Alberto Lovera nació el 08 de agosto de 1923, en la Isla de Margarita, específicamente en la población de Juan Griego en el Estado Nueva Esparta. A temprana edad, sufrió una caída de un árbol, produciéndose una lesión en su pierna derecha, dicha lesión provocó que Alberto Lovera tuviera dificultad para caminar, y es por ello que fue conocido como el “Cojo Lovera” o «Renco Lovera», posteriormente también se conoció con los pseudónimos de “Braca” y “Bracamonte”. Desde muy joven alrededor de los 14 años comenzó a trabajar como obrero portuario y pescador en el oriente del país, a esa edad se fue en un barco mercante hacia el estado Zulia, donde empezó a trabajar como obrero en los campos petroleros. Es en este lugar donde se incorporó al Partido Comunista de Venezuela y empezó su lucha sindical con diecisiete años de edad. En 1947 viajó a Polonia, a la ciudad de Varsovia, donde se celebraba el Congreso Mundial de las Juventudes Comunistas, cuya actividad principal era el trabajo voluntario para la reconstrucción de la ciudad, luego de que fuera destruida durante la Segunda Guerra Mundial. En 1950 fue junto a Jesús Farías uno de los principales organizadores de la huelga de los trabajadores del sector petrolero. En 1952 se trasladó de Caracas al Estado Lara, donde fue postulado y electo diputado al Congreso Nacional, sin embargo, no asumió el cargo por el fraude electoral cometido por Marcos Pérez Jiménez, Lovera no asumió el cargo como forma de protesta, alegando además que quien resultó ganador de esas elecciones Jovito Villalba no peleó por su victoria, acusándolo de vendido, sumiso y conformista. Alberto Lovera se niega participar en ese Congreso fue detenido, torturado y expulsado de Venezuela, por lo que se trasladó a Cúcuta Colombia, donde vivió aproximadamente dos años, luego regresa nuevamente a Venezuela específicamente a la población de Cabimas, para integrarse al trabajo clandestino del PCV, en la organización del Partido en esa población. En 1955 conoció a la que sería su esposa María del Mar Álvarez, en la casa de la camarada Ada Ramos, donde llegó luego de su entrada clandestina a Venezuela desde Cúcuta. En 1956 fue escogido como Secretario Regional del PCV en Caracas, allí desarrolló un gran trabajo político, muy efectivo, demostrando su gran responsabilidad y cumplimiento en las tareas asignadas; por esa época la sede regional del Partido estaba ubicada entre Llaguno y Cuartel Viejo por donde hoy pasa la avenida Baralt, en esa sede se imprimía Tribuna Popular y Alberto trabajaba con gran entrega más de doce horas diarias dedicadas al PCV. En 1957 contrajo matrimonio con María del Mar y a finales de 1958 nace su hijo que lleva por nombre Alberto Enrique, y en 1961 nace su hija que lleva por nombre Yanira. Entre 1957 y 1958 desarrolló un papel importante en la Junta Patriótica que derrocó a Marcos Pérez Jiménez, junto a Guillermo García Ponce, siendo uno de los organizadores de las actividades clandestinas del PCV durante esa etapa. Una vez derrocado el dictador, le tocó dirigir acciones en los barrios populares de Caracas. Fue miembro del Buró Político y el Comité Central del Partido Comunista de Venezuela, además de ser Secretario General del Comité Regional del PCV en Distrito Federal, Lara y Zulia. Alberto Lovera jugó un papel destacado en la organización de las primeras brigadas de autodefensa de los obreros que luchaban frente a los mercenarios adecos o bandas armadas de Acción Democrática conocidas como las Sotopol, en honor al triste celebre Hugo Soto Socorro. Estas brigadas son el antecedente inmediato de las Unidades Tácticas de Combate (UTC). Luego del III Congreso del PCV y ya decidido el ingreso del partido en la lucha armada, Alberto Lovera fue designado Secretario del Comité político-militar del PCV organizando las Unidades Tácticas de combate de los comunistas venezolanos y desempeñándose como uno de los militantes comunistas que más aportó en el campo de la lucha guerrillera de los 60. El 18 de octubre de 1965, más o menos a las 6 de la tarde Alberto Lovera venía saliendo de una reunión del PCV en el edificio “San José” en