Por Alan Macleod
Google, una de las organizaciones más grandes e influyentes del mundo moderno, está llena de exagentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés). Al estudiar sitios web y bases de datos de empleos, MintPress ha determinado que recientemente el gigante de Silicon Valley ha contratado docenas de profesionales de la CIA en años recientes. Además, un número excesivo de estos empleados trabajan en campos políticos muy sensibles, ejerciendo un control considerable sobre cómo trabajan sus productos y lo que el mundo ve en sus pantallas y en sus resultados de búsquedas.
El principal de ellos es el departamento de confianza y la seguridad, cuyo personal, en las palabras de Kristie Canegallo, la vicepresidenta de seguridad de Google en aquel entonces, «decide qué contenido está permitido en nuestra plataforma», en otras palabras, ajustando las reglas del Internet, determinan lo que millones de personas ven y no ven. Antes de Google, Canegallo era la subjefa de Gabinete de Implementación de la Casa Blanca del presidente Obama y actualmente es la jefa del Gabinete del Departamento de Seguridad Nacional.
«Mentimos, engañamos, robamos»
Muchos del equipo que ayudó a Canegallo a hacer llamados sobre qué contenido debería ser permitido en las búsquedas de Google y sus plataformas tales como YouTube eran antiguos empleados de la CIA. Por ejemplo:
Jacqueline Lopour pasó más de diez años en la CIA, donde sirvió como una «una destacada experta del gobierno de Estados Unidos en los desafíos de seguridad en el Sur de Asia y el Medio Oriente y la escritora de referencia de los documentos que el presidente de Estados Unidos necesita a la mano». Se unió a Google en 2017 y en la actualidad es gerente sénior de recolección de inteligencia y además administradora de confianza y seguridad.
Entre los años 2010 y 2015, Jeff Lazarus era analista económico y político de la CIA. En 2017 fue contratado como asesor de políticas de confianza y seguridad en Google, donde trabajó en restringir «contenido extremista». Se mudó a Apple en 2021.
Ryan Fugit pasó ocho años como oficial de la agencia. Luego, en 2019, Google lo convenció de irse y convertirse en gerente sénior de confianza y seguridad.
Como director de confianza y seguridad, Bryan Weisbard lideró equipos que adjudicaron «las escaladas más delicadas de confianza y seguridad de YouTube a nivel mundial» e «hicieron cumplir» las decisiones de información falsa y contenido sensible más «urgentes y de prioridad». Ente 2006 y 2010 fue oficial de inteligencia de la CIA. Ahora es director de Facebook.
Como Lopour y Lazarus, Nick Rossman se concentró en Irak mientras era un analista de la CIA (2009-2014). Desde enero ha sido manager sénior en la división de confianza y seguridad de Google.
Jacob Barret, el líder mundial de Google en operaciones de navegación segura, fue analista y oficial de fuentes abiertas en la CIA entre 2007 y 2013.
Analista política y de liderazgo de la CIA durante 12 años, Michelle Toborowski dejó la agencia en 2019 para aceptar un trabajo como analista de inteligencia en seguridad y confianza en YouTube.
El problema con los exagentes de la CIA pasando a ser árbitros de lo que es verdadero y falso junto a lo que debería ser promovido y lo que debería ser borrado, es que iniciaron su carrera en una notoria organización cuyo trabajo era inyectar mentiras e información falsa en el discurso público para impulsar las metas del estado de seguridad nacional. John Stockwell, antiguo jefe de un grupo de trabajo de la CIA, explicó ante la cámara cómo su organización se infiltraba en departamentos de los medios de todo el mundo, creaba periódicos falsos y agencias nuevas y plantaba fake news sobre los enemigos de Washington. «Tenía propagandistas por todo el mundo», agregó.
