"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

La Economía de Lula 3.0: Tensiones Institucionales Políticas y El Plan de Gobierno

Por Sergio Martín Páez

A un año y medio de la tercera asunción como presidente de Luiz Inacio “Lula” da Silva, la mayor economía latinoamericana muestra números macroeconómicos promisorios: crecimiento persistente, desaceleración de la inflación y desempleo en descenso. En este breve texto, profundizamos en el balance económico y las principales dinámicas de la economía brasileña.

Crecimiento

    La gestión de Jair Bolsonaro (2019-2022) registró una expansión de la economía promedio de 1,4% (si descontamos los efectos de la pandemia, ese indicador asciende a 1,9%). El primer año de Lula, sin embargo, implicó un crecimiento de 2,9%, superando todas las expectativas de mercado iniciales (que rondaban el 1%). Estos resultados fueron, además, superiores a la expansión latinoamericana (2,2%) y mundial (2,6%). Estas cifras fueron posibles a partir de dos elementos: exportaciones y consumo de las familias.

    Las exportaciones mostraron una fuerte expansión a partir de las cosechas récord de soja y maíz (2 puntos porcentuales).

    El consumo de las familias mejoró a partir de la recuperación de los programas de transferencia de renta, revalorización del salario mínimo y la caída del desempleo. Un factor clave en el aumento del consumo de las familias fue el retorno del programa Bolsa Familia. Por otro lado, el salario mínimo fue reajustado un 8% a inicios de 2023 y se aprobó una actualización anual automática a partir del promedio de la variación del PBI de los últimos dos años, acumulado con la variación de precios al consumidor. Finalmente, ·se instrumentó un programa de condonación y renegociación de deudas (Desenrola Brasil) con el sistema bancario y no bancario -bajo supervisión del Banco Central- que desendeudó a las familias brasileñas.

Inflación

    La inflación de la canasta básica cayó de 9,3% en 2022 a 4,6% en 2023 gracias a una apreciación cambiaria nominal y a un cambio en la formación del precio de los combustibles de Petrobras.

    El control de la inflación jugó un papel importante el tipo de cambio. Tras la disputa para destituir al presidente bolsonarista del Banco Central, se situó una tasa de referencia elevada (12,4-13%), lo que garantizó un margen amplio con las tasas internacionales, manteniendo el flujo de entrada de capitales y promoviendo una apreciación nominal sostenida del Real (pasó de oscilar en 6 reales/dólar a 5 reales/dólar), reduciendo así las presiones sobre los precios internos.

    Por su parte, Petrobras abandonó la política de precios de paridad de importación, lo que permitió aislar los combustibles de las oscilaciones del precio internacional y del tipo de cambio.

Desempleo

    Ante la aceleración de la economía, el desempleo cayó de 8,4% a 7,6% a inicios de 2024, el menor nivel desde 2015.

Proyección a futuro

    Las proyecciones económicas mantienen un crecimiento persistente y una inflación controlada, aunque se mantienen riesgos latentes. Las tensiones en la política económica se expresarán durante los próximos años en dos puntos nodales del armazón institucional neoliberal que el Gobierno Lula ha demostrado estar dispuesto a tocar: (i) la política fiscal y las posibilidades de modificar las reglas del gasto público y (ii) la política cambiaria/monetaria instrumentada por el Banco Central a partir del esquema del inflation targeting.

    Las proyecciones oficiales de crecimiento para 2024 se sitúan en el 2,5%, mientras que el Banco Mundial estima 2%. De acuerdo al este organismo, el escenario internacional de elevadas tasas de interés y reducción de los términos de intercambio afectaría negativamente a la región (1,8%), con un crecimiento menor a la media mundial (2,6%).

        Exportaciones: se proyectan dificultades para repetir el boom exportador del sector agrícola debido a la caída de los precios internacionales en torno al 20% y al efecto negativo de las fuertes inundaciones de Rio Grande do Sul, núcleo productivo agrícola.

        Gasto Público: la sustitución del Techo de Gasto por el Nuevo Esquema Fiscal (Novo Arcabouço Fiscal) mejora las herramientas del Gobierno para instrumentar medidas, pero no parece probable que abra espacio suficiente como para una ampliación estructural del gasto público que permita impulsar apreciablemente la economía (algo que sí fue posible mediante obras de amplio alcance, como el Programa de Aceleração do Crescimento -PAC- como respuesta a la crisis financiera global de 2008).

        Por otro lado, se aprobó la tributación de fondos de inversión de súper ricos y la simplificación tributaria de impuestos al consumo, lo que puede aumentar la recaudación en el futuro, aunque no necesariamente en una magnitud suficiente como para abrir más espacio fiscal.

        Inversión: la formación bruta de capital fijo mostró un resultado muy negativo en 2023, cayendo 3% (principalmente máquinas y equipamiento), lo que marca una tendencia a la desinversión productiva.

        Consumo: la nueva fórmula de ajuste del salario mínimo ha promovido un aumento real de 3 puntos porcentuales para 2024, y se proyecta otro incremento real de, por lo menos, 2 puntos para 2025. El aumento del salario mínimo tendrá un impacto efectivo en las condiciones de vida de los y las trabajadoras y en el crecimiento en la medida que se mantengan las proyecciones de inflación.

        Inflación: las expectativas de inflación de la política monetaria en 2024 mantienen un sendero de desaceleración hacia 4%, lo que ha guiado la determinación de una tasa de interés de referencia en torno de 10,50%.

        No obstante, lo dicho, a lo largo de junio y julio de 2024 se observaron presiones devaluatorias por una fuerte salida de capitales en el marco de un fortalecimiento del dólar con respecto a las monedas de las economías emergentes, lo que elevó el tipo de cambio de un promedio de 5,10 a 5,40 reales por dólar (con picos de 5,68 reales por dólares que activaron la intervención del Gobierno).

        Estas presiones sobre el tipo de cambio mantienen latente el traslado a precios internos. De continuar la tendencia, podría incrementarse levemente la tasa de inflación. La reacción del Banco Central via la regla del inflation targetting forzaría una mayor tasa de interés, lo que atenuaría el único vector de crecimiento registrado hasta el momento: el consumo.

    En resumen, las perspectivas que se vislumbran ponen de manifiesto el corset político que significa el entramado institucional neoliberal. En un escenario internacional crecientemente desfavorable, el armado limita fuertemente las políticas de estímulo al crecimiento económico y, en consecuencia, de la generación de puestos de trabajo.

FUENTE CELAG

31 DE JULIO, 2024

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