En Francia se reunieron los delegados del gobierno venezolano y la Plataforma Unitaria, respectivamente Jorge Rodríguez y Gerardo Blyde, auspiciados por el presidente Emmanuel Macron y en compañía de los mandatarios Alberto Fernández de Argentina y Gustavo Petro de Colombia y la ministra noruega de Exteriores, Anniken Huitfeldt, en el marco del Foro de París por la Paz.
El encuentro se hizo público y se llegaron a acuerdos para retomar las mesas de diálogo, interrumpidas el año pasado cuando se desarrollaban las negociaciones en México por el secuestro estadounidense del diplomático Alex Saab.
Jorge Rodríguez, también presidente de la Asamblea Nacional, manifestó que el gobierno de Nicolás Maduro está comprometido con retomar el proceso de diálogo interrumpido el año pasado. Argumentó en un tuit que la «suspensión de todas las sanciones ilegales y el respeto a la Constitución», además del diálogo, son el camino propicio para la estabilidad de Venezuela.
En este contexto, es importante señalar tres aspectos fundamentales alrededor de esta iniciativa internacional, donde la política y el mercado energético predominan y abren la ventana a un escenario donde se amplía el arco de mediadores para las negociaciones.
Golpe a la narrativa sancionatoria
Sin duda alguna, y de acuerdo a lo declarado desde París por los distintos actores, se ha roto el consenso en torno a la imposición de medidas coercitivas unilaterales (o sanciones ilegales) contra Venezuela y ha cambiado la narrativa a favor de la flexibilización del bloqueo económico, financiero y comercial.
Las exigencias del chavismo en este sentido son compartidas ahora no solo por algunos sectores de la oposición venezolana, sino también por países con gravedad geopolítica en América Latina y Europa. Ello denota un alto grado de éxito por parte de la campaña de presión sobre los Estados Unidos para levantar las medidas de guerra sobre Venezuela.
En este sentido, el gobierno venezolano tiene una victoria narrativa y simbólica importante que se ajusta al actual contexto de déficit energético a escala internacional, por la alarma que existe en Norteamérica y en la Unión Europea (UE) en torno al alza de precios del petróleo y el gas y las preocupaciones de escasez energética a lo largo y ancho de los países miembros de la OTAN.
Dicha «suspensión de las sanciones ilegales» contra Venezuela está entre los principales puntos de las mesas de diálogo que pronto podrían retomarse, además de ser un tema fundamental para Francia y otros países europeos que ya sufren una crisis energética debido a la guerra total impuesta sobre Rusia. El presente escenario ha provocado este giro y ello resulta oportuno para lograr una mayor presión en la flexibilización sancionatoria.
Nuevo interlocutor europeo
Con la llegada del invierno en Europa comienzan las presiones de los gobiernos de la eurozona para lograr un abastecimiento suficiente en materia de energía. Francia, siendo uno de los países más importantes de la UE en términos políticos y económicos, se ha erigido como un nuevo interlocutor internacional con la intención de lograr un escenario conforme a sus intereses.
Los pronósticos de recesión en la UE se están concretando, apuntalada por la guerra energética contra Rusia y la elevada inflación que golpea a la mayoría de la población en ese continente.
El Servicio de Acción Exterior de la UE (SEAE), de acuerdo a un reporte de Europa Press, ha estado pendiente del encuentro entre las delegaciones venezolanas y demás representantes internacionales, con el fin de lograr algún tipo de acuerdo que pudiera otorgar un contexto menos lesivo para Europa, tomando en cuenta que la incorporación de Venezuela al mercado energético europeo aliviaría las presiones económicas y sociales que enfrentan sus gobiernos.
Según Europa Press, fuentes diplomáticas de la UE confirmaron que «el vicesecretario general para Asuntos Políticos del SEAE, Enrique Mora, viajará al país en febrero para continuar los esfuerzos de mediación».
Estos factores han encaminado a Francia, junto con Noruega (país con el que Venezuela acaba de relanzar sus relaciones diplomáticas), como un actor para la mediación entre el gobierno venezolano y la oposición no extremista, y con ello se pretende lograr un nuevo marco de presión sobre Estados Unidos para la flexibilización de las sanciones ilegales contra la República Bolivariana.
Al mismo tiempo, el presidente Macron aseguraría el puesto de Total Energies como uno de los beneficiarios de los futuros probables acuerdos venezolanos. La compañía francesa ha jugado de manera pragmática en el actual escenario internacional energético, pues aún mantiene operaciones en Rusia a pesar de los esquemas de bloqueo y embargo impuestos por la UE.
De igual forma, otras empresas europeas como Repsol (España) y ENI (Italia) estarían apuntándose para el desarrollo de la industria energética en Venezuela.
Venezuela y el mercado energético
Con la agudización de la crisis energética que golpea sobre todo a Norteamérica y Europa, Venezuela resalta como una fuente de suministro y estabilización del mercado petrolero y gasífero en el mediano y largo plazo, teniendo las mayores reservas mundiales de crudo en la Faja Petrolífera del Orinoco.
En ese sentido, Venezuela conserva una ventaja importante para exigir en bloque, junto a la UE y otros países latinoamericanos, socios cercanos de Washington (Argentina y Colombia), la flexibilización del esquema sancionatorio estadounidense.
Nuestro analista Franco Vielma, en una columna publicada recientemente en esta tribuna, refiere:
«Uno de los puntos claves en este contexto es que Venezuela, por razones geoeconómicas, está claramente expuesta a la órbita occidental. Pero además pesa sobre ella la presión económica del bloqueo a sus exportaciones. De ahí que hay condiciones de mutualismo que favorecen distensiones, pero también posición de ventaja que seguramente los estadounidenses querrán instrumentalizar.
«La energía, sabemos, sigue siendo el factor definitivo que ahora está revirtiendo la situación de Venezuela frente al contexto adverso y sigue empujando a determinar la insostenibilidad e inviabilidad del bloqueo contra Venezuela».
En septiembre pasado, el presidente Maduro dijo que la República Bolivariana estaba lista para exportar petróleo y gas a Estados Unidos y Europa, mientras que el secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Haitham Al Ghais, afirmó en su momento que Venezuela cumpliría un «rol clave» en el mercado energético global.
Estas perspectivas tienen sentido si se logra un futuro alivio de las sanciones ilegales. Sin el acceso a los mercados estadounidense y europeo, no hay acuerdo que valga. Sin embargo, los augurios de nuevas negociaciones en la retoma de las mesas de diálogo proveen expectativas propicias para todos los factores.
12 Nov 2022