I
La amenaza de una inminente guerra de Estados Unidos (EU) contra Rusia, promovida a base de mentiras yankees repetidas por sus lacayos europeos; guerra que aquél venía promoviendo desde meses antes acusando sin ninguna base a Rusia de amenazar a Ucrania con una invasión y que estaba a punto de estallar porque a esas alturas bastaba un simple error o una provocación más para que estallara, se desinfló bruscamente por el momento, sólo por el momento, en días pasados.
Sabiendo cómo mienten los medios estadounidenses y mundiales (que de hecho son lo mismo porque aquellos elaboran las mentiras y estos las repiten) conviene recordar los hechos principales y los rasgos básicos de esa agresión por parte de EU, de su prensa mentirosa, de la UE y de la OTAN. La agresión contra Rusia la viene cocinando EU desde hace más de una década porque siendo dueño de la OTAN y patrón de la UE, que le son indispensables y que también vienen a ser lo mismo, ha convertido la crisis que ha provocado y dirigido en Ucrania en centro de su desesperado plan de fortalecer su control de la servil y decadente Europa y de mantener acosada a Rusia, a la que amenaza con sus patrañas, con la forma en que financia y arma a Ucrania y con sanciones económicas “nunca vistas”.
Y lo primero que conviene tener en cuenta en esto si se quiere entender lo que pasa, es que los grandes medios yankees que analizan el origen directo de ese enfrentamiento, y hasta periodistas supuestamente críticos que lo analizan y se tragan esa versión, lo ubican todos en 2014 cuando Rusia recupera la península de Crimea, olvidando no solo la larga y estrecha relación conflictiva de Ucrania con Rusia (Ucrania, que en el siglo IX fue la Rusia de Kiev, hoy su capital, está en el origen de la propia Rusia) sino también dos cosas que son claves:
- Que Rusia no asaltó Crimea, territorio histórico suyo, sino que la recuperó en 2014 mediante una elección incuestionable en la que la aplastante mayoría de sus habitantes apoyó su vuelta a Rusia. Igual que lo que pasa en el este de Ucrania, en el Donbass, cuya población apoya y mantiene en forma absoluta una estrecha relación política, económica y cultural con Rusia y habla ruso, mientras se siente amenazada por una invasión real del gobierno pro nazi de esa Ucrania que ha acabado por ser un protectorado servil de EU.
- Que el hecho inmediato del que nace la crisis actual sí es 2014, pero no cuando Rusia recupera Crimea, lo que esa prensa mentirosa califica de golpe de estado ruso y no de elección masiva y democrática, sino que empieza antes, porque en Crimea en 2014 había un gobierno amigo de Rusia, el del presidente Yanukovich, al que EU derrocó en febrero de 2014; y eso sí fue un golpe de estado violento iniciado como masiva “revolución de colores”, que provocó una matanza de corte nazi y de lo que deriva por sucesión el actual gobierno del país.
De eso no se habla, porque la prensa mundial, es decir, norteamericana, no solo tiene el control manipulador de las noticias y difunde lo que conviene a EU, sino porque también sabe que para analizar una crisis desinformando y haciendo pasar esa manipulación por información, es clave partir de la fecha que conviene y no de la fecha real que pondría en evidencia la trampa y la mentira. Así pues, la crisis actual de Ucrania no empieza con el golpe de estado que promovió EU y en el que participó su embajadora, esa tal Victoria Nuland que habla a diario de democracia, sino que empieza con que Rusia se “apoderó” de Crimea, y no conque convocó una elección democrática en la que los habitantes de esta decidieron por mayoría aplastante volver a Rusia.
Y todavía debía añadirse algo más. Porque, repito, Crimea era rusa desde los viejos tiempos del zarismo, y fue en tiempos de la URSS, cuando Ucrania era una república soviética, que Khruschev, que era ucraniano y entonces gobernaba el país, entregó Crimea a sus conciudadanos sin imaginar lo que iba a pasar más adelante.
