El año 2020 se inicia con el brutal y cobarde asesinato del Teniente General Haj Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución iraní (IRGC) y de Abu Mahdi al-Mohandes, subcomandante de las fuerzas populares iraquíes Al-Hashad Al-Shabi, ordenado por el agresor Presidente de los Estados Unidos Donald Trump, con el objetivo de desatar una escalada de la tensión en Medio Oriente e intentar disolver la “Coalición de la Esperanza” por la Paz en el Medio Oriente; desde la Misión Diplomática de la República Islámica de Irán en la República Bolivariana de Venezuela, el Embajador Hojjatollah Soltani asegura que Irán seguirá al frente de la lucha contra el unilateralismo, el terrorismo y la manipulación mediática.
El rostro internacional de la Resistencia
“El hoy Martir Soleimani, es el símbolo de la lucha contra el terrorismo durante dos décadas, con mayor énfasis en los últimos siete años cuando apareció el ISIS, la organización terrorista más cruel del mundo creada por la administración Obama, confesada en su libro por Hillary Clinton y denunciada por Trump en múltiples ocasiones, especialmente durante su campaña electoral”, explica Soltaní.
El gran Soleimani fue un pensador, estratega y formador en el campo de la seguridad y defensa, reconocido a nivel mundial, con un significativo historial en la lucha contra el terrorismo contra los grupos terroristas EIIL (Daesh, en árabe), Al-Nusra, Al-Qaeda, en Irán, Irak y Siria, además de la lucha contra el narcotráfico en la frontera iraní con Afganistán.
El gran estratega persa fue responsable de la creación de un arco de influencia o ‘Eje de Resistencia’, en la región de Asia Occidental, que se extiende desde el golfo de Omán a través de Irak, Siria y el Líbano hasta las costas orientales del mar Mediterráneo. También facilitó la incorporación de Rusia y dirigió la Coalición RSII (Rusia-Siria-Irán-Irak) o Coalición 4+1, conjuntamente con el Líbano.
El héroe persa fue reconocido por el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, como “el rostro internacional de la Resistencia”.
EEUU y su doble rasero
“La política de doble rasero de los EEUU existen dos tipos de terrorismo; el terrorismo bueno, que está en línea con las políticas de la política de gobierno e intereses imperiales, para tumbar gobiernos revolucionarios como el del presidente Bashar Al-Assar en Siria, justificando con ello, el envío de apoyo a estos grupos terroristas con armas, medicamentos y alimentos”, afirmó el diplomático iraní.
Por otro lado, están quienes se oponen a obedecer a la Casa Blanca, son etiquetados como el “terrorismo malo, liderado por grupos resistentes revolucionarios que luchan contra el extremismo, el talibanismo y el daeshismo apoyados y patrocinados por los Estados Unidos; entre esos grupos de resistencia están las Fuerzas Armadas de los países, las fuerzas de Al-Hashad Al-Shabi de Irak, la Fuerza de Defensa Nacional en Siria, el Movimiento de Resistencia Islámica del Líbano (Hezbolá), altos oficiales, entre otros, o como el ejército de los Guardianes de la Revolución Islámica de Iran, acusados de grupos terroristas por el presidente Trump en abril de 2019, aun cuando ésta organización militar es de carácter constitucional, como está expresado en el artículo 150 de la carta magna persa de 1979, que fue “formado los primeros días del triunfo de la Revolución, permanecerá organizado para continuar cumpliendo su programa de defensa de la Revolución y de sus conquistas”, agregó Soltani.
El diplomático persa enfatizó que “la política gringa de doble rasero se apoyada en una propaganda basada en acusaciones falsas para justificar atacar a cualquier país, con un gran despliegue mediático que permita manipular a la opinión pública mundial, tal y como ocurrió con el engaño en la retórica bélica de los EEUU sobre las armas masivas químicas, biológicas y nucleares que provocó la Guerra en Irak en 2003 donde atacaron a ese pueblo y asesinaron inocentes”, al igual que reciente ataque de las Fuerzas Armadas norteamericanas, hecho que motivó al pueblo iraquí en manifestar su descontento y rechazo ante la embajada de EEUU, hace apenas dos semanas; así como la salida unilateral de EE.UU. del acuerdo multilateral alcanzado en 2015, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), y ratificado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU), ante el hecho de tratar de ignorar los quince informes técnicos de Agencia Internacional de Energía Atómica que ratifican el uso pacífico del programa nuclear iraní.
