¿Por qué es necesario un libro sobre un país sobre el que hay información continua?
La respuesta, paradójicamente, es precisamente por eso, porque entre «la avalancha de noticias» hay poca información y existe «una distancia abismal» entre «lo que se nos cuenta del país suramericano y lo que en realidad se vive ahí», escribe la autora en la introducción.
¿Tu libro lo pagó el Gobierno de Venezuela?
Es uno de los mitos principales de la oposición venezolana: argumentar que extranjero que apoya la Revolución Bolivariana, o que no se suma a su campaña de difamación y manipulación de la realidad venezolana, es tarifada por la «narcodictadura» de Nicolás Maduro.
Es no entender la naturaleza de las personas que apoyan la Revolución Bolivariana, que suelen ser militantes, gente de la izquierda y de los sectores más combativos. Poca gente da la cara por Venezuela fuera del país, esto hay que decirlo. En el Estado español defender a Venezuela no reporta ningún tipo de beneficio económico, social ni laboral. Por las redes me dicen que se van a encargar de que yo no encuentre trabajo nunca más por mis ideas de apoyo a la «dictadura venezolana».
Vivo de mi trabajo y, aunque quisieran pagarme en Venezuela, nunca aceptaría ese dinero porque defiendo la Revolución Bolivariana desde hace 20 años. Desde que supe de la victoria de Hugo Chávez, me fui interesando, involucrando en la defensa de Venezuela. Nunca haría las cosas por dinero, ni por ego ni por prestigio.
¿Crees que aunque te publicó una editorial conocida dirán que lo pagó el Gobierno de Maduro?
En las redes me dicen que por cada tuit que subo me pagan. Es parte de su impotencia. Como no pueden entender, están tan enceguecidos con su odio hacia el chavismo, por su incomprensión por un tema de clase, de rabia, de discriminación hacia el pueblo. No pueden entender que haya europeos que defiendan esto y creen que lo hacemos «porque lo desconocemos», «porque no hemos vivido las penalidades del pueblo venezolano». Ellos tampoco, hablan por el pueblo pero tampoco lo han vivido.
Han llegado a decirme que Maduro, si no me ha pagado a mí, seguramente ha sido a la editorial para que publiquen el libro. Incluso alguien pregunto en Twitter que quién pagaba a la imprenta. Desconocen que Akal es una editorial privada, que tiene sus criterios y publica libros en función de su interés. Además desconocen cómo funciona el mundo del libro: un autor no cobra dinero por escribir libros, cobra un porcentaje de las ventas y con eso te puedo asegurar que no se vive.
¿Cómo fue el proceso de escritura?
Es fruto de un trabajo que tiene muchos años de involucramiento, de defender la revolución desde la Asamblea Bolivariana de Cataluña, de estar estudiando sobre el proceso. En mi doctorado en Relaciones Internacionales hice mi tesis sobre la política exterior de Chávez, he utilizado fragmentos de esa tesis para algunas partes del libro.
El libro empecé a escribirlo en marzo de 2019 y en pocos meses tuve que sacarlo. Cuando te pones a escribir, te das cuenta de que el trabajo previo está ahí, que aunque lo hayas escrito concentradamente en unos meses, llevas años escribiendo sobre Venezuela.
Existe el temor de que si un extranjero escribe un texto sobre Venezuela, podría haber una valoración subjetiva o falten datos.
Ese miedo también lo tengo yo, porque al fin y al cabo no soy venezolana, no me he socializado en este país, me falta mucho conocimiento de la cultura popular venezolana. Aunque haya vivido aquí, hay toda una parte que me falta. Mi aproximación es más política y más contemporánea del chavismo, y por eso, siempre hay ese miedo y ese respeto al venir de fuera. No es tratar de hablar por los venezolanos sino ser un altavoz para las opiniones de ciertos venezolanos, sin renunciar a dar la mía, que como digo al inicio del libro, está fundamentada.
