"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

Después de otra victoria política, construyamos la victoria económica

No hay dudas que hemos alcanzado una nueva VICTORIA POLÍTICA. Victoria esta que fortalece la moral patria, la moral bolivariana. Después de varios días de tensión, el primero de cinco buques iraníes, el FORTUNE, arribó a aguas territoriales venezolanas. Al momento de redactar estas notas, el buque iraní se encuentra en labores de descarga en la refinería El Palito, y El segundo buque ya está en nuestras aguas territoriales.

Esta victoria, además de la alta significación que tiene para derrotar el asedio y bloqueo criminal, pone de manifiesto que a los Estados Unidos de Norteamérica, máxima expresión de la hegemonía imperialista, se le reduce cada vez más su posibilidad de maniobra para continuar violando el derecho internacional e imponer su voluntad en el mundo. Ya había sido derrotado en el Consejo de Seguridad de la ONU, al tener que hacer uso de su «derecho» a veto, para impedir el pronunciamiento de esta instancia multilateral en contra de la política intervencionista e ilegal del imperio y sus subordinados contra la patria de Bolívar.

Este gesto de la hermana República de Irán tiene mayor relevancia y significado, porque Irán tiene actualmente un déficit de 10-12 millones de barriles/día de gasolina, consecuencia de las medidas de bloqueo de Norteamérica. Es la solidaridad, mil veces expresada por nuestros hermanos cubanos, en las palabras y los hechos, que: «LA SOLIDARIDAD NO ES DAR LO QUE TE SOBRE, ES COMPARTIR LO QUE TIENES».

Irán ha logrado reducir su consumo de gasolina, alrededor de un 20%, luego de hacer ajustes a su política de subsidios y aumentar ligeramente su precio. Desde julio del 2007, Chávez estableció acuerdos de mutua cooperación. Venezuela expresó a partir de septiembre de 2009 su solidaridad con Irán, enviando petróleo, a razón de 20.000 b/día, mientras duró la contingencia de entonces. Se recoge lo que se siembra. Esa es una verdad histórica, pese a algunas ingratitudes que nos salpican de cerca.

Precisamente, la necesidad de construir una VICTORIA ECONÓMICA, tiene en nuestro criterio, su punto de partida obligatorio en un manejo acertado de nuestra principal riqueza, y casi única generadora de divisas, como lo es el petróleo. En eso hemos sido y continuamos siendo erráticos. Ahora, de otra naturaleza los errores, hay que aclararlo. Antes se procedió por una mentalidad colonial que derivaron en acuerdos y políticas de traición a la patria. Desde inicios del pasado siglo hasta llegada la revolución bolivariana nuestra riqueza petrolera fue desvergonzadamente entregada a las transnacionales petroleras. Quienes gobernaron desde Gómez hasta que llegó Chávez fueron artífices de esta política entreguista. Los que osaron oponerse fueron apartados o asesinados. Medina Angarita y Carlos Delgado Chalbaud fueron ejemplo de eso, con un golpe de estado el primero y el asesinato del otro.

A la sombra de una desigual e injusta distribución de la renta petrolera, creció una burguesía parasitaria y apatrida, «que aún la tenemos hoy», como compuso y cantó, el inmortal Alí Primera. Esa es historia conocida, no suficientemente difundida y explicada. De más, no está  refrescarla.

Tengo la absoluta convicción de que es posible salir del atolladero económico al que hemos llegado por la confluencia de varios factores, ajenos y propios. Necesario es resolver algunos «cuellos de botella» y adelantar algunas medidas, que de distintos frentes han sido señaladas como prioritarias. En el pasado artículo adelantamos algunas opiniones, y prometimos ahondar en algunas de ellas.

Dijimos que era fundamental romper con la perniciosa influencia del dólar norteamericano sobre nuestra moneda. Esa situación «nos tiene arruinados», como decían nuestros abuelos y nuestras abuelas. Ya dije que el Bolívar Oro continúa siendo nuestra mejor alternativa de solución de este dañino y espinoso asunto. Igual opina más de una persona, versada en la materia.

Entendida, como parece ser, la  importancia de resolver el problema de la estabilidad de nuestra moneda, es necesario, sin desatender esa tarea fundamental, comenzar desde ya, LA CONSTRUCCIÓN DE UNA VICTORIA ECONÓMICA, que debemos cimentar sobre bases sólidas, determinadas por la concreción de planes exitosos en lo local, y articulados regional y nacionalmente por sectores y rubros específicos de producción.