«Bombeamos docenas de noticias sobre las atrocidades cubanas, los violadores cubanos para los medios… Hicimos circular fotografías falsas que aparecieron en casi todos los periódicos del país… No sabíamos siquiera de una atrocidad cometida por los cubanos. Fue propaganda falsa, pura y cruda para crear la ilusión de que los comunistas desayunaban bebés».
Esto continúa hasta el día de hoy, con la CIA promoviendo noticias dudosas sobre el denominado «síndrome de la Habana» y cómo supuestamente el gobierno ruso estaba ofreciendo recompensas a los talibanes para que asesinaran a soldados estadounidenses.
Mike Pompeo, exdirector de la CIA, admitió lo mismo en una conferencia que dio en 2019. Cuando le dijo a la audiencia de la Universidad de Texas en Austin.
«Cuando era cadete, ¿cuál era el lema de los cadetes en West Point? Un cadete no mentirá, engañará, robará ni tolerará a los que lo hagan. Cuando fui el director de la CIA, nosotros mentimos, engañamos y robamos. ¡Teníamos cursos de entrenamiento enteros solo para eso!».
Y todo esto por no hablar de los intentos de golpe de estado a gobiernos extranjeros, el contrabando de drogas y armas y la red mundial de «sitios negros» donde miles son torturados. Además, muchos de los exempleados de la CIA incluidos en la lista participaron en algunos de los peores crímenes contra la humanidad del siglo XXI, las invasiones a Afganistán e Irak, y algunos están claramente orgullosos de eso. Entonces, si bien es cierto que existe un conjunto limitado de personas calificadas para los roles en ciberseguridad, es completamente inapropiado que Google esté contratando a tantos espías para que ejecuten sus operaciones más influyentes y sensibles. Y es particularmente inquietante que muchos de los individuos ya mencionados fueran arrancados directamente de la CIA para que trabajaran en Google, un hecho que sugiere que Google está reclutando activamente de los servicios de inteligencia, o que hay una especie de trato secreto entre el Silicon Valley y el estado de seguridad nacional.
Elizabeth Murray, una agente retirada que estuvo 27 años en la CIA y otras organizaciones de inteligencia, explicó cómo Google podría beneficiarse de la contratación de exespías. «Enganchando a un empleado de la CIA, una compañía puede ahorrarse una suma considerable», le dijo a MintPress, señalando que estas personas han sido altamente capacitadas y que probablemente tengan una autorización de seguridad, cosa que es mucho más difícil de conseguir en organizaciones civiles.
«En términos de beneficio para la CIA, un oficial de inteligencia puede pasar varios años adquiriendo un conjunto único de habilidades en un conglomerado de redes sociales y luego volver a la agencia, aprovechando su experiencia adquirida recientemente para el beneficio de la agencia», agregó Murray.
Incluso si no hay nada explícitamente nefasto sobre esta relación, sigue significando que Google empezará a pensar y a ver los problemas de la misma manera en que la CIA lo hace. Google ha pasado a ser inmensamente poderoso, transformándose en un monstruo que domina la comunicación online, el comercio, la recopilación de información, el entretenimiento y más. En artículos previos de esta serie he detallado como Twitter ha contratado docenas de individuos del FBI, como Facebook está inundado de agentes de la CIA, como la OTAN ha ganado una gran presencia en los rangos superiores de TikTok y cómo un planificador de guerra de línea dura del Atlantic Council fue designado misteriosamente para ser el director de políticas de Reddit.
Un número exorbitante de los equipos de inteligencia y seguridad de Google parecen venir de los servicios de inteligencia. Estos incluyen los siguientes individuos:
Deborah Wituski, quien entre 1999 y 2018, ascendió en las filas de la CIA, convirtiéndose en jefa de despacho del director. Pasó de la agencia a Google, donde ahora es vicepresidenta de inteligencia global.
Chelsea Magnant también cambió la CIA por Google en 2018, dejando atrás una carrera de ocho años como analista política por un trabajo de analista de amenazas globales para el gigante tecnológico.
