Por Martín Granovsky
Vamos a hacer todo lo posible por la unidad. Y por la pacificación renuncio a mi candidatura
-Si los hijos de Evo Morales ya llegaron a la Argentina, seguramente estarán presentes el 10 de diciembre cuando Alberto Fernández asuma la Presidencia. ¿El padre vendrá?
–He recibido una invitación pública. Qué lindo sería… Sería un orgullo y un honor acompañar la posesión del mando. Vamos a consultar a los compañeros. Además, la Argentina está más cerca de Bolivia y podría agradecerle otra vez la gran solidaridad al hermano Alberto Fernández. Fue uno de los que me salvó la vida, y salvó la vida de Álvaro y del equipo que me acompañaba el domingo 10 de noviembre y el lunes 11. Tengo cariño, respeto y admiración por él. Alguna vez podremos comentar en detalle lo que vivimos ese lunes 11 de noviembre en las sendas de la selva del Departamento de Cochabamba.
–El Senado ya consensuó un proyecto de ley para un pronto llamado a elecciones.
–Sí, hubo una reunión bajo la garantía de las Naciones Unidas, la Iglesia católica y la Unión Europea. Al día siguiente de mi llegada a México pedí en una conferencia de prensa facilitadores internacionales y personalidades de todo el mundo para ayudar a la pacificación de Bolivia. Por suerte acaba de darse esa reunión, de la que participó el gobierno de facto de (Jeanine) Añez. El Movimiento al Socialismo representa los dos tercios de los senadores y de los diputados. Vamos a hacer todo lo posible por la unidad. Y por la pacificación renuncio a mi candidatura.
–¿A pesar del resultado de las elecciones del 20 de octubre, cuando el MAS salió primero?
–Sí. Y quiero decir que nos robaron ese triunfo. Mi gran delito es ser indio y sobre todo haber nacionalizado los recursos naturales, como los hidrocarburos. Me acuerdo perfectamente de que el hermano Néstor Kirchner, cuando nacionalicé y las empresas me dijeron que no invertirían más, me llamó por teléfono y me dijo: “Si las transnacionales petroleras no invierten, la Argentina sí va a invertir en Bolivia”. Tengo grandes recuerdos de la lucha por la dignidad y la independencia de los Estados, por la dignidad y la identidad de nuestros pueblos.
–Usted habló de la pacificación.
–Voy a hacer todo lo posible por pacificar Bolivia. Renuncio a la candidatura aunque yo estaba habilitado para presentarme como candidato a Presidente. No estoy haciendo un reclamo. Digo que renuncio para que no haya más muertos, ni más agresiones. Hermano periodista, ¿sabe por qué renunciamos el domingo 10 a la tarde con el hermano García Linera? Porque agarraron a mis hermanos dirigentes, militantes, gobernadores de los departamentos, alcaldes y les dijeron que quemarían sus casas si yo no renunciaba a mi cargo. Al hermano del presidente de la Cámara de Diputados le dijeron: “Si tu hermano no renuncia, te vamos a quemar en la plaza”. Incendiaron la casa de mi hermana en Oruro. Del racismo al fascismo y del fascismo al golpismo. Eso es lo que pasó en Bolivia. Por este motivo busco la unidad y la pacificación. Así se lo dije a nuestras bancadas. Les anuncié que por esta vez renunciaríamos Álvaro y yo a las candidaturas a la presidencia y la vicepresidencia.
–¿Dejará México y regresará a Bolivia?
–Mucho desearía volver a Bolivia. Pero quiero que sepan que desde el Norte nos informaron que Estados Unidos no quiere que yo vuelva a Bolivia. El gobierno golpista tampoco lo quiere. Pero por más que sea un gobierno de facto, debe garantizar la vida no solo de Evo sino de todos. Ahora en Bolivia están debatiendo una ley de garantías. Hay gente en la cárcel. Uno en la cárcel porque conducía sin licencia. Otro, en Cochabamba, por gritar “Patria o muerte, venceremos”, en la cárcel también. Es una cacería. A los ministros que están en la embajada de la Argentina y a los que están en la embajada de México no les dan salvoconducto. ¿Esa es forma de aplicar el derecho? Repito: con tanta baleadura, con tanta represión, momentáneamente ostentan el poder político. Pero eso termina.
–¿Proyecta cambiar el asilo mexicano por un asilo argentino?
–No lo descarto. Quiero estar más cerca de Bolivia. El hermano y la hermana Fernández siempre me cooperaron. Nunca me abandonaron. Tengo muchos buenos recuerdos de cuando la hermana Cristina era Presidenta. Una vez faltó harina para el pan. Importábamos el 70 u 80 por ciento de harina de los Estados Unidos y de Canadá. Nunca se fomentó la producción de harina. Como un día faltó harina y todos iban a decir que yo sería responsable de la falta de pan, llamé y dije: “Hermana Cristina, usted tiene que venderme trigo”. Me contestó: “Evo, está todo comprometido”. No sé qué habrá hecho la hermana Cristina, pero un día recibimos en Bolivia trigo y harina. Solidariamente hemos trabajado. Si nunca me abandonaron, tampoco me van a abandonar en este momento tan difícil que está viviendo Bolivia, con tantos muertos, con tantos heridos, con tantas detenciones injustas. De los problemas se sale mediante la cooperación. Recuerdo el intento de golpe de Estado de 2008. Gracias a la ayuda de Unasur derrotamos al golpismo.
Fuente: Página 12