Los actuales momentos, donde simultáneamente coinciden una situación de crisis continuada del Sistema Mundo Capitalista, y, un renovado y vigoroso sentimiento de patriotismo y unidad nacional, es una oportunidad estelar para emprender una necesaria y posible, REVOLUCIÓN ECONÓMICA.

Comenzar con el petróleo y PDVSA es necesario, pero ampliando nuestra visión y acción hacia otros sectores, que es lo que permitirá pasar de lo retórico a lo concreto en la ruptura con la concepción de la Venezuela Rentista.

La realización de una amplia consulta nacional, que debe ponérsele fecha de inicio y término precisas, y la posterior sistematización de lo consultado, debe ser el punto de arranque. El carnet de la patria que abarca un universo de más de  18 millones de personas, es una herramienta ágil y bien trajinada, que debe ser usada. Con los trabajadores de base de la industria petrolera, donde la consulta debe ser más profunda y rigurosa es necesario ampliar las herramientas a ser usadas. También hay múltiples opiniones de expertos en materia energética, que deben ser analizadas y tomadas en cuenta, en lo que se considere pertinente.

En el sector petrolero, como en cualquier otra actividad económica que sea considerada, no se parte de cero, ni hay porque detener las iniciativas en marcha. Allí está una Comisión Interventora, de reciente nombramiento que con seguridad, ya debe tener opiniones y aportes que serán de utilidad. Están los Consejos Productivos de Trabajadores, algunos de los cuales han desarrollado iniciativas y tenido algunos avances en ciertas áreas, el plantel refinador entre ellas. Los resultados en la refinería El Palito y en el Complejo de Refinación Paraguana (CRP), ya nos permitirá evaluar lo que hemos avanzado y lo que debemos corregir.

Hay, en mi criterio, algunos aspectos relevantes en el sector petrolero que, por ahora, sólo voy a enumerar:

1) La selección de las áreas a ser priorizadas para la recuperación temprana de la producción. En mi opinión, los crudos livianos y semi livianos deben tener  una  consideración preferencial.

2) Los proyectos de la Faja Petrolífera del Orinoco deben ser evaluados en su

viabilidad financiera e importancia para la actual coyuntura nacional e internacional

3) En materia de Recursos Humanos es necesario hacer una valoración y ajustes en la remuneración salarial y beneficios del personal que se ha mantenido, y frenar nuevos ingresos.

4) El precio de la gasolina debe ser racionalmente ajustado, dentro de una política integral de frenar el derroche y la corrupción del contrabando

5) La industria petroquímica debe ser reorientada en su producción, para atender las  exigencias del sector agropecuario.

El panorama a nivel global es en cierto modo imprevisible, dentro de una clara insostenibilidad del capitalismo. Hay un clima de búsqueda signado por las inseguridades. Hay quienes incluso, en un lenguaje incomprensible para muchos, hablan de la pandemia en desarrollo, como un maquiavélico plan orquestado por la minoría poderosa del 1%, para hacer un reacomodo de su dominio global. Esa minoría claro que existe y a ella nos hemos referido. En una intrincada asociación domina las esferas de las inversiones más significativas a nivel global, y tiene el poder para hacer lo que al común mortal le pudiera parecer una macabra novela de ciencia ficción. Sin embargo, en lo particular, tengo mis reservas que algo de eso esté sucediendo.

 

Traigo lo anterior a colación, por cuanto en lo que sí creo es que no podemos quedarnos de brazos cruzados a la espera de lo que pueda suceder. Cualquier país, no importa cuál sea su desarrollo, saldrá mejor parado del cataclismo que se avecina, en la medida en que sus fortalezas para enfrentar las dificultades sean más de carácter endogeno que exógeno. El apoyarse en sus propias fuerzas será lo determinante, más allá de las solidaridades y acuerdos de cooperación mutua, que con seguridad es necesario propiciar, y van a seguir existiendo. Enfocarnos en producir todo lo que necesitemos, será, pues, la clave del éxito.

 

Vamos, por ahora, a concluir, reiterando lo expresado en anterior artículo, y que es el eje de lo planteado y de nuestras próximas reflexiones: «LA CONJUNCIÓN PLANIFICADA DE LAS POTENCIALIDADES LOCALES, NOS HARÁ FUERTES. DE ESO NOS QUEPA LA MENOR DUDA»

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