Omito por conocidas las descomunales cifras de armas y dinero entregadas por EU y la UE para armar a Ucrania y azuzarla contra Rusia. Son 17 mil millones de euros. En diciembre Rusia envió a EU un proyecto de Tratado de paz con siete propuestas sensatas ceñidas a acuerdos y decisiones de la ONU desconocidos o violados por EU. Dice que ninguna de ambas partes emprendería acciones contra la seguridad de la otra ni sería miembro de organismos internacionales que tengan ese objetivo, ni utilizaría para ello a países que fueron parte de la URSS. Y EU le garantizaría a Rusia que la OTAN no se expandiría hacia el este. Esto sería la base de un Tratado de paz que garantice que esta y la diplomacia reemplacen en forma estable al actual clima de agresiones y de guerra. Pero EU no respondió.
La guerra era inminente y los siervos de la UE competían por figurar al lado del amo en ese regalo de más dinero, armas, municiones, barcos y aviones a los ucranianos. Francia y Alemania fueron la excepción. Esta no envió armas a Ucrania, pues pese a la docilidad de su nuevo gobierno, se opone al disparate de sacar a Rusia del Swift y necesita el gasoducto. Francia porque se muestra renuente. Para el resto fue como contribuir a una piñata y todos aportaron chatarra. Me recordó los tres barcos de Menem en la Guerra del Golfo. El caso más servil fue el de España, que envió barcos a estorbar en el Mar Negro y ofreció unos inútiles aviones que, como mostró Luis Gonzalo Segura, eran para enfrentar a Marruecos.
El resultado fue que el super armado gobierno de Ucrania planease atacar el Donbass, lo que Rusia, pese a su serenidad, pacifismo y búsqueda de una solución diplomática no podía aceptar. Apoyado en el belicismo yankee, el nazismo ucraniano se creía capaz de vencer a Rusia, olvidando que esta, cuyo poderío militar es superior al de EU, podía destruir su país en cosa de horas o de días.
Y de pronto todo se paró.
Y esta vez no fue el amo el que decidió parar, porque mientras EU seguía amenazando a Rusia con bravuconadas y sanciones aplastantes que ya no tienen el poder de antes, el gobierno ucraniano reaccionó. Y lo hizo al descubrir que mientras impulsaba la guerra en Ucrania, EU sacaba a toda prisa de esta a su personal diplomático y a sus ciudadanos. Como en Afganistán. Ante eso, viendo que la actitud de EU conducía a la destrucción de su país, el gobierno ucraniano se asustó, dijo al fin la verdad y declaró que Rusia no amenazaba a Ucrania y que no había peligro de guerra.
Y fue entonces que EU tuvo que reaccionar. Y Biden, que había despreciado las sensatas propuestas diplomáticas de Rusia para evitar la guerra volviendo a la diplomacia y a las normas de la ONU, se vio forzado a responderlas mientras seguía hablando de guerra, de amenaza rusa, y enviando más armas y espías a Ucrania. Ordenó a Blinken declarar al respecto tratando de manipular la situación, aceptando unas propuestas rusas e ignorando las principales. Y Blinken debió entonces reunirse con la UE y esta se vio obligada a matizar su servilismo. Hay confusión. Francia y Alemania cuestionan esa guerra, no son amigas de expandir la OTAN, y Alemania no ha enviado armas ni dinero. Italia sigue servil, los países bálticos, arrastrados como siempre. Pero todos, siguiendo a Ucrania, llamaron ahora la atención sobre la conveniencia de la paz. Y hasta el más servil de todos, que fue España, en la persona del reptante Borrell, se atrevió a decir algo, llamando a la calma a Blinken. Pero si no se aceptan las propuestas de paz de Rusia, esta calma es ficticia y provisoria porque Blinken reiteró la vocación expansiva de la OTAN y Biden repitió ayer que enviará más tropas a Europa oriental. De modo que intentar definir el cuadro que de esto se perfila tendría que ser tema de otro artículo.
