Dado que es legítimo invertir en los sectores productivos, útiles y esenciales para la población, el endeudamiento no es malo per se. Sin embargo, la mayor parte del tiempo los países caen en la trampa de la deuda. Frente al aumento de la deuda de los PED, los que defienden el pensamiento económico dominante generalmente afirman: las sumas que se reciben como préstamos serán invertidas en la economía, generarán crecimiento, empleos, mejorarán las infraestructuras, aumentarán el PIB y, finalmente, producirán la riqueza necesaria para el reembolso de la deuda paralelamente a una mejora en los ingresos. En realidad, esta interpretación hace caso omiso del diferencial entre las sumas concedidas en concepto de préstamos y las efectivamente recibidas (mediante las generosas comisiones y honorarios que reciben los acreedores, y también por los tipos de interés), la malversación del dinero público (permitido por el secreto bancario, garantizado y defendido por los grandes bancos privados con el sostén de los gobiernos y de las instituciones como El Banco Mundial, el FMI, la OCDE, los bancos multilaterales regionales como el Banco interamericano de desarrollo, el Banco africano de desarrollo, el Banco asiático de desarrollo, el Banco europeo de desarrollo…), los mecanismos comerciales y los tratados sobre las inversiones extranjeras que empobrecen a los Estados y a su población (tratados de libre comercio, tratados bilaterales de inversiones, repatriación de los beneficios de las multinacionales, etc.), e incluso choques exógenos que debilitan severamente la capacidad de los gobiernos para defender a sus poblaciones si continúan pagando la deuda (efectos catastróficos de la crisis ecológica mundial, crisis sanitaria internacional, crisis económica internacional…). Aquellos y aquellas que explican que el endeudamiento es un paso obligado para los países del Sur si quieren reforzarse y desarrollarse omiten tomar en consideración el hecho de que los PED son muy vulnerables a los factores exógenos. Ninguno de los Países en desarrollo, a excepción de China –que en realidad no forma parte de los PED salvo en las estadísticas del Banco Mundial y de otras instituciones internacionales–, no dispone de una capacidad suficiente para actuar significativamente sobre variables como los tipos de interés internacionales, los tipos de cambio de la moneda nacional frente a las divisas fuertes, el precio de las materias primas (o eso que se llama los términos del intercambio), los grandes flujos de inversiones, las decisiones de las instituciones multilaterales (FMI, Banco Mundial, OMC,…). En caso de afectación con una o varias de esas variables, los PED pueden rápidamente encontrarse asfixiados o en, todo caso, fuertemente desestabilizados.
- Evolución de la deuda externa pública de los PED por tipo de acreedor.
… Mientras que los acreedores oficiales (bilaterales y multilaterales) poseen aproximadamente en valor absoluto un monto estable de la deuda de los PED, señalemos un aumento neto de la parte que poseen los acreedores privados, pasando del 41 % en 2000 al 62 % en 2018. Si los préstamos bancarios evidentemente han aumentado, esa tendencia se expresa esencialmente por el peso de los préstamos obligatorios (o sea, los títulos soberanos vendidos por los PED en los mercados financieros, principalmente en Wall Street).
Contrariamente a los préstamos de los acreedores oficiales, los préstamos privados tienen la ventaja de estar desprovistos de condicionamientos políticos, Pero sus tipos de interés son más elevados y pueden variar según las notas otorgadas por las agencias de notación o según la evolución de los tipos de interés director fijados por los bancos centrales.
2.- Evolución de los tipos de interés
En 1979, el aumento brutal de los tipos de interés de la Fed, por una decisión unilateral de Estados Unidos, fue uno de los dos principales factores que desencadenaron la crisis de la deuda del Tercer Mundo. Debido a la crisis de las subprime en 2007-2008, los bancos centrales estadounidenses y el Banco Central Europeo aplicaron un tipo de interés muy bajo. Sin llegar nunca a mejorar la situación económica, sin embargo, prosiguen con esa política. Con las nuevas conmociones financieras del otoño de 2019 y los efectos colaterales de la Covid-19, eso se debería prolongar, pero ¿hasta cuándo? Si los tipos de interés comenzaran a aumentar, el coste del pago de la deuda aumentaría sensiblemente para los PED. Ese riesgo sale reforzado por el perfil de endeudamiento en divisas de los PED. 75 % están denominados en dólares estadounidenses, 9 % en euros y 4,4 % en yenes
… «El aumento neto de la deuda de los PED, sus bajas notas en los mercados financieros, correlacionadas con el fin del súper ciclo de materias primas y a la ralentización del crecimiento mundial con el fondo de guerra comercial entre Estados Unidos y China, hace temer a los acreedores de suspensiones de pago en serie desde 2020.»
Como lo indicamos, se observa una disminución de los tipos de interés consecutiva a las decisiones de la Fed y del BCE. Aunque más bajos que antes, observemos el nivel de los tipos de interés: en el nivel más bajo ente 2013 y 2015, alcanzaron el 3 % de media, a partir de 2015 remontan de media hasta el 4 %. Como una comparación, países como Francia, Alemania, Japón y Estados Unidos obtenían préstamos en 2019-2010 ya sea con tipos negativos, ya sea con tipos que variaban entre el o % y el 1 %.