Las Acacias, en la ciudad de Caracas, se montó en su vehículo y arrancó, más adelante frente a la plaza “Las Tres Gracias” fue interceptado por un vehículo, del cual se bajan varios funcionarios de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DIGEPOL), equipados con armamento automático los cuales según testigos que se encontraban en la plaza dieron la voz de “quieto”, lo someten y es trasladado en su propio auto a las instalaciones de esa policía en «Los Chaguaramos», donde fue visto por otros presos, algunos de los cuales declararon haber visto a Lovera y algunos vecinos dicen haber visto su auto; un Mercedes Benz color azul, parado en el estacionamiento del organismo policial. En la noche del 23 de octubre es llevado al Retén “Planchart” ubicado en Puente Mohedano, en ese retén también hay varios presos testigos que vieron a Alberto Lovera, posteriormente deciden trasladarlo al Campo Antiguerrillero de “Cachipo” en el Estado Monagas, donde los militares allí presentes viendo el estado en que llegaba se negaron a recibirlo. Desde el día que lo secuestraron, fue torturado durante nueve días continuos. El 27 de octubre de 1965, su cuerpo apareció en las aguas adyacentes a la playa de Lecherías, en Puerto La Cruz, estado Anzoátegui, su cuerpo se enredó en la atarraya de un pescador de la zona llamado José Salazar, Las evidencias forenses demostraron las crueles torturas a las que fue sometido, el cuerpo estaba desnudo, hinchado, sin pelos y la cara, los pies y manos estaban destrozados, el cuerpo tenía alrededor del cuello una cadena gruesa, un pico y un candado (con el fin de que el cuerpo no saliera a flote), método utilizado para la desaparición de cadáveres de personas reprimidas o perseguidos políticos por parte de los cuerpos policiales durante el puntufijismo. Al lugar de los hechos llegó un reportero fotográfico llamado José Ramón Bello y el periodista Argenis Marcano, ambos del diario “El Tiempo” cuya finalidad era redactar la noticia, ambos movieron el cuerpo hasta la orilla con la ayuda de un pescador de nombre Carlazán Narváez. Tras hacer las tomas gráficas, el equipo de El Tiempo fue a la sede de la Policía Técnica Judicial (PTJ), los detectives realizaron la inspección y el levantamiento del cuerpo. El cuerpo fue enterrado por las autoridades locales de la zona, en una fosa común del cementerio de Barcelona. Su esposa María del Mar Álvarez hizo la denuncia de su desaparición y se contacta con el entonces Diputado de Vanguardia Popular Nacionalista José Vicente Rangel, éste solicitó el derecho de palabra para denunciar el caso a finales de 1965, sin embargo, fue censurado y tuvo que esperar hasta un mes para que le otorgaran el derecho de palabra. Su esposa María del Mar comenzó una incansable búsqueda por estaciones policiales y hospitales del país, y tras escuchar la historia de la aparición de un muerto cuyo cuerpo aún no estaba descompuesto en las playas de lecherías, y al cual le decían “el ahogado” se trasladó hasta el cementerio de Barcelona en enero de 1966. Una vez allí, habla con el sepulturero de nombre Francisco Rodríguez, quien le indicó donde estaba enterrado “el ahogado”, entonces María del Mar para evitar que se llevaran el cadáver y lo desaparecieran le pidió a los trabajadores del cementerio que hicieran un trabajo de cemento y una cruz con el nombre de Alberto en el lugar donde estaba enterrado, todo esto por temor a la desaparición del cadáver. Posteriormente el 22 de marzo de 1966, luego de muchas interpelaciones hechas en el Congreso Nacional de ese entonces, gracias a la labor realizada por José Vicente Rangel, es ordenada la exhumación del cuerpo en el cementerio de Barcelona en el Estado Anzoátegui, su esposa lo reconoce a través de su dentadura, ya que Lovera se había hecho un trabajo odontológico en Pequín, durante un encuentro comunista realizado en China. Se pretendió volver a enterrar el cadáver y su viuda se opuso, las autoridades de la zona y los trabajadores del cementerio no querían permitir la salida del cuerpo del cementerio, sin embargo luego de una intensa jornada de más de 12 horas, abrieron