Saberse un servidor de una potencia extranjera huele a mercenario. Alinearse con las peores patrañas para dañar a nuestros pueblos es, además, vergonzoso. Y eso lo hace Luis Almagro todos los días.
En el caso cubano, este señor ha hecho fijación, de manera que, ante el menor pestañeo del Departamento de Estado norteamericano, él corre a ponerse de primero en la fila de los genuflexos, y más ahora cuando se entrega por completo en aras de que lo reelijan como secretario general de la oea, la nefasta institución con apellido americano.
La más reciente de las componendas entre el gobierno de Donald Trump y la oea de Luis Almagro, fue la organización y realización de un foro en Washington con el título La oscura realidad detrás de las misiones médicas cubanas, cuyo único propósito es desacreditar los programas de salud del Tercer Mundo, donde los médicos de la Isla han desempeñado una labor solidaria jamás lograda por la medicina a nivel mundial.
Ni a Trump ni a Almagro se les ocurriría alguna vez en sus vidas reconocer que más de 400 000 profesionales de la salud han participado en misiones fuera de Cuba desde 1963, incluyendo las realizadas tras huracanes, terremotos y el enfrentamiento al ébola en África. Durante ese tiempo se han realizado un total de un billón 923 millones 712 550 consultas, según cifras divulgadas por el Ministerio de Salud Pública cubano. Actualmente existen alrededor de 29 000 colaboradores en 65 países.
¿A quién, que no sea un Trump o un Almagro, se le ocurriría –por mucho odio que tengan contra Cuba– cuestionar uno de los pilares más nobles, el de la solidaridad humana, la brindada por nuestra nación, que cura enfermedades y alivia dolores en las almas de los desprotegidos de este mundo?
En tal caso, la sugerencia que se me ocurre hacer a los Gobiernos que aún pertenecen a la oea es la de acabar con una institución tan dañina para nuestros pueblos o, al menos, vetar a un secretario general como Luis Almagro, lo peor entre lo peor a la hora de tratar a países y gobiernos impulsores de los más nobles programas de solidaridad.
¿Necesita la oea un verdadero impeachment o juicio político contra su secretario general? Quizá así se parecería aún más a su amo, Donald Trump.
ALGUNOS MOMENTOS DE LA CRUZADA DE EE.UU. CONTRA LAS MISIONES MÉDICAS CUBANAS
Mayo de 2019
El Secretario General de la Organización de Estados Americanos organizó una Conferencia en la sede de dicha organización sobre los supuestos crímenes de lesa humanidad cometidos por Cuba, en relación con la cooperación médica cubana en el exterior.
Junio de 2019
El Departamento de Estado, en su Informe sobre la Trata de Personas 2019, denigró la cooperación médica internacional de Cuba y, un mes después, impuso sanciones de restricción de visas a funcionarios cubanos vinculados con las misiones médicas.
Agosto de 2019
La Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid), institución estadounidense que aporta fondos para los programas de subversión contra el Gobierno de Cuba, destinó 3 millones de dólares para proyectos dirigidos contra las brigadas médicas de Cuba en el exterior.
Septiembre de 2019
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, durante su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas, triplicó de manera ridícula, por maldad o ignorancia, la cifra mentirosa e infundada utilizada por Washington, de que Cuba mantiene 20 000 efectivos militares en Venezuela, para referirse a los colaboradores cubanos de la salud.
Noviembre de 2019
Cesan los programas de cooperación médica con Ecuador y Bolivia, decisión incentivada por la persecución de Estados Unidos, que ha forzado el cese de estos programas como antes lo hiciera en Brasil (noviembre de 2018). Son notorias las declaraciones de altos funcionarios de Estados Unidos calumniando que las brigadas médicas cubanas en la República Bolivariana de Venezuela son tropas militares.