La recuperación nacional depende notablemente -revelando la naturaleza crítica del momento- de factores políticos; ya no sólo nacionales, sino también internacionales. No obstante, personalmente suscribimos la tesis según la cual, aquellos factores que deben resultar determinantes son los nacionales. Para ello, hay que recuperar la política nacional, abandonada por quienes desean de manera irracional, no sólo contraria al interés nacional, sino además contraria a la paz, a la defensa de los derechos humanos y a la vigencia de un régimen democrático en Venezuela, la intervención -por demás violenta- de factores externos con voluntad imperial.
Es necesario, para superar la actual situación crítica, una estrategia de negociación y concertación que anule las opciones violentas, unifique las fuerzas nacionales y racionalice la política nacional, logrando concertar grandes objetivos nacionales, para un período de al menos veinte años, que estabilice las principales variables de la economía y política nacionales.
Base de esta política es el rechazo a la intervención de factores externos y la oposición a salidas violentas. La defensa de la Constitución y leyes nacionales. Y la promoción de opciones pacíficas mediante el diálogo y la concertación.
En esta base de concertación, es necesario incluir objetivos políticos e institucionales, e igualmente una política de acuerdo económico y social.
Hay que insistir sobre lo que se ha avanzado en términos de derechos sociales y estar dispuesto a rectificar en lo que se ha errado.
Venezuela como proyecto nacional e inclusivo tiene sólidas bases, bases que han atraído la avaricia de élites internacionales.
El acuerdo debe incluir no sólo compromisos en términos políticos e institucionales, sino además en términos de gasto e inversión, así como en retribución social de los beneficios obtenidos, sobre todo pensando a futuro –en el largo plazo-, pero también retrospectivamente, pues es claro que existen factores que -incluso en las actuales condiciones difíciles- han realizado grandes ganancias.
Dadas las dimensiones del esfuerzo, habrá quienes supongan utópico e idealista este proyecto. Sin embargo, históricamente muchas naciones se han enfrentado -no sólo una vez, sino varias veces- con el mismo reto. Las grandes naciones, son grandes -entre otras razones- porque supieron hacer frente a este reto, superando posiciones fijas iniciales, y alcanzaron acuerdos que permitieron la convivencia pacífica, durante horizontes temporales prolongados, priorizando intereses comunes y colectivamente beneficiosos. Las que fracasaron en este empeño terminaron desapareciendo.