"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

Duro retorno a casa, víctimas de la xenofobia

Venezolanos  emprenden el  duro, presionados por los gobiernos de los países  donde están y sin dinero

El Gobierno del señor Lenin Moreno les dio 60 días a los venezolanos que están en Ecuador en situación irregular para que abandonen su territorio.

En Lima y en las principales ciudades de Perú nos cuenta José Bello que la presión del gobierno en contra de los venezolanos es insoportable.

En Bogotá y varias ciudades de Colombia han echado a las calles a los venezolanos que no tienen dinero para pagar el alquiler y los servicios.

Rebeca nos escribió vía wasap que viene en camino hacia Venezuela por las carreteras neogranadinas en una caravana de caminantes sedientos, con hambre y con niños enfermos.

Las consecuencias de la agresividad de la pandemia del coronavirus han uniformado la crisis económica en todos los países del mundo.

Varios millones de venezolanos que fueron presionados por la debacle económica de nuestra nación, que tuvieron que emigrar hacia otras naciones están hoy en una terrible disyuntiva: volver al país del que con dolor y lágrimas amargas tuvieron que irse.

¿Quién de nosotros no tiene un hijo, un nieto, una sobrina, una hermana, un abuelo, una esposa, un amigo o un conocido que tuvo que marcharse a otro país huyendo de la tragedia venezolana?

La vida es alegría a veces y es tristeza a veces. Nos duele en lo más profundo de nuestra fibra tener que presenciar el retorno triste de nuestros hermanos caminando desolados por las carreteras de esos países volviendo a nuestra patria.

Ya saldrán los demagogos de la politiquería internacional a llorar lágrimas de cocodrilos por nosotros. No queremos esas lágrimas, ni esos cumplidos, guárdenselos por favor.

De esta terrible experiencia tenemos que aprender como nación, fuimos generosos en el pasado regalando la inmensa riqueza que nos dotó la naturaleza y fuimos hospitalarios con todos los pueblos del mundo que se vinieron a nuestra tierra a vivir huyendo de sus desgracias.

Hemos saboreado con amargura la ingratitud, la humillación y el maltrato, de eso ya tomamos nota para el futuro, arrieros somos y en camino andamos.

Volveremos a comenzar, saldremos adelante, venceremos a la crisis económica y mantendremos al coronavirus a raya.

La dialéctica nos está enseñando que todos los caminos conducen al “Encuentro Venezolano”, al trabajo y a la producción entre los iguales y los desiguales, a la unidad con los contrarios por encima de las fronteras ideológicas, políticas, económicas y sociales.

¡Bienvenidos todos nuestros hermanos y hermanas que vuelven a Venezuela!

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