Con ello, es de suponer que “si se considera y acepta todo lo que dice el presidente Trump, entonces de manera unilateral, cualquier país puede atacar a otro, para evitar unos supuestos planes que tenía éste, castigándolo sin haber cometido el crimen, de esa forma no habrá paz en el mundo”, aseveró Soltaní, quien además resaltó que por primera vez en 40 años de Revolución, se realizó la reciente reunión del Consejo de Alto Nivel para la Seguridad Nacional, fue dirigida y presidida por el Líder Supremo, demostrando el nivel de importancia en condenar las acciones terroristas de los EEUU y su compromiso en responder con las medidas necesarias ante los organismos internacionales por estos crímenes de guerra”.
Soltaní alertó que “no se trata solamente del asesinato de un general iraní, estamos hablando de la naturaleza del pensamiento punitivo de los gringos y la impunidad de sus acciones violatorias de los derechos humanos como por ejemplo, si cualquier momento deciden asesinar a alguien pueden hacerlo, por lo que es necesario reflexionar que si hoy fue en Irán, mañana podría ser Venezuela, luego China, Rusia o cualquier otro país.
Violación al Derecho Internacional
Ante el asesinato los comandantes de Irán e Irak, el presidente de la Asamblea Consultiva Islámica (Mayles) de Irán, Ali Lariyani, denunció que el hecho ocurrido es “terrorismo de Estado”, el cual es calificado como un claro ejemplo de los crímenes de guerra del gobierno terrorista de Washington y su mayor hostilidad hacia el sistema de la República Islámica. Así como los numerosos crímenes cometidos en los últimos 40 años, que incluyen presión económica y sanciones, operaciones militares y golpe de Estado, guerra indirecta, movilización de grupos terroristas, iranofobia, guerra de poder y el asesinato de varios científicos, funcionarios y ciudadanos iraníes inocentes.
Al mismo tiempo, el uso de la fuerza letal por medio de vehículos aéreos armados no tripulados en el asesinato selectivo del teniente general iraní Qasem Soleimani y del iraquí Abu Mahdi al-Mohandes, “viola el derecho internacional de los derechos humanos” según expresó la relatora especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre Asesinatos Selectivos y Ejecuciones Extrajudiciales, Agnes Callamard; por lo que “las acciones contra un Estado miembro de la ONU para eliminar a agentes de otro Estado miembro en territorio de un tercer Estado soberano sin su conocimiento, constituyen una flagrante violación de los principios del Derecho Internacional que merece ser condenado», según aseveró el canciller ruso, Sergei Lavrov.
Asimismo, el presidente iraní afirmó que el inquilino de la Casa Blanca “cometió un grave error con lo sucedido en Bagdad”, convocando a que “todos los países adopten una postura unánime condenando éste terrorismo de Estado liderado por Estados Unidos y que representa una amenaza para nuestra región”.
40 años de Resistencia Antiimperialista
La Revolución Islámica del pueblo persa ocurrida en 1979, terminó con la monarquía dictatorial Pahlavi, de gran trascendencia histórica que salvó a Irán del servilismo ante EE.UU, siendo un hito para la nación y el Medio Oriente.
Durante la conmemoración del aniversario número 40 de la victoria, el presidente iraní Hasan Rohaní dijo que “La Revolución Islámica fue una esperanza para los oprimidos y un terremoto para EE.UU. y los sionistas (Israel)”.
A lo largo de 40 años, frente a las presiones políticas y sanciones unilaterales por parte del imperio estadounidense, con medidas financieras, bloqueo económico y mediático, amenazas y agresiones belicistas, Irán se ha convertido en la nación más influyente de la región, reconocida por su labor y el compromiso de su Gobierno con los países del Medio Oriente como Siria, Irak, Palestina, Líbano y Afganistán, transformándolo en uno de los primeros países independientes de la región y de los pocos verdaderamente independientes del mundo, gracias a la actitud del pueblo iraní que se ha mantenido y salvaguardado su independencia política.
Coalición de la Esperanza por la Paz en el Medio Oriente
La orden de asesinar al militar que era el cerebro estratégico detrás de las acciones de Teherán en Medio Oriente, considerado el segundo hombre más poderoso en su país después del ayatolá Alí Jamenei, líder supremo de Irán; junto con la declaración del Presidente Donald Trump justificando que «Actuamos anoche para parar una guerra. No actuamos para iniciar una guerra», apuntan a la búsqueda de una escalada de conflictos regionales con el objetivo certero de acabar con la nueva propuesta de Irán para lograr mantener la seguridad, la paz, la estabilidad y la prosperidad en la región, sin injerencia extranjera.
