«Es importante que tengamos un mejor conocimiento de nuestras raíces, todos nuestros alrededores tienen nombres en náhuatl y no sabemos qué significan (…). Es como si se abriera un mundo de significados que antes no veíamos», asegura este lunes Pedro Reyes (Ciudad de México, 1972) en entrevista con Efe desde su taller ubicado en Coyoacán, en el sur de la capital.
En octubre de 2020, dos días antes de que se conmemorara la fecha en la que el navegante Cristóbal Colón pisara el continente americano en 1492, fue retirada su estatua ubicada en paseo de la Reforma con el objetivo de restaurarla y de evitar que un grupo de personas intentaran derribarla.
Pasaron meses de debates y dudas en torno a si la escultura, diseñada por el francés Charles Cordier, debía o no regresar a su pedestal, hasta que la jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, anunció la llegada de ‘Tlali’ a este espacio, una glorieta ubicada en el cruce del paseo de la Reforma y la avenida Morelos.
Alegoría de la tierra
El pasado 5 de setiembre, con motivo del Día Internacional de la Mujer Indígena, la alcaldesa informó de que la obra de Reyes llenaría el espacio de Colón para conmemorar a las mujeres indígenas del país.
«‘Tlali’ es esta escultura pensada como una alegoría a la tierra, es una estructura en piedra que toma el aspecto de la cabeza colosal, que es una aportación de los olmecas a la cultura universal», explica Reyes.
Hecha de piedra volcánica de las faldas del Popocatépetl, con la que el artista hace alusión al sol al estar formada por lava solidificada, ‘Tlali’, que significa tierra en náhuatl, tiene una serie de aspectos indígenas y femeninos con los que el autor pretende mandar un mensaje de cuidado en la relación de la humanidad con la naturaleza.
«Busqué incorporar simbolismos y elementos que hicieran referencia al aspecto femenino, poderoso y ancestral. Pero con una fisonomía indígena para darnos cuenta de que debemos aprender de la relación que los pueblos originarios tienen con la tierra», relata.
Primeras imágenes fugaces
Las primeras imágenes de cómo podría quedar la escultura fueron mostradas por el propio artista en redes sociales pero retiradas minutos después, pues prefiere que la gente emita un juicio sobre la obra cuando esta se encuentre totalmente terminada.
Pese a ello, hay símbolos que quedarán inamovibles en la conformación de la cabeza, en la que actualmente trabajan tres talleres y «muchas mujeres y hombres escultores».
«Es una mujer con características de nuestro territorio: tiene los ojos de jaguar para representar la fuerza de ese animal, los labios de las esculturas olmecas que manifiestan un ‘tepetl’ (montaña) y dos serpientes que se encuentran (haciendo alusión al origen del universo)», comenta el autor.
Además, tendrá un ‘ollin’, (palabra que significa movimiento en náhuatl) representado por las trenzas en la parte de atrás de la cabeza, cuyo significado alude a los sismos y tiene la intención de simbolizar el poder y «la fuerza sobrecogedora» de la tierra frente a la vida humana.
Espacio público y opinión oficial
Desde que se supo que este escultor sería el encargado de dar una nueva vida a este espacio del paseo de la Reforma –una arteria que él califica de «manifestódromo» por las múltiples marchas y movimientos sociales que suceden en este lugar–, ha tenido que vivir en medio de críticas sobre su trabajo.
«Todo proyecto público es polémico y habrá reacciones a favor y en contra. Yo siento que hemos logrado un equipo de mujeres y hombres escultores que tienen toda la capacidad para hacerlo (…). Es de esas obras que son producto del esfuerzo colectivo en donde buscamos esa dignidad a la altura del pueblo», cuenta Reyes.
Tanto el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, como la alcaldesa Sheinbaum han expresado su apoyo a la obra del también arquitecto y artista visual.
«Estoy totalmente de acuerdo (de que se haga la escultura) porque a partir de la invasión, hace 500 años, se quiso ocultar el pasado artístico, cultural, de los pueblos originarios, las grandes culturas del México prehispánico, y eso lo tenemos que exaltar», respondió López Obrador al ser cuestionado sobre esta obra, que se espera que esté ya expuesta a comienzos de 2022.