las puertas del cementerio y permitieron sacar el cadáver, lo trasladaron desde Barcelona hasta Caracas, su cuerpo fue enterrado el 23 de marzo en el Cementerio General del Sur. Luego del entierro comenzó la lucha por lograr el castigo de los asesinos de Alberto Lovera, en el cual jugó un papel fundamental el entonces Diputado Dr. José Vicente Rangel, quien durante esa dura época del puntofijismo acompañó a todos los familiares de desaparecidos y asesinados en esa época por los gobiernos de Acción Democrática y COPEI. El 24 de noviembre de 1966 se inició el debate en la Cámara de Diputados para considerar el informe de Rangel sobre la desaparición y muerte del ciudadano Alberto Lovera y así poder realizar un juicio contra los culpables. Las proposiciones formuladas por el Diputado José Vicente Rangel tuvieron que ser modificadas para poder ser aprobadas en el congreso, todas las modificaciones, enmiendas, reformas y exclusiones del informe, estuvieron a cargo del Diputado adeco y futuro presidente Carlos Andrés Pérez, el informe y los recaudos serían pasados a los Tribunales de Justicia, para que empezara la investigación y un posible juicio posterior. El Congreso Nacional designó una comisión para que investigara el crimen de Alberto Lovera, junto la Asamblea Legislativa de Anzoátegui. El grupo estaba integrado por los diputados José Vicente Rangel, Asisclo Hernández y Pedro Tabata Guzmán, entre otros, se instaló en la Legislatura de Lecherías. Sin embargo, hubo muchas trabas, la información era ocultada o desaparecía, los cuerpos del estado no colaboraban y José Vicente Rangel decidió continuar de manera individual la investigación. En la actualidad es de conocimiento público, gracias a la investigación hecha por José Vicente Rangel y la esposa de Alberto Lovera, María Del Mar Álvarez que el caso Lovera estuvo viciado de principio a fin, y en dicha manipulación participaron jueces, representantes del Ministerio Público, funcionarios de policía, de la PTJ, de la DIGEPOL y dirigentes del Gobierno, todo esto debido a la repercusión que había tenido la investigación. El expediente fue adulterado, los testigos fueron coaccionados y desaparecidos: unos se retractaron de atestiguar, otros cambiaron las declaraciones iniciales. Al cabo de quince meses de paralización, el expediente fue remitido a un tribunal de Barcelona, y dicho Tribunal declaró que no había responsables y dejó la averiguación abierta. Tras las declaraciones iniciales de los testigos del juicio y la profunda investigación hecha por Rangel y los familiares de Alberto Lovera), se logró conocer que en su tortura y asesinato estuvieron directamente implicados José Jesús Patiño González, Director de la Dirección General de Policía (DIGEPOL) y los comisarios: Carlos Vegas Delgado Alias “El Capitán” (Jefe de Capturas), Alberto Ochoa, Roberto Romero, Miguel Aguilar, Pedro Cisneros, , Carlos Ferrara, Douglas Rodríguez, Eduardo Armenteros González, Mario Segundo Leal Acuña, José Ramón Antúnez y Carlos Quintero, todos estos agentes eran conocidos como “los muchachos de Carlos Andrés” y fueron preparados por la tutela del ex policía cubano y agente de la CIA Orlando García Vásquez, quien luego sería Jefe de Investigaciones de la DIGEPOL. También participaron los cuatro delatores que fueron quienes le hacían seguimiento: Helímenes Chirinos y Raúl Peña Palencia (supuesto “amigo” de Alberto del cual se dice que incluso participó en las torturas), Aníbal González y Ramón Ovidio Ataide Olvera, este último, policía de inteligencia de los barrios, cargo conocido coloquialmente en Venezuela como “sapo”. Gonzalo Barrios era el Ministro de Relaciones Interiores, quien seguía personalmente las operaciones represivas hechas en contra del PCV, MIR y las FALN, además de tener muchas denuncias en su contra por violación de derechos humanos), y Luis Vera Gómez Director General de ese mismo Ministerio. También en el caso de Lovera participó el Juez Francisco Cumare Navas, famoso por engavetar los casos de derechos humanos. El camarada Alberto Lovera fue una prueba fehaciente del pacto criminal establecido como política