Al cierre del año 2021, en una entrevista especial para el canal árabe Al Mayadeen, conducida por el periodista Ghassan Ben Jeddou, el presidente Nicolás Maduro Moros explicaba el impacto de los embates sancionatorios y la persecución financiera de Estados Unidos sobre Venezuela, y cómo ese año fue clave para la recuperación de la economía real gracias a los esfuerzos colectivos del pueblo venezolano.
Parte de la hoja de ruta de este año la indicó en ese espacio televisivo, comentando que la cancillería venezolana tomaría algunas iniciativas para reactivar los mecanismos de cooperación con los países árabes.
Además, invitó a los gobiernos y otras entidades públicas y privados en el mundo a invertir en Venezuela, donde están dadas todas las garantías constitucionales y legales para las inversiones en petróleo, gas, turismo, alimentos y minería.
La primera parada de la gira fue en Turquía, mostrando así, la continuación de los importantes resultados generados en la III Comisión Mixta entre Venezuela y Türkiye celebrada el pasado abril, y que en esta ocasión con la firma de tres acuerdos más y la reunión bilateral con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdoğan, sólo plasma la ampliación de la cooperación entre ambas naciones.
Se espera que el presidente Erdogan viaje a Venezuela en julio próximo para finiquitar la serie de acuerdos que se firmaron en el marco de la cooperación estratégica entre ambos países.
A todas luces la gira euroasiática que está en pleno desarrollo refleja lo dicho por el presidente venezolano en la entrevista con Ghassan Ben Jeddou.
Visita a países OPEP: Argelia e Irán
La segunda parada fue en Argelia.
Al reunirse con el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, la prensa oficial informó que se estableció la conexión aérea directa de Argelia a Venezuela y, por supuesto, se acordó la cooperación económica, especialmente en el campo del petróleo y el gas.
Como miembros de la OPEP es natural que el componente clave de la visita se oriente hacia el petróleo y todas su vertientes, no obstante, la alianza se expandió para abordar otras aristas, definiendo el relanzamiento de la Comisión Mixta de Alto Nivel.
Cabe recordar que hace días Argelia suspendió el tratado de amistad, buena vecindad y cooperación firmado en 2002 con España, después de que Madrid revocara el expediente del Sáhara Occidental para alinearse con la posición de Marruecos. España es dependiente del gas argelino en aproximadamente un 40%; ampliando la lectura de este dato, se desprende el hecho de que son varios los países nucleados en la OPEP los que influyen en las dinámicas dependientes y energéticas de países OTAN.
Asimismo, Argelia es una de las naciones más importantes en el sector energético en el continente africano, junto con Nigeria (aunque esta última en mayor medida, por el volumen de producción y exportación), y sede de algunas de las más destacadas reuniones de la OPEP en las últimas décadas. El marco de cooperación con Venezuela se lee desde esta instancia, por su importancia estratégica petrolera, su ubicación geopolítica y geoeconómica y su relativa importancia en la dinámica de un país OTAN, que a su vez antagoniza al gobierno venezolano.
La siguiente parada ha sido en Irán. Basado en la pasada entrevista con Ghassan Ben Jeddou, el presidente Maduro había anunciado la pronta visita a la República Islámica por invitación del presidente Ebrahim Raisi, tanto para conocerse personalmente como para firmar nuevos instrumentos de cooperación en todos los planos.
Así ha sido, desde que el presidente venezolano sostuvo encuentros con el presidente Raisi y el ayatolá Sayyed Alí Jameneí.
De esta manera, el resultado y los grandes titulares de la prensa iraní postearon que ambas repúblicas firmaron la hoja de ruta de cooperación de 20 años, enfocándose en las áreas de agricultura y producción de alimentos, pero también en el campo industrial de la producción de medicamentos e instrumentos para la salud como máquinas de diálisis, un factor importante para pacientes renales que han visto sus tratamientos truncados por el bloqueo estadounidense contra la República Bolivariana.
Es menester resaltar que Irán firmó el año pasado con China un acuerdo de cooperación de 25 años y estima este año firmar uno de 20 años con Rusia. De esta manera están ocurriendo procesos de afianzamiento de alianzas a largo plazo entre la República Islámica y países importantes que lideran la alternativa multipolar frente a la decadencia imperial de Washington y sus acólitos.
Además, esto último se puede leer como un signo de respaldo a Rusia, luego de que en mayo Estados Unidos confiscó un cargamento de petróleo iraní retenido a bordo de un barco operado por Rusia cerca de Grecia. Y que, en respuesta, Irán se apoderó de dos petroleros estadounidenses en el Golfo.
También, estas voluntades unificadoras entre estos países y Venezuela, aparte de ser cruciales en esta era, muestra señales importantes hacia los esfuerzos en la construcción del mundo multicéntrico en el marco de sus experiencias de resistencia en contra de las sanciones unilaterales de Estados Unidos, pues han tenido alta valoración en la arena geopolítica.
Así lo comentó el presidente Raisi: «Las sanciones y amenazas contra la nación iraní durante los últimos 40 años han sido numerosas, pero la nación iraní ha convertido estas sanciones en una oportunidad de progreso».
El resguardo y apoyo de Irán hacia Venezuela en el trajín sancionatorio a la industria petrolera ha sido fundamental para la contención de los brutales impactos hacia el Estado liderado por el presidente Maduro, tomando en consideración que nuestro país duplicó su producción de petróleo entre 2021 y 2022 gracias a la ayuda iraní.
Por otro lado, en mayo, la National Iran Oil Engineering and Construction Company firmó un contrato de reparación y ampliación de la refinería El Palito. Y la continuación de esta cooperación se reflejó en la conferencia de prensa, cuando los presidentes informaron que Irán entregó a Venezuela el segundo de cuatro petroleros del tamaño de Aframax, con una capacidad de 800 mil barriles.
Ante el contexto de ataques a Rusia que suple al continente europeo de gas, la recuperación y dinamización de la industria petrolera venezolana es vista con ojos de esperanza interesada, pero a escondidas y en silencio por países europeos, a pesar de la temporada de verano que está por entrar y que los precios del gas disminuyen de alguna manera; a la vuelta de la esquina el inverno llegará y el escenario cambiará.
Tras la autorización del Departamento del Tesoro de Estados Unidos para importar crudo venezolano a las empresas europeas ENI y Repsol, hace una semana llegó a las costas caribeñas de la República Bolivariana un tanquero fletado para transportar 650 mil barriles de crudo diluido suministrados por la petrolera venezolana PDVSA a la italiana ENI.
Entonces, frente a las circunstancias geopolíticas actuales, los últimos sucesos venezolanos en el sector y el incremento en los precios del petróleo crudo, no se descarta otras paradas del presidente Nicolás Maduro en países OPEP y países exportadores de gas.
En adición a esto, la OPEP+ acordó la semana pasada aumentar la producción en julio y agosto en 648 mil bpd en lugar de los 432 mil bpd previstos anteriormente, con miras a la preparación del mercado petrolero cuando llegue el momento en el que China reactive sus actividades y reabran los vuelos.
El presidente Maduro asomaba a Ben Jeddou el gran dinamismo de este año 2022, y es que con tan sólo hacer un repaso de este primer semestre, al cierre de la gira euroasiática en desarrollo, se demuestra la reactivación que vislumbraba el presidente venezolano. Se trata de un reimpulso en la esfera energética en un contexto global donde el petróleo y el gas están siendo grandes protagonistas del mercado internacional, con consecuencias a corto, mediano y largo plazo en todas las latitudes del mundo.