Yong Suk Lee estuvo 22 años en la CIA, yéndose para asumir un puesto en análisis de riesgo y seguridad global en Google. En mayo fue ascendido para convertirse en director.
Beth Schimierer trabajó como analista estratégica para la CIA entre 2006 y 2011. Luego pasó a ser funcionaria política del Departamento de Estado. Se unió a Google en enero como analista de amenazas globales y ahora es gerente de inteligencia de las Américas.
Toni Hipp se incorporó a Google como administradora de equipos de amenazas globales (inteligencia) en 2017 y ahora es gerente de asuntos globales y políticas públicas en estrategia y operaciones. Antes de unirse a Google pasó alrededor de seis años como analista de política exterior.
Jamie W. es la directora de evaluación de amenazas de Google y exgerente de inteligencia global de la compañía. Antes de Google, ocupó diversos altos cargos en la CIA, incluyendo el de jefa de focalización para la región del Cercano Oriente. Antes de su período de 13 años en la agencia, también trabajó como analista para el FBI.
Meaghan Gruppo estuvo trabajando como analista de inteligencia y oficial de asuntos públicos de la CIA de 2008 hasta 2014. Desde 2018 ha trabajado en análisis de riesgos de seguridad y gestión de amenazas para Google.
El perfil de LinkedIn de Clinton Dallas señala que hasta diciembre fue oficial de la CIA. En enero de este año se convirtió en especialista en programas de riesgo de Google.
El trasfondo profesional de gran parte de su personal de gestión de riesgos y seguridad puede explicar en gran medida por qué Google parece centrarse en contrarrestar amenazas de diferentes estados oficialmente enemigos de los Estados Unidos. El blog de Análisis de Amenazas de la empresa está lleno de reportes publicados respecto a los intentos de influenciar apoyados por países como Irán, Corea del Norte, Rusia y China de influenciar su plataforma. Pero nunca parece detectar ninguna clase de actividad vil del gobierno de los Estados Unidos.
Esto a pesar del hecho de que Estados Unidos está llevando a cabo el intento más grande y extenso que se ha visto en la historia para controlar el Internet. En un largo artículo revelador en Newsweek que salió el año pasado, se detalló que el Pentágono por sí solo tiene desplegado un ejército de al menos 60 mil individuos cuyo trabajo es manejar despiadadamente las campañas de propaganda online del estado de seguridad nacional, llamándolo «la fuerza encubierta más grande que el mundo ha conocido». El artículo explicó que:
«Estos son ciberguerreros y recopiladores de información que están a la vanguardia, quienes asumen identidades falsas en línea, empleando técnicas de ‘no atribución’ y ‘atribución errónea’ para esconder el quién y el dónde de su presencia online mientras que buscan objetivos de alto valor a la par de recolectar la llamada ‘información públicamente accesible’, o incluso llamar la atención en campañas para influenciar y manipular las redes sociales».
UN ESPÍA EN CADA DEPARTAMENTO
Google contrata a exagentes de la CIA en un sinnúmero de departamentos diferentes, una selección que incluye a:
Michael Barlett entre 2007 y 2017 Barlett fue jefe de operaciones en la CIA. Desde 2019 trabaja como líder de riesgos en soluciones de fuerza laboral para Google.
Nicole Menkhoff pasó más de diez años como analista de armamento en la CIA. En febrero de 2015 dejó la agencia por Google, donde fue socia comercial sénior de recursos humanos y para luego convertirse en jefa de personal de ingeniería.
Candice Bryant pasó casi 17 años en la agencia, donde ascendió a jefa de relaciones públicas. En septiembre fue reclutada por Google para convertirse en gerente de comunicaciones.
Kyle Foster estuvo seis años en la agencia, luego cuatro años más en el ala de capital de riesgos de la CIA, In-Q-Tel. Dejó In-Q-Tel en 2016 por un trabajo como ingeniero de software en Google.
