“Para avanzar hacia el socialismo, necesitamos
un poder popular capaz de desarticular las
tramas de opresión, explotación y dominación
que subsisten en la sociedad venezolana…”
Hugo Chávez
La cita del Comandante Chavez, tomada del Decálogo de la Red Angostura destacado por Diosdado Cabello en el Mazo Dando el 17 de mayo, nos obliga a identificar críticamente en nosotros y en nuestro entorno, valores, creencias, prejuicios, conductas… inherentes a la trama ideológica/cultural que subyace tras las demás mencionadas en la cita, que dificultan nuestro avance hacia el socialismo.
Trama muy difícil de desarticular por ser la más difusa, la más intangible. La que cuenta con más canales institucionales, educativos, comunicacionales, artísticos, deportivos, comerciales, familiares, informales… para convertirnos en imitadores, repetidores, mediadores y difusores de maneras de ser, pensar y actuar que tendemos a asimilar e imitar acríticamente como propias.
Maneras ajenas orquestalmente reiteradas en categorías, imágenes, narraciones, decires y cantares que cual cuñas publicitarias repetidas
al infinito empañan, a conveniencia de quienes nos dominan y atenazan, los datos y el imaginario asociados tanto con el proceso independentista nacional y latinocaribeño revitalizado por nuestro comandante Chávez como con el de descolonización impulsado por el presidente Nicolás Maduro.
Ejemplos de ello, muchos. Por ahora me referiré someramente a dos expresiones en boga, infiltradas en nuestras vidas cotidianas que erosionan la formación política del Pueblo asumida con tanto empeño y éxito por nuestro Comandante.
- La primera, “Sociedad Civil”. Repetida libremente por comunicadores y forjadores de opinión psuvistas sin tomar en cuenta su carga ideológica. La incompatibilidad de las miradas y objetivos reales de su máxima representación, las ONGs “civiles”, con la naturaleza de nuestra FANB, la unión cívica/militar y la doctrina de seguridad integral inherentes al proyecto bolivariano.
- La segunda, “Estado de Bienestar”. Increíblemente planteado por dirigentes laborales chavistas como un fin deseable. Obviando que refiere las concesiones que tuvieron que hacer los gobiernos y las clases dominantes de las naciones occidentales “desarrolladas” a los trabajadores con la finalidad de enfriar sus luchas, de desmontar los sindicatos y, por, sobre todo, alejarlos de la influencia comunista de la URSS.
También considero urgente y necesario desarticular la relación/no relación que tenemos las mayorías urbanas alienadas con los pueblos originarios de Venezuela y del resto del continente.
Su autenticidad, de unicidad y respeto por la naturaleza y su estilo de vida comunitario y solidario constituyen elementos básicos para poder avanzar en la construcción del modelo civilizatorio que los pueblos latinoamericanos y caribeños deberíamos aportar al mundo multipolar.
Modelo obviamente alternativo al “sistema mundo capitalista/patriarcal/occidental o céntrico/moderno/colonial” (Grosfoguel dixit) reseteado que pretende seguir imponiendo el poder global dominante.
Venceremos