II
Cuando examinamos y constatamos a diario el gigantesco y absoluto poder mediático, manipulador y mentiroso con que Estados Unidos (EU) domina el mundo actual y le impone una tras otra las cínicas mentiras que encubren sus agresiones imperiales, siempre con la complicidad de sus vasallos europeos y de otros gobiernos y medios serviles repartidos en todo el orbe, casi siempre nos quedamos cortos porque ese poder se refuerza a diario con cada nueva crisis que provoca, con cada nueva ambición imperial suya, o con cada ataque y destrucción o aislamiento de países que le estorban; y así hasta alcanzar niveles impositivos que no era fácil imaginar hace décadas y ni siquiera hace años. Y es la forma dictatorial y absoluta con que EU, apoyado como siempre por sus siervos europeos, manipula la actual crisis de Ucrania, que en lo esencial es obra suya, lo que pone ante nuestros ojos esa nueva realidad.
No hace falta ir muy lejos en el examen de ese proceso de aumento aplastante del poder mediático y autoritario yankee y no es necesario recordar los tiempos de la guerra de Vietnam, que fueron parte de un cuadro planetario y geopolítico muy diferente del actual. Basta partir del confuso y nunca bien aclarado atentado de septiembre de 2001 contra las torres del World Trade Center neoyorquino, y del manejo mediático dictatorial impuesto por EU para impedir que se conociera la verdad imponiéndole al mundo su interesada y mentirosa versión del atentado. Que, por cierto, ha perdido interés, pues de él ya nadie habla, de modo que parece que ocurrió hace 2 siglos y no 2 décadas. Ahora sólo quiero destacar que ese confuso atentado cuya autoría no está clara fue el pretexto mediante el cual el imperio estadounidense, que entonces se proclamaba único Super poder, capaz de ganar juntas 3 guerras, inició esa criminal “Guerra contra el terror” (de los otros, no el suyo), que ha hundido al mundo en 20 años de crímenes, matanzas y destrucción de países, obra de un imperio incapaz hoy de ganar ninguna guerra, cuya decadencia se niega a reconocer, mientras sigue `promoviendo a diario sanciones, guerras por intermediarios, ataques y agresiones.
Recordaré al azar varios crímenes y mentiras yankees de las 2 primeras décadas de este siglo. Detrás del ataque aéreo había una demolición controlada de las 2 torres altas del WTC y de la pequeña; a los terroristas sauditas acusados se los dejó huir mientras se acusaba a una dudosa Al Qaeda y a Saddam Hussein, que nada tuvo que ver con el tal atentado. En el ataque anterior a Irak la hija del embajador kuwaití se disfrazó de enfermera en un fake de la CIA y acusó a Saddam Hussein, invasor de Kuwait, de haber sacado bebés de sus cunas de hospital para hacerlos morir en el piso. Madeleine Albright normalizó como necesaria la muerte de medio millón de niños iraquíes mientras EU bombardeaba Irak con uranio empobrecido. Colin Powell mostró en la ONU un frasquito como prueba de que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva para atacar a EU y a Gran Bretaña. EU causó en Irak más de un millón de muertos. Hubo torturas y violaciones, y crímenes como los de Abu Graib. Luego mintió para invadir Siria en alianza con fundamentalistas asesinos y bandas terroristas islámicas que había creado y financiado antes. Fabricó calumnias para invadir Libia: falsos videos, falsas acusaciones de que Gadafi masacraba a su pueblo. Y Hillary Clinton celebró su horrible violación y asesinato parodiando una frase de Julio César. Imposible olvidar a Obama, Nóbel de la Paz, dirigiendo desde la Sala oval de la Casa Blanca bombardeos con drones del invadido Afganistán para matar niños, mujeres y adultos civiles a los que luego se acusaba de terroristas. Irak sigue ocupado y arruinado, Libia fue destrozada por completo y Siria sólo se salvó de lo mismo gracias a la ayuda política y militar rusa que paró la invasión yankee.
