Aunque Estados Unidos se haya embarcado en un proyecto de «recuperación salvaje» de su economía, las cifras recientes ponen en duda su eficacia. El economista Óscar Ugarteche explica a Sputnik cuál es el fenómeno «nunca antes visto» que detiene el plan estadounidense.
Al frente del Observatorio económico latinoamericano con sede en la Ciudad de México, Oscar Ugarteche, —uno de los principales economistas de América— había previsto que la recuperación de las economías del continente tras la crisis del 2020, tendría la forma de una raíz cuadrada invertida. Es decir: no se llegaría a los niveles pre-pandémicos.
«El crecimiento de después de la crisis iba a ser menor al crecimiento económico antes de la crisis», dijo el experto en entrevista con Sputnik.
En la tarde de este 29 de julio de 2021, los datos económicos que fueron difundidos por el Gobierno de Estados Unidos señalaron que el país ha crecido menos de lo proyectado: el producto interno bruto del gigante de América del Norte creció 6,5% en el segundo trimestre del año, cuando se esperaba un crecimiento de otros dos puntos por encima, en el entorno del 8,5% del PIB.
«Sigue siendo una raíz cuadrada invertida como yo pensaba, también en Estados Unidos», señaló el experto. En diálogo con este medio apuntó que, aunque el consumo sí se recuperó en EEUU, la tasa de inversión no fue la esperada, «por lo tanto la economía norteamericana no ha crecido como tendría que haber crecido», dijo Ugarteche a Sputnik.
Inflación por transporte
«Esto es algo nuevo, nuevísimo», señaló el economista para referirse al fenómeno observado durante este 2021, vinculado a las alzas en las tasas de inflaciónque reportó el Departamento de Comercio norteamericano.
«En el último año, comparando mes a mes entre junio de 2020 con junio de 2021, el costo del transporte de mercadería entre la costa este de China y la costa oeste de Estados Unidos, subió 566%», señaló el Director del Observatorio Económico Latinoamericano.
Este fenómeno tiene un obvio impacto sobre los costos de los productos y es el principal responsable de la inflación de los precios al consumo registrada tras la vuelta de la actividad económica post-pandémica.
Ugarteche explicó a Sputnik que, desde mediados del año 2020, la recuperación de la demanda, sobre todo de partes y piezas para la fabricación en Estados Unidos, tras los cierres de los centros de producción durante meses, produjo un «cuello de botella en el transporte marítimo».
«Ahora, lo que tenía que ser un viaje de entre cinco y siete días cruzando el Pacífico, se triplicó debido a los tiempos de espera para entrar en ambos puertos, de EEUU y China», explicó Ugarteche.
Además de encarecer el costo de los productos, esta situación reveló otras implicancias particulares del mercado global actual:
Por un lado, existe una cantidad finita de contenedores metálicos para el traslado de los productos, los cuales deben ser descargados y enviados de regreso a China para su abastecimiento. Esto requiere espacio de almacenamiento y traslado de la mercadería importada para que se libere a los contenedores, lo cual cuesta dinero.
El tiempo de espera de los barcos por la saturación en los puertos de entrada y salida también tiene un costo extra, que se paga por día, y que repercute en el precio final de venta de los productos importados, o armados en el país con piezas chinas.
«Esto impacta en la tasa de inflación que, equivocadamente, se atiende como si fuera un problema monetario. Se están subiendo la tasa de interés para bajar la inflación, teniendo como resultado una baja en los niveles de consumo. Al bajar el consumo, baja el crecimiento económico. Por eso, las perspectivas de crecimiento de algunos países se han visto retrasadas», explicó el experto.