"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

De las calles a la Convención: las feministas protagonistas de la Reforma Constitucional chilena

Entrevista con Bárbara Sepúlveda Hales, constituyente electa

Chile debate una Constitución feminista. Para asomarnos a esta realidad y conocer más sobre el rol de las mujeres en esta nueva etapa de la historia del país hermano, entrevistamos a Bárbara Sepúlveda Hales, constituyente electa.

Con la ansiedad que nos impone la virtualidad, nos conectamos al zoom y desde el celu María Paz, su ayudante, se deshace en disculpas porque Bárbara aún está en el metro y llegará 30 minutos más tarde de lo previsto. Después nos contará que se bajó y atravesó casi corriendo las calles que la separaban del zoom con sus hermanas argentinas, esas calles de Santiago que nuevamente nos conmueven la esperanza.

Imaginamos a Bárbara y es casi una metáfora, las mujeres saltando a la calle, atravesando obstáculos para tomar la historia por asalto y maternar revoluciones.

En octubre del 2019 Chile despertó, frente al abuso del poder el pueblo dijo basta, enarbolando la esperanza al grito de: “No son 30 pesos, son 30 años”

Las mentes más abiertas la nombraron “la revolución de octubre” (cualquier similitud con nuestro 17 no es mera coincidencia), del fragor del alzamiento popular surgió como propuesta la reforma constitucional. La madre de todas las leyes nunca fue escrita con participación popular y mucho menos con protagonismo de las mujeres. Así se abrió en Chile un camino de transformación que crece día a día.

Las mujeres al frente

La elección tuvo dos gratas sorpresas. Las mujeres fueron mayoría y la izquierda que encarna demandas feministas, sociales y ambientales también, derribando así el cepo que quiso imponer el régimen gobernante a la hora de refugiarse en las dos terceras partes para tener derecho a veto. (1) (2)

“Llegó el momento de construir una nueva Constitución para Chile, más justa y equitativa para tod@s. El país despertó y ya no hay vuelta atrás” decía en las calles, en las radios, en la tv y en todos los espacios que se abrieran al debate, Barbara Sepulveda Hales electa en representación de mujeres y hombres que quieren un Chile Digno.

Crece desde el pie

¿Cómo se logró la paridad de género? Como siempre… a fuerza de empujar y pujar.

“Fue un proceso que surge de las organizaciones de mujeres y las feministas para impulsarlo dentro del proceso Constituyente, que en su inicio no contemplaba ni la paridad ni la cuota de género. Tampoco se le había dado relevancia a uno de los temas que veníamos exigiendo desde las movilizaciones feministas que era la representación política paritaria en todos los espacios de decisión.”

Bárbara nos cuenta cómo las leyes de cuotas habían demostrado ser insuficientes a la hora de promover la participación de las mujeres al quedar como acciones temporales que muchas veces se utilizan para no poner mujeres en espacio de disputa real donde pudieran ser electas.

“Sabemos que la ausencia de las mujeres en estos espacios de poder no es menosprecio al liderazgo. La mayoría de las veces se trata condiciones específicas y materiales que vivimos especialmente en países como el nuestro dónde la corresponsabilidad no existe, básicamente, y para las mujeres es muy difícil participar de los espacios de deliberación colectiva, estamos invisibilizadas.”

Para adquirir visibilidad y protagonismo, en un proceso tan importante como la definición de las bases sobre las cuales construir un nuevo proyecto de país, la paridad fue una bandera clara y esencial, las chilenas fueron por el 50% de la participación. Lo consiguieron.

“Muchas veces son los propios compañeros de los partidos políticos, de los sindicatos, de las mismas organizaciones sociales que  dicen que las mujeres no participan, como si fuera que no quisiéramos ser parte, lo que indica un desconocimiento  del interés que tenemos en la política y que no entienden que muchas veces las mujeres están cumpliendo otras labores que no se reconocen como trabajo y que son además profundamente feminizadas, en roles que históricamente se nos adjudican, como los cuidados, las labores domésticas, situaciones que hacen muy difícil participar en cualquier espacio.

