"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

La épica del pueblo frente al COVID-19

Éramos muchos y parió la abuela, a la Venezuela que ya resiste y lucha contra el bloqueo criminal, se le suma un hecho “natural” y “fortuito” que además de poner en riesgo la salud del pueblo, disminuye las capacidad de los mercados mundiales y tumba los precios de nuestro principal sustento, el petróleo. ¡Nada más! de resto, todo está bien.

Conozcamos la historia

Para quienes quieren comparar la situación actual con hechos del pasado, es válido recordarles que la última vez que Venezuela se vio afectada por una situación similar, fue durante la Gripe Española, que llegó a nuestro país en 1918, en ese momento el gobierno dictatorial de Juan Vicente Gómez, dio una respuesta lenta, negando la existencia de la enfermedad, que para ese momento, afectaba a gran parte de la humanidad.

Según datos históricos, se estima que murieron 25.000 personas en Venezuela, entre ellos un hijo del dictador. Para la época habían alrededor de 2 millones 500 mil habitantes, de los cuales, la mayoría vivía en pobreza y pobreza extrema, sin asistencia médica, pues había 1 médico por cada 5 mil habitantes.

El Coronavirus en Venezuela

Hasta el momento nuestro país ha confirmado 36 casos, en su mayoría en Caracas, pero no en cualquier sector, están ubicados en el este de Caracas. ¿Quiénes adquirieron y trajeron el virus? Pues muy fácil, fueron los ricos de este país, quienes pregonan en el mundo que vivimos en una dictadura cruel, que roba el fruto de su trabajo, pero que andan de vacaciones en Europa y Norteamérica.

Mientras el Gobierno Revolucionario de Nicolás Maduro, toma las decisiones más drásticas, pero correctas en un momento que amerita cortar de raíz la cadena de contagio del virus, el autoproclamado se esfuerza por «tomar el control» de la situación, pero ni sus seguidores le creen. Por el contrario, la medida de Cuarentena Social Colectiva dictada por Maduro, ha sido acatada por el 90% de la población, demostrando una vez más el control político y social de la revolución en Venezuela.

La economía y la estrategia

Producto de la pandemia decretada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), distintos países han buscado salir de la crisis aprertrechándose en sus fronteras para controlar el brote, mientras las Bolsas de Valores de casi todo el mundo, se han desplomado y con ellas, los precios del petróleo.

Venezuela se ve afectada, de inmediato, por los bajos precios del crudo, que agravan la situación interna, provocada por la acción criminal de la administración Trump que busca derrocar a Nicolás Maduro aplicando medidas unilaterales gestionadas y aupadas por los opositores pro Guaidó. Acciones que en este momento, impiden la compra de insumos, medicamentos y alimentos necesarios para atender la demanda en plena cuarentena social.

Pero ¡gracias a Dios! Tenemos a un “bruto” de Presidente, que además de juntarse con “el eje del mal” (China, Cuba y Rusia) que ha dado la cara al mundo con su solidaridad y organización, le dio por retar a Estados Unidos y sus socios, al solicitar al Fondo Monetario Internacional (FMI) un crédito para enfrentar la crisis del nuevo Coronavirus, dejando en el tablero geopolítico internacional, escenarios abiertos para el debate: de aprobarse el crédito, levantan parte de las sanciones y reconocen a Maduro. De negársele, atentan contra la vida de 30 millones de venezolanos.

El Poder Popular responde

Razón tiene el oposicionismo de temer a la palabra “colectivo”, pues es precisamente la conciencia colectiva de la gente organizada en Comunas, Consejos Comunales, Consejos Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), cooperativas, empresas de propiedad social y familiar, las que han permitido enfrentar valientemente a este virus altamente contagioso y de sepultar cualquier idea de “liderazgo” del autoproclamado.

Se pierde de vista la solidaridad popular, que enfrentando el acaparamiento y la especulación, una vez más, ha convertido sus manos y un “simple” tapabocas, en un arma de combate contra el Covid-19 y el egoísmo.

 

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