahora bien, el Socialismo Bolivariano del siglo XXI básicamente es la creación de un nuevo sistema democrático, político, social, económico, cultural y hasta jurídico donde se puede transferir el Poder al Pueblo organizado, consciente y en constante preparación. Este nuevo sistema contiene un proyecto liberador, el Plan de la Patria, que especialmente deberían de conocer todos los jóvenes, ya que el mismo tiene como finalidad mejorar las condiciones materiales y espirituales de todas las venezolanas y venezolanos. Partiendo de éste fundamento base, podemos decir que toda ideología es un sistema de principios y valores que va tomada de la mano con la cultura, la cual son todas aquellas cosas que hace el ser humano en los múltiples ámbitos.
La pregunta dorada que podemos hacernos a modo de reflexión social es: ¿Cuáles son esos elementos ideológicos centrales del sistema capitalista que reproducimos socialmente y cuáles son esos elementos liberadores fundamentales que tenemos para profundizar la construcción del Socialismo Bolivariano del siglo XXI como sistema alternativo? Existen múltiples elementos ideológicos del sistema capitalista que se reproducen todos los días en Venezuela, pero los podemos sintetizar en tres con la finalidad de explicarlo de forma andragógica. La primera que podemos identificar es en el ámbito económico, ya que culturalmente el Pueblo de Venezuela ha utilizado productos alimenticios, de aseo personal y hasta tecnológicos de diferentes marcas de empresas o transnacionales, y eso lo podemos diagnosticar preguntándonos a nosotros mismos cuales son los cereales, bebidas, chocolates, jabones, cremas dentales, celulares, neveras, vehículos, entre otros productos que consumimos o utilizamos a diario desde hace mucho tiempo. Por lo tanto, mediante de éstos productos el sistema capitalista y ahora el sistema imperial, entra en las casas y en nuestras vidas sin pedir permiso, pero si convirtiéndose en valores de uso y consumo de gran importancia como si fueran Caballos de Troya, que se encargan de imponerse por razones pragmáticas dentro de una lógica delas necesidades de rutina social que además de transculturizar por si misma es contra revolucionaria, ya que te enajena de los esencial y de lo autóctono, te adormece solo para consumir sin producir de raíz, convirtiendo al mundo en un estereotipo jurídicamente blindado o hasta sin regulación legal alguna.
El segundo elemento es de orden subjetivo, por ser un tema delicado y susceptible evitaremos generalizar, ya que eso sería tonto, pero así como en época de la Colonia las familias de ese entonces reproducían los valores y la cultura del Imperio Español, en la actualidad la mayoría de las familias venezolanas reproducen social y culturalmente el sistema imperial. Uno de los ejemplos es cuando se le imponen a los más niños patrones de conductas, normas y premiaciones que mutilan la verdadera esencia del desarrollo humanista y filantrópico; un ejemplo de ello es cuando los padres le dicen a sus hijos que carrera profesional tienen que estudiar “para ser alguien en la vida”, lo cual es plenamente conductista en pro dela lógica del mercado netamente capitalista. El tercer elemento ideológico del sistema capitalista que se suele reproducir a través de los múltiples medios de comunicación, como por ejemplo las redes sociales actuales que son muy incisivas, persuasivas y sugestivas en la sociedad venezolana; son la mayoría de las películas, las series de entretenimiento, las novelas, los concursos superficiales y dibujos animados o hasta simples memes que condicionan al Pueblo con la finalidad de alienar y fragmentar socialmente el pensamiento crítico constructivo del Estado Nación y de la Patria Grande, imponiendo falsos héroes y generando una lógica que se opone a la revolución bolivariana, la cual algunos opositores de partidos políticos la defienden como si estuvieran defendiendo su derecho a la ignorancia, cuando la verdad es que solo buscan acoplarse al sistema hegemónico imperial. En contra posición, tenemos que efectivamente existen elementos históricos de tradiciones venezolanas y del pensamiento revolucionario natural que forman parte de nuestra vida cotidiana. Podemos mencionaren ésta ocasión por razones prácticas las cuatro siguientes: El primero es la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, ya que es un Programa político jurídico por excelencia que norma la realidad social partiendo de los principios y valores basados en la doctrina de Simón Bolívar que al mismo tiempo le pone un dique al capitalismo mundial en la Patria venezolana.
El segundo elemento es la combinación de la organización con la cultura del debate político que ocurre por excelencia en las bases sociales del Pueblo. Es de carácter estratégico la cultura del debate para poder entendernos con respeto como venezolanos y venezolanas para construir el Estado Nación que garantiza la independencia, la soberanía y la autodeterminación consagrada en nuestra Carta Magna que nos identifica y nos señala la trayectoria correcta de la mano con el Plan de la Patria. Si bien es cierto, la pandemia ha afectado considerablemente ese contacto de afecto y de cara a cara para entablar el debate, pequeños encuentros y la tecnología han permitido mantener el contacto puntual para que no se detenga la vida política. El tercer elemento son las vías de comunicación y expresión popular así como para los libertadores en la época de la Colonia lo era la imprenta, en la actualidad podemos decir que los diferentes medios de comunicación son herramientas para el combate por la vida.
En lo que se debe trabajar más es en el contenido pedagógico para poder saberlo explicar correctamente y masificar su difusión de forma atractiva para la psiquis de todos. En último lugar y no por ser menos importante, es el elemento tradicional de nuestras costumbres y cultura popular como lo son las canciones, bailes, comidas, fiestas, símbolos y entre otras manifestaciones propias que nos identifican y estimulan el espíritu de solidaridad entre nosotros y el principio de unidad, ya que escuchar el Himno Nacional o el Alma Llanera en otro país toca fibra y sentimientos patrióticos por nombrar la música, pero así ocurre con las diferentes tradiciones que en ocasiones pasan desapercibidas por ser comunes en la gran casa de todos y todas.
Para finalizar, es esencial potenciar estos cuatros elementos centrales en la historia de Venezuela como parte de nuestra ideología bolivariana del siglo XXI a través de la nueva Asamblea Nacional, el Poder Popular, la Educación Liberadora y una Economía Productiva que tenga impacto transversal en la transformación del núcleo fundamental de la sociedad, internalizando una nueva cosmovisión basada en el Socialismo Bolivariano del siglo XXI. La Ideología Bolivariana del siglo XXI llegó para revolucionar la mente, el corazón y el espíritu del pueblo.