Este desafío trasciende al hermano país y debe asumirse para todos aquellos que soñemos avanzar hacia democracias paritarias, inclusivas y con derechos sociales.

“La mejor señal de una democracia igualitaria en construcción es que el momento en que se construyen estas nuevas bases sociales se haga de forma paritaria hombres y mujeres, pero también de forma sustantiva con una participación de todos aquellos sectores que han sido históricamente excluidos de la deliberación democrática, hablo de niños y adolescentes, adultos mayores, diversidades sexuales, los pueblos indígenas, las personas con discapacidad. Las mujeres abrimos paso, las feministas fuimos una punta de lanza en esta tramitación en el Congreso de la Reforma Constitucional, empujamos un debate que incorporó además a todos esos otros sectores…”

Codo a codo, construir igualdad

“Claramente uno de los desafíos grandes en materia de democracia es cómo la profundizamos, cómo la hacemos participativa, descentralizada y desconcentramos el poder redistribuyéndolo en la ciudadanía entre hombres y mujeres.”

Para alcanzar los objetivos que se han propuesto, las feministas, ya comenzaron a tejer acuerdos para lo que consideran sustancial: derechos sociales, soberanía económica, protección del medio ambiente, sumados, obviamente a los derechos específicos de las mujeres y las banderas de la diversidad sexual.

Bárbara reconoce como un valor fundamental que el feminismo asuma como bandera la lucha de todos los sectores postergados y oprimidos que hoy sufren con mayor fuerza los embates de una crisis económica y sanitaria que atraviesa no sólo Chile.

“Esa sensibilidad es parte del Movimiento Político que hoy representa a los distintos feminismos que llegan a la Constituyente. (…) El feminismo aporta un entendimiento interseccional de cómo se vive la desigualdad, la discriminación y la violencia.”

Al momento del debate Bárbara espera que las otras mujeres constituyentes, que hoy no se declaran feminista, se sumen de forma positiva a estas demandas, también cuenta con los aliados varones que luchan por un Chile digno.

La salida es colectiva.

Para Bárbara la constituyente abre un espacio reactivar la participación ciudadana y el tejido social, dando voz a todas las organizaciones que han sido deterioradas por el neoliberalismo.

“Las feministas tenemos el apoyo, no sólo de partidos políticos, o las que van de forma independiente, sino que contamos con el respaldo de la construcción colectiva de un programa que es bastante amplio y genera muchísima adhesión. No veo muchas diferencias dentro de los sectores feministas en torno a cuestiones de cómo debe incorporarse la perspectiva de género en la Constituyente y en el texto constitucional.”

Ser electas, no es suficiente

En términos prácticos el primer desafío será enfrentar el reglamento de funcionamiento de la convención constitucional paritaria, o sea funcionar permitiendo la participación real y que no se repliquen formas de exclusión. Por ejemplo, tener en cuenta los horarios de las mujeres que son cuidadoras y que necesitan espacios garantizados para ejercer la representación para la cual fueron electas.

“Pensamos un rol social importante en materia de cuidado, por lo tanto, la Constituyente tiene que reflejar eso y generar un espacio libre de violencia dentro de la convención.”

El Cuidado es la base

Bárbara señala que la propuesta en materia de Cuidado tiene varios niveles. Un comienzo es el ámbito constitucional y por lo tanto es importante delinear desde ya cómo los cuidados son parte de muchos otros derechos, por lo que entiende que debe ser transversales en su consagración.

Hablar de políticas del cuidado en clave de derechos constitucionales es hablar de derecho a la educación, derecho al trabajo, de establecer una corresponsabilidad social y sacarlo del ámbito privado y familiar, entre otras transversalidades.

“El Estado debe ser garante de derechos, de protección y de cuidados en general para permitir que las familias puedan funcionar con libertad y que no exista un límite entre la vida familiar y la vida laboral. En Chile hoy no existe el derecho a trabajar sino la libertad de hacerlo por lo tanto consagrar este derecho nos hace pensar en formas de trabajo que permitan ejercerlo con la tranquilidad de que sus hijes o las personas que deben estar siendo cuidadas, lo están, porque hay una lógica social que así lo dispone, ya sea porque hay instituciones públicas o una colectivización de los cuidados que les permite realizar otras labores.”