Dada la importancia estratégica que tiene la región de Ormuz en el comercio mundial y de la energía, Estos conflictos regionales y las intervenciones extranjeras han impedido que se logre la paz y la estabilidad en la región; Irán ha buscado solucionar los asuntos de la región por vías pacíficas, tras ofrecer el plan de seguridad en el Golfo Pérsico en 1985, el plan del Diálogo de las Civilizaciones en 1997, el Plan del Mundo contra la Violencia en 2013, el Foro del Diálogo Regional en 2014, el plan de Paz de Yemen en 2015, el plan del Proceso de Astaná en 2017 y el plan del Tratado Regional de la Prohibición de la agresión en 2019.
Durante los años, Irán comprendió que para alcanzar estos objetivos, en su estrategia era necesario encomendar la tarea de “canciller en temas de guerra y paz” a Teniente General Haj Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución iraní (IRGC), logrando avanzar en la construcción de una unidad revolucionaria en la región, de diálogo, apoyo y cooperación mutua.
Luego de los intentos de Washington por sembrar la inseguridad en el Golfo Pérsico y el estratégico estrecho de Ormuz, a fin de usarlo como excusa para un aumento militar en esta región, los esfuerzos terroristas, la confrontación de las raíces ideológicas y la distorsión de religiosa del Islam y en momentos en los que la región del Golfo Pérsico es epicentro de una escalada de tensiones, concretamente después de que EE.UU. buscara crear una misión naval en la zona, so pretexto de proteger la libre navegación y hacer frente a la República en el marco de su política de máxima presión contra Irán.
El presidente iraní, Hassan Rohani, en su discurso en el septuagésimo cuarto (74.º) período de sesiones de la Asamblea General de ONU, el pasado 25 de septiembre de 2019, además de especificar las posturas regionales e internacionales de Irán, ofreció el plan de la paz regional bajo el título “Iniciativa de paz de Ormuz” o “Coalición de Esperanza”, como una responsabilidad histórica para el mantenimiento de la paz, la estabilidad y el desarrollo en la región del Golfo Pérsico que invita a todos los países afectados.
El plan denominado «Esperanza por la Paz en Ormuz» (HOPE, por su sigla en inglés), es el mecanismo de integración que proporciona un buen marco para que los países regionales consoliden la paz y la estabilidad, que promueve la cooperación bilateral y multilateral, basada en los principios de las Naciones Unidas, con el objetivo de salvaguardar la seguridad colectiva del Golfo Pérsico, el estrecho de Ormuz y el mar de Omán, mediante una colaboración entre los países regionales y sin la participación de fuerzas foráneas.
Sus objetivos incluyen, promover la solidaridad, el entendimiento común y las relaciones pacíficas y amistosas entre los países de la región, para garantizar la integridad territorial, la independencia política y la cooperación en la erradicación del terrorismo, el extremismo y las tensiones étnicas”.
Con su presentación oficial ante la ONU, el canciller iraní emprendió la tarea de dar a conocer el Plan Hope, mediante el diálogo y la diplomacia de paz con los países del Oriente Medio, promoviendo la creación de consejos regionales para entablar un diálogo interregional, confiar en las personas y las fuerzas nacionales, y fortalecer las relaciones con los países vecinos, articulando “una estrategia colectiva” tiene entre sus metas, garantizar una seguridad colectiva para el libre tránsito de petróleo y suministro de energía, así como asegurar y garantizar el libre tráfico marítimo de buques mercantes y cisterna, de esta zona a otras partes del mundo. También los países deben comprometerse con promover el control de armas, adoptar medidas para construir la seguridad y establecer una zona libre de armas de destrucción masiva, además de prevenir los futuros conflictos en la región y solucionar los existentes
Además, los países regionales deben comprometerse con promover el control de armas, adoptar medidas para construir la seguridad y “establecer una zona libre de armas de destrucción masiva, además de prevenir los futuros conflictos en la región y solucionar los existentes.
En un último intento para convencer a países para que se adhieran al plan de paz de Ormuz, con apenas tres meses, el canciller iraní propuso la firmar el Pacto de No Intervención y No Agresión de Ormuz”, antes de proponer la creación de fuerzas de tareas para desarrollar mecanismos que facilitarán la materialización de los objetivos políticos, económicos, humanitarios y militares.
Esta propuesta iraní ha mantenido en alerta a los EEUU, quien no puede permitirse perder el liderazgo como proveedor del mercado armamentista, que amenaza la expulsión de las bases militares norteamericanas y extranjeras del Medio Oriente, la confrontación con el Régimen Sionista de Israel, y el abandono de los países aliados en la región.