Desde hace casi 20 años la urgencia de la soberanía alimentaria emplaza una batalla particular que el Comandante Chávez resumen con su propuesta del Sistema de la Economía Comunal y en la idea de “Comuna o nada”: encargándonos a todas y todos del reto de una revolución en la revolución. Recordemos el Libro Azul apropiado de las dos revoluciones defendidas por Simón Rodríguez, la política y la económica que el “alfarero de repúblicas” Simón Bolívar nos lega como el horizonte para erradicar el mal que viene de lejos: una nación económicamente sin bases firmes.
Esa transformación, Chávez en el Programa de la historia, un proyecto dibujado con base cinco objetivos históricos, la resume con su propuesta de una “Venezuela socialista y potencia económica”, que pasa por desatar la capacidad socio productiva del pueblo, movilizar y organizar territorios y nuestros lugares de vida con el principio de sólo el pueblo salva al pueblo.
Andrés es el vocero de una comunidad campesina que Cristóbal nos presentó como un “agricultor ensemillao”, tiene 52 años y una familia extendida. Dice que sembrar y recoger la cosecha para los “parásitos”, siempre le pareció una mala pasada, y que de ese modo ya no quería cultivar la tierra. “Así no, ni de vaina, vivíamos amarraos”, “yo estaba en un aprieto” porque no me pasaba por la mente abandonar “mi mundo campesino”.
Un día vino el nieto de Maisanta, “así siempre lo llama mi primo Paredes”, allá por comienzos de 1999; “hablamos con él de todo aquello, y la cabeza, mis pensamientos se volvieron un tropel”. Desde ese tiempo “ando en eso, con pesares y lejanías…malos y buenos tiempos”, jamás me desaminé y la negra tampoco:
“Trabajamos duro, y ahora estamos ensemillaos”
FCL: ¿Quién es el Andrés que ahora cultiva la tierra?
Andrés: Nosotros nos estamos haciendo, poquito a poco de nuestra tierra, y eso no es porque seamos los dueños, en algunos casos es así, pero la cosa es que vamos por “muchos lados cultivando a nuestro modo”. Encontrando nuestras semillas y sembrando con abonos naturales, nos hartamos del modo de los agroquímicos, eso es trabajar “pa’ otros” y nosotros no podemos seguir engordando a los parásitos.
Ahora cultivamos con nuestros recursos y cómo sabemos hacerlo, no solamente en el conuco, también en los patios y en las escuelas. No te voy a echar mentiras, por estos días hemos pasado un poco de roncha, “pero siempre tenemos que comer”. Nosotros le “agarramos el gustico por dónde vamos…Y ya no nos echamos pa’ tras”. Ese rumbo, lo tomamos una madrugada, ese día conversando con “mi negra”, le solté de una buena vez que “por aquí no vamos pa´lante: “no lo dicen ni lo hacen como lo enseña nuestro Comandante”…esa muerte me dolió en el alma, la llevó “entre pecho y espalda”. Te voy a decir algo, con la verdad por delante:
Cuando comenzamos hablar con la profesora y ella me dice “esa es la otra economía”, ya sabía hace tiempo que era otra cosa, que le “contábamos las pintas al tigre” a nuestra manera.
FCL: ¿Cómo te ensemillaste?
Andrés: Para mí fue fácil, no es por alabarme. Soy una persona de trabajo, si digo que soy un hombre de trabajo, la negra me dice que un “ensimillao” no es machista, así me llama: ensemillao. Yo tenía mi tierrita, siempre la he cultivado. Tu amigo, me regaló unas semillas, un poquito de cada cosa (tomate, ají, maíz, palos de yuca), y me dijo: tú estás “jodió” porque quieres. Al poco tiempo me invitó a un trueque de semilla, y de pendejo no fui.
Pero ya tenía “mi vainita”, mi siembra de maíz, de verduras, orégano, malojillo, yerba buena, y “otras maticas”, y “había un dolor de cabeza”, no sabía del cuido de las semillas y el abono me echaba mucha vaina. Un día me encuentro con nuestro amigo, y me entregó una bolsita con semillas de maíz, dos kilos con una condición “clara y raspa”: las siembras y de la cosecha regalas dos kilos. Así me ensemillé, y en eso ando, aprendí de abono orgánico, seleccionar las semillas, “y hasta enseño de eso”.