Barbara espera que este criterio de sacar el rol de los cuidados del ámbito privado ayude a que más mujeres accedan al mercado laboral pero también empujando cambios culturales que permitan no feminizar el rol de cuidados. Señala que en un principio va a ser una política de género fuerte, pero que debiera apuntar a que cualquier persona pueda ejercer este rol dentro del ámbito doméstico, con reconocimiento social y económico.

Barrer con el trabajo doméstico no remunerado

“Una de las banderas es el reconocimiento del trabajo doméstico no remunerado”.

Este es un tema fundamental en materia constitucional que propone la base normativa necesaria para avanzar hacia una valorización específica. En este sentido las economistas feministas tienen maravillosos trabajos de medición y estadística que señalan un aporte del 23% del PIB Chile.

“Una vez que eso se cuantifica, luego se valoriza en políticas públicas y la legislación ordinaria puede establecer una remuneración”.

Feminismo y emancipación

El feminismo en Latinoamérica ha confirmado cómo las formas colectivas de la organización de los territorios, las demandas y la política han superado las formas patriarcales rígidas que funcionaban como obstáculos, lo colectivo fue la herramienta de transformación motor de cambio “es tremendamente esperanzador, en Latinoamérica hemos demostrado que el vínculo con la naturaleza, con los pueblos originarios y la relación que tenemos con nuestros territorios es distinta y es primordial. Tenemos grandes desafíos precisamente porque también existe una fuerte ola conservadora, ultraconservadora que golpea y reaccionan con mucha fuerza y coordinación con apoyo internacional, cada vez que el feminismo avanza en políticas públicas en materia reproductiva o de las diversidades sexuales.”

El desafío es avanzar hacia Estados plurinacionales, feministas, cuidadores, que protegen el medio ambiente y los recursos naturales. Las hermanas chilenas demuestran que es clave articular la construcción desde las bases sociales, pero sin abandonar la lucha institucionalizada. Las mujeres de Nuestra América avanzan.

SOBRE BÁRBARA SEPULVEDA HALES

Bárbara Sepúlveda Hales, tiene 35 años y es abogada constitucionalista por la Universidad de Chile, magíster en Derecho Público de la Universidad de Chile, y magíster en Género por la London School of Economics and Political Science. Autora del libro Género y Derecho Público. Es profesora de las cátedras de Derecho Constitucional, Teoría Política y Teoría Feminista del Derecho en la Universidad Alberto Hurtado, y profesora invitada en diversos cursos de postgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Su recorrido profesional y personal ha estado activamente vinculado al mundo de las organizaciones sociales siendo directora ejecutiva del Observatorio Contra el Acoso Callejero hasta 2016 y, actualmente, como fundadora y directora ejecutiva de la Asociación de Abogadas Feministas (Abofem), organización que asesora legalmente a mujeres, busca acercar e incorporar enfoque de género en el derecho y las políticas públicas, en Chile y América Latina.

1)https://www.latinamerica.undp.org/content/rblac/es/home/blog/2021/chile-s-constitutional-convention–a-triumph-of-inclusion.html Chile eligió por primera vez una Convención Constitucional encargada de escribir una nueva constitución. Es el primer órgano constituyente en el mundo que incorpora mecanismo de paridad de género, por lo que, de sus 155 integrantes, 78 son hombres y 77 mujeres. Sera uno de los órganos de mayor representación en la historia del país, no solo por el equilibrio de género. También se reservaron 17 escaños para candidaturas pertenecientes a pueblos indígenas.

2)https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-57139669 “La suma de los independientes con las dos grandes listas de la oposición (Apruebo Dignidad, con 28 escaños, y Lista del Apruebo, con 25) supera los dos tercios de los 155 escaños de la Convención, que contará con 17 cupos reservados para los pueblos indígenas y tendrá paridad entre hombres y mujeres, algo inédito en el mundo.”

 

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