Tratan de denigrarme: «La doctora McDonald’s hace una análisis político de un país porque hay un McDonald’s». Eso es confundir, son herramientas de trabajo diferentes.
¿Quiénes leerán este libro?
La lógica de este libro es apelar a la gente que se pregunta qué pasa en Venezuela y darles la oportunidad de que se acerquen a una visión de Venezuela totalmente diferente a la que los medios españoles les están presentando todos los días.
Hablas de mitos en tu libro, ¿uno de ellos es que el chavismo está muerto y que ahora hay «madurismo»?
Hay chavistas que sostienen esto: «Soy chavista, pero Maduro no es lo mismo, es que la corrupción…». Y uno responde que estos problemas también existían en la presidencia de Hugo Chávez, lo que ocurre es que su liderazgo carismático, emblemático y arrollador es insustituible, sin duda. Pero creo que es muy injusto para la figura de Maduro establecer esas comparaciones que no son necesarias, salvo para las personas que tienen una intencionalidad de marcar esa divisoria para dar la idea de que no hay continuidad histórica y es importante decir que sí la hay, es un mismo proyecto con sus variantes.
¿Hay chavismo sin Chávez?
Claro. Ese tipo de ideas, que se pueden adoptar de manera ingenua, no son casuales, vienen de laboratorios psicológicos, que marcan tendencias y van asentando determinadas matrices a través de sus intelectuales, sus ideólogos, sus medios.
La dirigencia de la oposición dice que estos 20 de años de chavismo destruyeron al país y por otro lado afirma que durante el Gobierno de Chávez todo funcionó bien y que con Maduro las cosas empeoraron.
Buscar lógica en el discurso opositor es un error. Son discursos eminentemente emocionales, que parten de una rabia, de una frustración por haber perdido el poder político, por situaciones personales difíciles, por separaciones familiares, por impotencia por la pérdida de poder adquisitivo. Una serie de factores que hacen que la gente no piense racionalmente. Lo sorprendente no es tanto que esa gente tenga ese discurso, sino que haya personas supuestamente serias o formadas, en los medios, en Europa, que los esté avalando.
Entonces, si «antes estábamos bien y con Maduro se destrozó todo», ¿cómo explicas que a la vez haya «20 años de desastre económico»? ¿y cómo explicas los indicadores que la ONU avaló y publicó durante los diez primeros años? Hay muchos artículos de economistas destacando los logros económicos y sociales para el pueblo venezolanos que supuso el chavismo.
¿Por qué ha habido esta guerra económica? Porque había que acabar con ese buen ejemplo. Aunque ellos digan que no se ha hecho nada con la pobreza en Venezuela, hay que recordar que la pobreza ahora ha repuntado, pero en los primeros años bajó de una manera impresionante, que en términos históricos es increíble. Ahí la pregunta es: si era tan fácil acabar con la pobreza, y Chávez no lo hizo, ¿por qué no lo hicieron los gobiernos previos que dejaron el país con unos niveles de pobreza vergonzosos? ¿Por qué Venezuela estalló con un Caracazo? Si todo era tan maravilloso, ¿cómo explican que emergiera Hugo Chávez?
¿Cómo explicas la afirmación de que en Venezuela hay falta de democracia o que las elecciones han sido amañadas y poco transparentes?
Son años repitiendo esto sin fundamento, porque como explico en el libro, aquí han venido acompañantes electorales, han avalado los resultados, las máquinas electorales son vanguardia en los sistemas de votos mundiales.
Me pregunto cómo se puede hacer un fraude cuando uno está en el punto de mira a los niveles en los que está Venezuela con acompañantes electorales de derecha, invitados por la oposición, que también está presente en el Consejo Nacional Electoral, que igualmente supervisa las elecciones primarias o internas de la oposición. ¿Por qué el CNE es válido para unas cosas y para otras no?, ¿por qué no se reclama cuando gana la oposición?