Es importante señalar que en este gráfico aparece un aumento de los tipos de interés a partir de 2015. El aumento neto de la deuda de los PED, sus bajas notas en los mercados financieros, correlacionadas con el fin del súper ciclo de materias primas y la ralentización del crecimiento mundial, con el fondo de guerra comercial entre Estados Unidos y China, hace temer a los acreedores de suspensiones de pago en serie desde 2020. En consecuencia, los prestamistas se «protegen» aumentando la prima de riesgo que exigen a los prestatarios del Sur. ¿Se está desarrollando una nueva crisis de la deuda? ¿La trampa de la deuda estará por cerrarse sobre los PED? Varios factores evolucionan en esa dirección, y ahora vamos a ver qué pasa.
3.- Evolución de las cotizaciones de las monedas de los PED
Para estimar el coste de los préstamos realizados por una economía, no solo se debe tener en cuenta los tipos de interés (y las primas de riesgo que encarecen el coste del préstamo), también hay que tener en cuenta la evolución del valor de la moneda del país endeudado con respecto a la moneda en la cual está denominado el préstamo. Si un país se endeuda principalmente en dólares y su moneda pierde, por ejemplo, un 5 % de su valor respecto al dólar, la cantidad a reembolsar aumenta automáticamente. Ahora bien, la mayoría de los países del Sur vieron como su moneda se depreciaba en relación al dólar durante el año 2020. Eso está claramente indicado en la tabla 2.
A excepción de los países del Norte, de los PED de la zona euro, de los 15 países de la zona FCFA (en África del Oeste, África Central y las Comoras), países que hayan indexado su divisa con la de Estados Unidos (por ejemplo Ecuador) y de China, se observa que hay una enorme mayoría de monedas de los PED que se devaluaron durante este período. En realidad, esa devaluación ya estaba desde 2015 , y se aceleró con las consecuencias económicas colaterales del coronavirus.
Varios factores explican esta evolución.
Las clases dominantes del Sur tienen claramente una parte de responsabilidad ya que son las que organizan la fuga de capitales. Efectivamente, las clases dominantes locales compran dólares (u otra divisa fuerte) para colocar su «dinero» con seguridad en los países del Norte o en un paraíso fiscal tropical en lugar de invertir en la economía de su país. Esa compra de dólares con moneda local encarece el dólar en relación a la moneda del país. Eso lleva al Banco Central del país en cuestión a tratar de limitar la devaluación de la moneda local comprándola con dólares que tiene en sus reservas. Y eso es suficiente para disminuir las reservas de cambio. Es lo que pasa en Turquía desde 2015. Y es también lo que está pasando de manera dramática en Líbano en 2020. La disminución de las reservas de cambio del Banco Central reduce su capacidad de efectuar el pago de la deuda soberana en dólares o en otra divisa fuerte, Puede llegar el momento en el que el país se viera forzado a declarar su incapacidad para continuar el pago, o sea, una cesación de pagos parcial o total. Eso es lo que pasó en Argentina y en Líbano en 2020.
Otros actores son también responsable de la devaluación de la moneda local: por ejemplo las grandes empresas extranjeras que repatrían masivamente sus beneficios hacia su sede central situada en el Norte o bien los fondos de inversiones extranjeros que revenden las acciones que compraron anteriormente en la bolsa del país en cuestión. Otro factor que actúa en contra de la moneda local, es la caída en las exportaciones y por lo tanto en los ingresos en dólares obtenidos por la venta de productos exportados en el mercado mundial.
Hay otro factor que explica esta depreciación/devaluación de las monedas del Sur en su relación con el dólar: la brutal caída de los precios de las materias primas desde 2015. (Véase la tercera parte de esta serie). Mayoritariamente destinadas a la exportación, una disminución de su precio significa una disminución proporcional en los ingresos del Estado, y se desequilibra negativamente su balanza comercial (relación entre la los ingresos por exportaciones y los pagos por importaciones). Por consiguiente, las reservas en divisas extranjeras necesarias para el pago de la deuda externa se contraen otro tanto.
Paralelamente, con las depreciaciones, la cantidad de moneda local que se tiene que convertir en dólares con el fin de pagar la deuda externa (o interna si estuviera indexada con el dólar, lo que es bastante común) aumenta fuertemente, según una simple operación aritmética. De hecho, aunque el tipo de interés permaneciera a niveles históricamente bajos, ya explicado aquí, los países deberán echar mano cada vez más de sus reservas de cambio para pagar la deuda. Como los ingresos por exportaciones disminuyen debido a la crisis económica mundial agravada de manera brutal y colosal por los efectos de la Covid-19, la situación se vuelve crítica para toda una serie de PED, incluidos los países llamados emergentes como Sudáfrica (-7,11 %), Argentina (-16,67 %), Brasil (-16,46 %), India (-1,77 %) y también México (-9,46 %). Varios de dichos países están ya en situación de sobreendeudamiento o de suspensión de pagos.
Traducido por Griselda Pinero para CADTM