Joanna Gillia fue analista de liderazgo en la CIA hasta 2014, mismo año en que aceptó un trabajo con Google. Trabajó en dotación de personal hasta 2020.
Katherine Tobin era la jefa de rama de la CIA entre 2014 y 2018. Ahora es la directora de innovación del espacio de trabajo de Google.
Christine Lei dejó su trabajo como analista de inteligencia económica en la CIA en 2015 por el puesto de gerente ejecutivo de indemnizaciones en Google, donde trabaja hasta el día de hoy.
Justin Schuh se retiró el año pasado luego de ser director de ingeniería para Google Chrome. Antes de eso, sin embargo, había tenido una larga carrera en seguridad nacional, trabajando como analista de inteligencia para el Cuerpo de Marines, además de analista de explotación de redes globales para la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) y finalmente como oficial de operaciones técnicas de la CIA.
Tom Franklin trabajó como gerente de programas de la CIA entre 2011 y 2013. Entre 2015 y 2021 fue gerente de productos en Google.
Katherine Pham. De acuerdo a su perfil en LinkedIn, Pham hizo «algunas cosas geniales» en la CIA en 2016. Desde octubre ha sido ingeniera de software en Google.
Corey Ponder era asesor de políticas de Google entre 2019 y 2021. Antes de eso pasó seis años en la CIA.
De este modo, queda claro que el antiguo personal de la CIA está profundamente incrustado en el gigante Silicon Valley. Obviamente, Google es una compañía grande con miles de empleados. Por lo tanto, podría discutirse que no es nada sorprendente que algunos exagentes de seguridad estatal trabajen ahí, especialmente aquellos que tienen las habilidades altamente desarrolladas necesarias para presidir sobre la privacidad y seguridad del usuario.
Pero esta tolerancia a espías en la empresa no se aplica de manera equitativa. Este estudio no pudo encontrar otros ejemplos de exagentes del Ministerio de Inteligencia de Seguridad Nacional, del Servicio de Inteligencia Exterior o del SEBIN, los equivalentes iraní, ruso y venezolano de la CIA, que trabajen para Google. En efecto, la simple idea parece absurda. Aun así, docenas de empleados de Google señalan casualmente en sitios web públicos que trabajaron para la CIA y parecen verlo como algo nada problemático.
Por eso, esta relación es en el mejor de los casos inapropiada; en el peor, un intento del gobierno de Estados Unidos de controlar el ciberespacio. Los usuarios de Google dicen a menudo que quieren tener más «agencia» sobre sus datos. Pero la única agencia que tendrán es el tipo de la de la Central de Inteligencia.
GOOGLE: ALIMENTADO POR LA CIA
En su libro de 2013 La nueva era digital, el para entonces CEO de Google, Eric Schmidt, y el director de Google Ideas, Jared Cohen, escribieron sobre cómo compañías como la suya rápidamente se estaban convirtiendo en el arma más potente del imperio estadounidense para retener el control de Washington sobre el mundo moderno. Tal como dijeron:
«Parte de la defensa de la libertad de información y expresión en el futuro implicará un nuevo elemento de ayuda militar. El entrenamiento incluirá asistencia técnica y apoyo en infraestructura en lugar de tanques y gases lacrimógenos, aunque los últimos probablemente permanezcan como parte del acuerdo. Lo que Lockheed Martin fue para el siglo XX, las compañías de tecnología y ciberseguridad lo serán para el siglo XXI».
Su predicción ha resultado acertada. Pero algunas personas saben que Google desde su mero comienzo estaba entrelazado fundamentalmente con la CIA. Tal y como lo descubrió la investigación del periodista Nafeez Ahmed, la CIA y la NSA estuvieron financiando la investigación del estudiante con un postgrado en Stanford, Sergey Brin, trabajo que luego produciría a Google.