Nuevamente son argumentos ilógicos para personas desesperadas y que sirven afuera porque hay tal nivel de desinformación con Venezuela. Sueltan dosis de «fraude», «no hay democracia», «dictadura», pero la gente no va más allá. Cuando uno analiza, no hay sustento, si hubiera pruebas del fraude, ya estarían publicadas en todos los lugares del mundo.
¿Es otro mito que las medidas punitivas de EE.UU. contra Venezuela son parte de la lucha anticorrupción?
Es ridículo porque para corruptos los estadounidenses y los españoles. Recordemos que Pedro Sánchez llega a la Presidencia porque el partido de Mariano Rajoy, el Partido Popular, estaba incurso en un escándalo de corrupción tal que sufrió una moción de censura y la perdió. ¿Quienes somos los europeos y los estadounidenses para dar lecciones de anticorrupción?
Es muy preocupante que la corrupción, que no niego que pueda existir en Venezuela, al igual que en todos los países, se utilice para desacreditar a los gobiernos de la izquierda, pero siempre tapando que hay otros gobiernos de derecha que son igual o mucho más corruptos.
La corrupción también es uno de los pilares centrales de estas estrategias de ‘lawfare’ que se están aplicando en la región en los últimos tiempos y que se han puesto en primer plano para sacar a Lula, a Dilma. Así que hay que tener cuidado con estos discursos de «lucha anticorrupción», a los que la izquierda con buenas intenciones puede sumarse, pero que no nos los vendan quienes realmente son corruptos y dicen quién lo es y quién no, de una manera bastante hipócrita.
¿Qué piensas de la afirmación de que las sanciones no son contra Venezuela sino contra Maduro?
Se ha dicho que han sido solo en los últimos años y que la economía venezolana es un desastre.
Un vendedor en un mercado en Maracaibo, Zulia, en Venezuela, el 23 de julio de 2019
Los compañeros de Misión Verdad y también del Centro de Investigación Económica y Política (CEPR), con sede en Washington, han hecho un trabajo sobre los impactos del bloqueo y cómo esas sanciones, aunque la oposición trate de vender que son a personas, afectan a organismos financieros y a administraciones del Estado, por lo que tienen un impacto en la inversión del Estado venezolano, las compras que puede hacer en el exterior y en las políticas sociales, que son las que marcan la diferencia entre la revolución y los gobiernos anteriores.
Me parece que decir a la ligera que es solo contra figuras de la revolución parte de la intencionalidad de ocultar la verdadera naturaleza de las sanciones y del bloqueo que existe.
¿Qué opina de la afirmación de que la ayuda de EE.UU. es «desinteresada» para que «Venezuela retorne a la democracia»?
EE.UU., como todo poder y como país hegemónico, que dedica mucho dinero a pensar su lugar en el mundo, sabe que todos estos golpes de Estado que se dieron en el siglo XX en América Latina tienen muy mala prensa. Sabe que tiene que buscar otros mecanismos para intervenir, tener influencia y hacer que los acontecimientos políticos y sociales de los países, que consideran su territorio de influencia, vayan por donde quieren.
Ahí entra el tema de la ayuda para el desarrollo, que se presenta como algo bueno, pero que en realidad tiene una agenda detrás de intervención, de mapeo de las riquezas, de las poblaciones, de los recursos. Por otro lado, el tema de la «ayuda desinteresada» no deja de ser una vertiente más de una guerra que es invisible a los ojos pero que existe, una guerra híbrida, que es una guerra compuesta con elementos propagandísticos, periodísticos, de desestabilización en redes, de atacar los sistemas eléctricos, por ejemplo.
No hace falta mandar militares o tirar bombas para estar en guerra. La guerra psicológica no dispara ningún tiro pero es en contra de los procesos revolucionarios. Este tipo de guerra tiene múltiples actores: sociedades civiles, ONG, uso incluso de la delincuencia, como se ha visto con el paramilitarismo colombiano que ha penetrado en los barrios venezolanos, y que se ha dedicado a asesinar selectivamente a líderes sociales y políticos en Venezuela.