internacional anticomunista, que tuvo su apogeo en las presidencias estadounidenses de Lyndon B. Johnson, Richard Nixon –con su infausto Premio Nobel de la Paz y Secretario de Estado, Henry Kissinger–, y Ronald Reagan, con engendros como Orlando Bosch y Posada Carriles, entre otros; todos ejecutores intelectuales del asesinato de Alberto Lovera y de los miles de camaradas desaparecidos, perseguidos y asesinados. El cuerpo de Alberto Lovera, fue exhumado el 26 de junio del año 2013, esto con motivo de la aplicación de políticas de esclarecimiento de la verdad y la justicia. El procedimiento se efectuó en el Cementerio General del Sur en Caracas, su objeto fue el de determinar los excesos cometidos por los cuerpos represivos en décadas pasadas y las personas responsables de su asesinato, el cual conforma una larga lista de violaciones sistemáticas de los derechos humanos durante los gobiernos de Acción Democrática y COPEI. En el Partido Comunista de Venezuela la figura de Alberto Lovera, es junto a Livia Gouveneur, Donato Carmona, Cesar Burguillos, Luis Emiro Arrieta, Italo Sardi, Toribio García, entre otros, uno de los mártires símbolos de la lucha de la clase obrera venezolana; por eso siempre es recordado en los actos, en las conferencias nacionales, y congresos del PCV. El cantante Alí Primera, compuso una canción en su honor titulada »Alberto Lovera hermano». El periodista y político José Vicente Rangel escribió un libro llamado expediente negro donde se relatan todos los detalles del caso Alberto Lovera, en el libro se evidencia la impunidad judicial existente en esa época. En el año 2000 le fue conferida la Orden Francisco de Miranda Post mortem, en su primera clase, por parte del presidente Hugo Chávez. El 28 de octubre de 2008 la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela firmó un acuerdo publicado en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 39.054 de ese mismo año, en el cual se rinde homenaje a Alberto Lovera, se da reconocimiento por su lucha revolucionaria, y se acordó prestar todo el apoyo para que haya justicia en el caso de su asesinato. Igualmente se acordó reconocer la labor de investigación hecha por José Vicente Rangel y María del Mar Álvarez en el caso de Lovera y otros casos más. Durante la Sesión de la Asamblea Nacional de Venezuela del 18 de enero de 2011 se aprobó la Ley para Sancionar los Crímenes, Desapariciones, Torturas y Otras Violaciones de los Derechos Humanos por Razones Políticas en el período puntofijista 1958-1998, en esa misma sesión se rindió tributo a Alberto Lovera. El 13 de julio en Puerto La Cruz, Municipio Sotillo, del Estado Anzoátegui, fue inaugurada una planta con su nombre, se llama Planta Termoeléctrica “Alberto Lovera”. La Aldea de la Universidad Bolivariana de Venezuela ubicada San Casimiro, Estado Aragua, lleva por nombre Aldea Universitaria “Alberto Lovera”. En Caricuao, Caracas está ubicado el Centro de Educación Integral “Alberto Lovera”, el cual brinda protección integral, formación laboral, y atención en general a adolescentes, madres y/o embarazadas, en situación de riesgo social y/o víctimas de violencia intrafamiliar. En su natal Juan Griego, estado Nueva Esparta existe una comuna llamada “Comuna Alberto Lovera”. En Estados Unidos un reconocido Círculo Bolivariano lleva por nombre “Alberto Lovera”. En Cabimas, Estado Zulia se inauguró el Museo Petrolero de la Costa Oriental del Lago “Alberto Lovera”. En la redoma de Guaraguao de Puerto La Cruz, está el área recreativa que lleva el nombre “Alberto Lovera”, donde se develó un busto de Alberto en el año 2005. Igualmente, en Anzoátegui existen muchos espacios con su nombre: Escuela Bolivariana Alberto Lovera en Barcelona, Centro de Diagnóstico integral (CDI) Alberto Lovera en Lecherías, Planta Procesadora de Yuca Alberto Lovera en El Tigre, Mercado Pesquero Alberto Lovera en Puerto La Cruz, Núcleo de Desarrollo Endógeno Alberto Lovera en El Tigre o Comedor Popular “Alberto Lovera” en Lecherías. Alberto Lovera es y será siempre ejemplo de lucha, de entrega y reivindicación de la causa comunista, todo un comunista ejemplar.