Chávez reavivó la energía política venezolana, ésta lo acompañó en su ideario liberador anticolonialista y anticapitalista, militar y político, incidiendo en la geopolítica mundial.
Cuando sus enemigos pretenden despojar a sus seguidores de los símbolos afectivos conectados a ese ideario, atacan el sistema por él diseñado, intentando evaporar el fluido, la esencia del cual se nutre: El Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia. Ese ataque lo realizan en dos vertientes: el ingreso petrolero y su redistribución equitativa.
En medio de esta brutal agresión, el salario, ha sufrido una grave afectación, uno de cuya causa fundamental se debe a la hiperinflación inducida, esta dispara la desigualdad que había disminuido y pone en riesgo la existencia del sistema democrático venezolano. La coyuntura actual requiere urgentemente contrarrestar este mecanismo perverso anulando su influencia maligna con un muro de contención protector de nuestra moneda, desnudando al Dólar: un cúmulo de papeles sin respaldo legal.
La monetización de las reservas petroleras o cualquier comoditie cambia esos recursos naturales reales en activos, convirtiéndolos en títulos para con ello apalancarla. Entendiendo que no es en el stock (activos reunidos) sino en el capital generado donde reside el potencial para desplegar una nueva producción. Debe ser procesado y fijado en una forma tangible antes de poder ser liberado, exactamente como el potencial de energía nuclear en el ladrillo de Einstein. Sin un proceso de conversión que extraiga y fije la energía potencial contenida en el ladrillo no hay explosión, el ladrillo sigue siendo el ladrillo… crear capital también exige un proceso de conversión que libere el capital potencial apresado en un activo (De Soto)
Es medio de esta guerra híbrida es una mezcla de financiarización, visibilización y reconocimiento de la lucha entre capital y salario, para la inversión social, pago de deudas, precios y trabajo, y creación de nuestro propio Fondo Bolivariano de Reservas Estratégicas.
La fuerza de la visión geoestratégica de Chávez, entusiasmó a los pueblos de carne y hueso, movilizándolos en torno al sueño de otro mundo posible. Evitemos que el Capital nos devore evaporándonos. Impongamos nuevas reglas financieras y monetarias que garanticen el equilibrio internacional.