Venezuela está en guerra, no solo es económica, es de amplio espectro, y eso nos debería poner más alerta porque cuando te confías y nos ves al enemigo venir, es cuando te vence.
En un epígrafe de su libro, Chávez define a Venezuela como un «motor», sin embargo, ¿cómo se explica que ahora es «el factor desestabilizador de la región»?
Por toda esta construcción mediática y política de una «bestia negra» del sistema, mucha gente no quiere ser salpicada por ese «mal ejemplo» y de ahí que se compren estos discursos.
Es una manera de tapar la cobardía de no apoyar a una revolución que está siendo asediada de todas las maneras y además es una miserabilidad no reconocer el papel que efectivamente tuvo Venezuela de motor de la construcción geopolítica alternativa y de la integración latinoamericana-caribeña de manera muy generosa, no solo en términos económicos, para «dar el dinero y comprar voluntades como cree la oposición», sino desde el profundo convencimiento que tenía Chávez de que el petróleo venezolano se tenía que poner al servicio del desarrollo de América Latina y el Caribe, de los pueblos, y que eso reforzaría la región en su conjunto para afrontar mejor los ataques de EE.UU. y situarse geopolíticamente como un actor con peso en el sistema internacional.
Eso parece que Venezuela solo traía cosas malas, cierta izquierda latinoamericana tendría que reflexionar sobre por qué en cierto momento dejó de apoyar a Venezuela o no quiere que la vinculen con ella. ¿Por qué esa cobardía cuando Venezuela les ha dado tanto?
El opositor Julio Borges ha dicho que Venezuela es una enfermedad, ¿le parece que ha habido aniquilamiento moral del chavismo?
Es grave porque está dicho por un propio venezolano y en un contexto que puede azuzar los actos xenófobos contra venezolanos que están en otros países. Hay que tener cuidado con estos símiles y paralelismos con los virus, las enfermedades, porque esto está dentro de los documentos estadounidenses de asistencia para el desarrollo y de ayuda para Venezuela, enfocados a paliar la supuesta «crisis humanitaria» que irradiaría a la región.
Uno de los elementos que ellos utilizan es el tema de la transmisión de enfermedades por parte de venezolanos y esto se hace para formar una intervención humanitaria-militar. Que Borges hable así no es casual y no me extraña porque él ha hecho lobby en contra de Venezuela en el exterior, y el autoproclamado Juan Guaidó directamente ha pedido una intervención militar. ¿Qué puedes esperar de supuestos patriotas venezolanos que piden que masacren a su pueblo?
La dedicatoria de tu libro va para el «pueblo chavista por el ejemplo de lucha, resistencia y dignidad», ¿por qué?
Así lo siento, porque realmente es un honor poder escribir este libro y que los venezolanos revolucionarios lo lean, sientan que puede ser útil, que se está hablando de verdad de Venezuela.
Realmente es un honor, como persona foránea, que los venezolanos puedan y consideren que está escrito desde la verdad, desde el compromiso, que además está diciendo cosas que están sustentadas, que pueden ayudar a defender a Venezuela.
Me honra y está hecho desde toda la humildad de ser un canal para transmitir esa verdad. No soy la primera ni la única que la está diciendo, esa defensa que no es solo mía, y eso me hace pensar que la historia nos dará la razón y que si Venezuela triunfa, va a triunfar la humanidad. Tienen una responsabilidad histórica muy fuerte pero también me parece injusto que se cargue sobre las espaldas de la Revolución Bolivariana todo ese peso. Creo que es deber nuestro no quedarnos solo con defender a Venezuela, sino en nuestros respectivos territorios construir una alternativa que pueda servir de dique a los ataques tan fuertes que se hacen desde nuestras élites a Venezuela.