Otra mesa de diálogo entre el Gobierno y la oposición, que encabeza el dirigente opositor Juan Guaidó, está en marcha, aunque los venezolanos consultados por Sputnik afirmaron que más importante que ese proceso es que exista «estabilidad» para continuar viviendo en su país.
«La verdad es que ya lo que hagan, si dialogan, si quieren ir a conocer la luna, me da igual, yo lo que quiero es que exista algo [un poco] de estabilidad en la economía, en los servicios, en el suministro de comida, gasolina, para poder seguir en mi país, es todo lo que aspiro», dijo Martín Rojas de 35 años a Sputnik.
Hace cinco años las protestas en las calles de Caracas eran la constante, y así se mantuvo hasta mediados de 2019, la diferencia política entre uno y otro sector parecía estar en su máximo nivel.
Sin embargo, la llegada de Guaidó marcó un antes y un después para muchos, su liderazgo sorpresivo se convirtió en decepción para quienes creían que se traduciría en la salida del presidente Nicolás Maduro del poder en un abrir y cerrar de ojos.
«Yo apoyé hasta 2019 a esta oposición, todo lo que pasó, la confianza con la que hablaba Guaidó realmente me hizo pensar que todo cambiaría en un abrir y cerrar de ojos, pero eso fue una fantasía, y la verdad que yo me cansé de estarme ilusionando, lo que aspiro ahora es vivir bien aquí en Venezuela», expresó a Sputnik Milagros Fuentes de 40 años.
Crisis económica
Venezuela atraviesa una fuerte crisis económica desde 2015, cuando se registró una abrupta caída de los precios del crudo, sector que representaba la mayor parte de los ingresos de la nación caribeña.
A finales de 2017, cuando el precio del crudo comenzó a estabilizarse cerca de los 50 y 60 dólares por barril, la industria petrolera venezolana afectada por la corrupción y la desinversión recibió un golpe bajo, sanciones a sus representantes en el mundo que les impedía negociar con compañías que usaran el sistema financiero de Estados Unidos.
A esas medidas, ejecutadas por el Gobierno de Estados Unidos, siguieron sanciones a las exportaciones y a las importaciones en 2019, y no solo de crudo, sino también de oro, lo que impactó directamente en el Producto Interno Bruto de la nación caribeña.
En los últimos cinco años, los venezolanos han tenido que afrontar escasez de medicamentos, alimentos, autopartes, combustibles, fallas eléctricas constantes, irregularidades en el suministro de agua, deterioro del sistema de salud entre otros, lo que el ciudadano Rafael Montoya, calificó como una tormenta.
«Los venezolanos podemos decir que somos como los sobrevivientes de una tormenta generada principalmente por corruptos de uno y otro bando (Gobierno y oposición), y nunca sabemos si la tormenta está pasando, o seguimos metidos en ella», agregó.
Esta situación ha llevado al Gobierno a buscar vías de escape y a impulsar cambios en la economía, entre ellos la liberación del uso de divisas, eliminando el control que existía desde el año 2003, en el que era el Estado el único autorizado para comprar y vender monedas extranjeras en el país.
Drásticamente, a partir de las fallas eléctricas de 2019, la economía venezolana se transformó en binaria, el dólar y el bolívar (moneda local) comenzaron a funcionar de forma paralela.
El uso del dólar es visto como «un alivio» para muchos venezolanos consultados por Sputnik, aunque también hay quienes aseguran que es una especie de «tragedia».
«Sí, mucha gente pedía la dolarización y ahora que llegó no sé si fue lo mejor, todo sigue en esa dinámica de subir y subir, pero ahora sube el precio en dólares, lo que hoy te cuesta 10 dólares mañana sin mentir lo puedes encontrar en 15 y hasta en 20 dólares», dijo a Sputnik la venezolana Romina Fuentes.
Mientras tanto, el Gobierno de Venezuela se conduce en un proceso de diálogo con la oposición, que se ha asegurado podría realizarse en México, con la mediación de Noruega y la Unión Europea.
Las autoridades del país caribeño ven este proceso como una ventana al levantamiento de las sanciones económicas, y un sector de la dirigencia opositora creen que servirá como vía para salir del Gobierno del presidente Maduro.