Y es que pese a todo el poder de que disponía EU, en los medios había todavía espacios para denunciar sus mentiras y las de Europa. De hecho, en 2003 la invasión de Irak por EU provocó una masiva respuesta en contra de ella. Y hubo por doquier marchas de miles de personas que se opusieron, hasta en ciudades estadounidenses. Varios gobiernos europeos se opusieron a esa guerra mentirosa y criminal. Hubo espacios de crítica y denuncia en medios escritos y televisivos, gran prensa y noticieros, en Europa y en el propio imperio. Fue poco, pero sí jugó un papel. El monopolio yankee no tenía todavía dominio pleno de la información y el servilismo europeo no se había hundido aún en su pantano.
Ese espacio decreció pronto hasta desaparecer. Con la Ley patriota en EU y el chantaje antiterrorista en Europa y resto del mundo, el poder yankee se impuso brutalmente y la cobarde Europa se sometió al pleno dominio de sus medios. Ese es el cuadro actual. Los medios imperiales dominan por completo, solo ellos elaboran y convierten propaganda yankee en información. Los otros medios la copian y repiten en diarios, noticieros y entrevistas en TV, y los más serviles añaden mentiras propias para fortalecer los argumentos del amo yankee y contentarlo. Ese es el cuadro mediático de hoy y es dentro de sus parámetros dictatoriales, propios del Big Brother orweliano, que esos medios “informan” sobre el conflicto ucraniano y la posición de Rusia. EU miente a diario sin parar, los otros medios lo repiten y no hay ningún espacio en ellos, que controlan, dominan y falsean toda información, para saber por su intermedio lo que en verdad hace y propone Rusia.
EU y Europa acusan a Rusia de que proyecta invadir Ucrania, sus medios repiten y manipulan eso a diario y hasta han fabricado y difundido planos falsos del inminente ataque ruso. Lo hizo el Washington Post, luego Bloomberg y ahora la revista alemana Bild. Como no se produce porque Rusia no tiene intención de invadir, cada nuevo plan cambia de fecha. Se empezó en enero y ahora se habla de mediados de febrero.
Lo que Rusia ha propuesto, pero no se informa, es volver a la diplomacia respetando las normas y acuerdos de la ONU, y que la OTAN no se expanda al este y cerque a Rusia. Solo después de que Ucrania negó la amenaza rusa, EU debió responder las 7 propuestas concretas que Rusia le había enviado, pero las rechazó amenazándola de nuevo. Rusia ha marcado sus límites: quiere seguridad y paz, pero cuenta con superioridad militar y está preparada para responder a la violencia porque la amenaza de EU y Europa sigue encendida. Rusia no tiene acceso a los grandes medios occidentales. Solo hay información sobre ella en Rebelión, Red Voltaire y otros, pero tiene sus medios, RT y Sputnik. Son pocos, pero informan, no mienten, y cada vez tienen más lectores. EU les teme y ha ordenado a la servil Alemania bloquearlos de Europa con pretextos. Rusia respondería dejando fuera a la DW, pero no es lo mismo pues no tiene igual alcance.
Lo que ayuda a Rusia es que la prepotencia imperial de Biden empieza a generar cansancio y rechazo entre varios países europeos, que temen a la guerra, como Croacia y Bulgaria. Y son varios los países europeos que no quieren una guerra en Europa ni ser carne de cañón para EU. Parece que ni siquiera lo quiere Ucrania, que duda. Y Biden está entrampado porque quiere como sea la guerra de Ucrania y Rusia. Presiona a Zelenzki, el presidente ucraniano, para que invada el Donbass y provoque como respuesta la invasión rusa, pero Zelenski sabe que sería un desastre para Ucrania y no quiere esa guerra ni que EU utilice a Ucrania como carne de cañón. Parecería que a Biden solo le queda montar un falso atentado ruso para provocar la guerra. De modo que la amenaza sigue, no hay nada definitivo y puede pasar cualquier cosa. Amanecerá y veremos.