No solo eso, sino que, en palabras de Ahmed, «altos representantes de inteligencia de Estados Unidos, incluyendo un funcionario de la CIA, supervisaron la evolución de Google en esta fase de prelanzamiento durante todo el recorrido, hasta que la compañía estuvo lista para ser fundada de manera oficial». Concluyendo que:
«La comunidad de inteligencia estadounidense fundó, alimentó e incubó a Google como parte de un deseo de dominar el mundo a través del control de la información. Financiado con capital semilla de la NSA y la CIA, Google fue apenas el primero entre una plétora de empresas nuevas del sector privado cooptadas por la inteligencia de Estados Unidos para retener la ‘superioridad de la información'».
Tan tarde como en 2005, In-Q-Tel, el brazo de capital de riesgos de la CIA, fue un importante accionista en Google. Esas acciones fueron resultado de la adquisición de Google de Keyhole, Inc., una empresa de vigilancia respaldada por la CIA cuyo software eventualmente se convirtió en Google Earth. Para 2007, Google le estaba vendiendo versiones mejoradas por el gobierno a Google Earth que estaban siendo usadas para buscar objetivos en Irak, además de motores de búsquedas que las agencias de espionaje usaban para vigilar, según el Washington Post. A la fecha, el Post también señala que Google estaba asociado con Lockheed Martin para producir tecnología futurística para la milicia.
En el siglo XXI, la guerra es mucho más que solo tanques y balas. Pero el intento de Google de alimentarse del comedero del complejo militar-industrial ha probado ser controversial. En 2018, afrontó una rebelión de empleados después de obtener fondos del Pentágono para diseñar sistemas de armamentos letales. Ese mismo año la compañía dejó de usar su lema de toda la vida «no seas malvado». Desde entonces, se ha convertido en un gran contratista de la CIA. En 2020, aseguró una parte de un contrato de servicios en la nube de la CIA por el supuesto valor de «decenas de miles de millones de dólares».
Así, mientras la compañía se presentó por un largo tiempo como un grupo de outsiders intentando hacer del mundo un lugar mejor, desde el principio ha estado estrechamente relacionada con los pasillos del poder. Ciertamente, en 2016, el Proyecto de Transparencia de Google identificó al menos 258 ejemplos de «puerta giratoria» entre Google y varias ramas del gobierno federal a medida que las personas pasaban de una a otra.
Schmidt y Cohen son dos de esos individuos. Schmidt fue director tanto de la Comisión Nacional de Seguridad en Inteligencia Artificial como de la Junta Asesora de Innovación de Defensa, cuerpos creados para ayudar al Silicon Valley a asistir al ejército estadounidense con ciberarmas. Mientras tanto, Cohen dejó su trabajo de alto poder en el Departamento de Estado para trabajar para Google. Schmidt había prestado servicios como asesor (particularmente en Medio Oriente) para las secretarias de Estado Condoleezza Rice y Hillary Clinton. Incluso participó en un intento fallido de cambió de régimen en Irán en 2009, presionando a Twitter exitosamente para que mantuviera sus servicios en el país durante un alzamiento respaldado por Estados Unidos, con el objetivo de derrocar al gobierno.
Mientras que este artículo no trata de afirmar que los individuos ya nombrados son infiltrados de la CIA, la manera en la que Google y la CIA han trabajado tan estrechamente genera preguntas de seguridad nacional para todos los otros países, especialmente a aquellos que intentan seguir políticas exteriores independientes de las de Estados Unidos. En última instancia la línea entre Big Tech y Big Brother se ha hecho borrosa hasta lo irreconocible.
Murray también advirtió que esta relación estrecha también pone en peligro las libertades individuales, queriendo decir con esto que la conexión entre Google y la CIA debería preocuparnos a todos. «Todo esto amenaza los derechos individuales a la privacidad y a la libertad de expresión. Una vez que tienen tus datos, el gobierno estadounidense puede usarlo en tu contra en cualquier momento», le dijo a MintPress. «Es realmente aterrador».
FUENTE Y TRADUCCIÓN: MISIÓN VERDAD
27 Ago 2022