FCL: Haces tú revolución.
Andrés: Yo digo que me ajusté y me siento bien. Me gusta invertir mi tiempo “en esto”, para quitarnos de encima a los parásitos, volver a nuestras semillas y “truequearlas”, es un modo de revolucionar pa’ Chávez.
FCL: ¿Con cuánta gente andas ensemillado?
Andrés: Unas veces somos muchos y otras los que somos, pero la verdad es que la cosa va prendiendo. Nos reunimos para el cuido de la semilla y de la siembra, por los abonos, “pa’truequear”. Ya estamos en un movimiento todos los días, esta vaina es cada ratico. Al comienzo era el zoquete que no le ponía precio a mi trabajo; ahora ya no, “nadie dice eso”.
Yo hice lo mismito que nuestro amigo, y ahora “pa’ la siembra de maíz” somos bastantes. No sembramos cada uno por su cuenta, levantándose y andando solito para hacer el trabajo: nos reunimos, conversamos y salimos en cambote. Sabemos cuántas hectáreas sembramos entre todos y cada uno de nosotros apoya a los otros.
Nuestro acuerdo es ensemillar una gran cantidad de campesinos y comunidades, no de aquí mismo, “de donde vivimos”, si una persona “tiene interés” cuenta con nosotros, y sí no, “pa’ eso estamos, le damos un “empujoncito, “mientras más somos, más se joden los parásitos”.
FCL: ¿Y cómo hacen con los precios”?.
Andrés: Ese es un problemón. Si es entre nosotros, la mayoría cambia una cosa por otra, y si no hay dinero queda como un favor o una deuda para devolverla más adelante. Esa vaina del Don y de las Cayapas que leímos estuvo del carajo…si la gente vivió así antes, con tanto “adelanto” de hoy es más fácil. También participamos de las ferias y las ventas populares. No nos gustan los intermediarios, les vendemos baratos y ellos revenden más caro. Cuando nos compra el mayorista vienen los apuros, y ya no queremos vender el maíz a ellos. La solución es que no negociamos la cosecha de un solo trancazo, vamos saliendo de ella poco a poco, y siempre guardamos los dos kilos de semillas para donarlas y sembrar la vuelta que viene. Mi negra dice que eso es “siempre tenemos nuestro real y medio”
FCL ¿La venta de la cosecha de maíz por parte es mejor?
Andrés: Claro, si vendemos todo a los mayoristas, en un momentico el dinero no vale nada. Si es por partes, lo vendemos nosotros mismos directamente o lo intercambiamos, aunque es verdad que esa vaina de la inflación es un embrollo.
FCL: ¿Y la familia?
Andrés: Ahora somos muchos, todos los ensemillaos estamos emparentaos: la mía también creció, ahora es más que “la negra, los dos varones y la niña de mis ojos”, día a día es un montón de gente…”la familia de la negra y la mía se amañó, siempre vienen y hay los que se quedan”. Lo que sí es verdad es que no bautizo más, ya son más de 30 compadres y casi cuarenta ahijados.
FCL: ¿El ensemillamiento requiere de mucha organización?
Andrés: Por una parte es verdad, pero la palabra y el compromiso cuentan; la gente de trabajo es también de palabra, “yo soy un palabrero”. La organización de la comunidad cuando estamos de acuerdo es “facilita”, ya tenemos años haciendo esto. Lo importante es encontrarse para conversar y acordarnos para hacer el trabajo con nuestros propios recursos. Nosotros tenemos comisiones y todo lo demás, y un Estado Mayor como tú nos llama, pero la “verdaíta” es que no hacemos nada sin hablarlo con la gente. ¿Pa’ qué somos personas?
2 respuestas
Estimados camaradas he abierto por primera vez esta página y me parece bien interesante que existan sitios como estos d en los que los compañeros más versados expongan sus investigaciones, sus puntos de vista y sus orientaciones y podamos todos cultivar nuestras conciencias , emitir nuestras opiniones y formarnos como revolucionarios. Los felicito y no desmayen, esta página es una importantísima para la mas importante de las guerras que es la guerra ideológica.