El territorio del departamento de Arauca (300 mil habitantes) en Colombia y el del Estado de Apure (230 mil habitantes) en Venezuela conforman una unidad espacial separada por las fronteras de los dos Estados.
En esta zona han ocurrido, en los primeros días del 2022, hechos sangrientos que se han cobrado la vida de varias decenas de personas y propiciado grandes desplazamientos de población campesina.
La explicación sobre la violencia que se presenta allí es un relato construido y difundido por el Ministerio de la Defensa de Colombia y el Comando Sur de los Estados Unidos con mucha injerencia en el cuadro bélico que se ha ido conformando a lo largo de la frontera colombo-venezolana.
El ministro Diego Molano de Colombia, encargado de los asuntos militares del Gobierno uribista de Iván Duque ha vendido el relato de un enfrentamiento entre dos grupos guerrilleros (con una presencia histórica de décadas), el Frente Domingo Laín del ELN y el Décimo Frente (Martin Villa) de las Farc, bajo el liderazgo de Iván Lozada, Gentil Duarte, Jonier M y Arturo Ruiz. Las disputas y peleas entre estas dos agrupaciones serían la causa de los hechos violentos que han tenido amplio impacto tanto en Venezuela como en Colombia.
Sin embargo, esta versión ha sido desmentida por la propia Fiscalía colombiana. Aunque el ministro de Defensa Molano sostuvo que las muertes ocurrieron en medio de enfrentamientos por el control de finanzas ilícitas entre el ELN y disidencias de las Farc en esta zona de frontera, el fiscal Barbosa ha informado que los 27 cuerpos tienen heridas por arma de fuego a corta distancia, en la modalidad de sicariato, por lo que descartó combates.
De acuerdo con el Fiscal, los primeros hallazgos indican que no hubo un enfrentamiento, sino que hombres armados obligaron a las víctimas a salir de sus casas.
Los reportes dan cuenta de que las víctimas fueron obligadas a salir de sus viviendas por hombres armados. Algunas habrían sido llevadas a Venezuela, asesinadas y posteriormente trasladadas a territorio colombiano. Otras murieron en Colombia, pero los cuerpos los abandonaron en lugares lejanos a sus residencias, afirma Barbosa.
Obviamente que el Fiscal de Colombia también se mueve en la línea del relato uribista del gobierno de Duque para insistir en el enfrentamiento del ELN contra las Farc.
Sin embargo, la masacre ocurrida en este territorio fronterizo en los primeros días de enero lo que está indicando es que allí el Comando Sur y el Ejército colombiano han proyectado un escenario de guerra hibrida (GH).
Por eso este concepto de GH resulta más adecuado para intentar un análisis objetivo de estos hechos de sangre.
Un conflicto y una guerra hibrida es un diseño de la Marina de los Estados Unidos que trasciende la visión convencional de la confrontación bélica (Primera, Segunda Guerra Mundial y Guerra del Vietnam) en la que se utilizan de manera simultánea recurso militares, psicológicos, comunicacionales, económicos, geopolíticos y políticos.
Las campañas mediáticas con mentiras y falsas verdades, la guerra psicológica, el uso de grupos mercenarios, la manipulación con brazaletes y simbologías de los adversarios (ELN y Farc), la infiltración de agentes encubiertos entre los grupos guerrilleros y la elaboración de explicaciones carentes de sustento en los hechos, hacen parte del arsenal utilizado en este tipo de conflictos no convencionales.
En la guerra que adelanta el Comando Sur de Estados Unidos contra el gobierno legítimo de Venezuela, el elemento militar, comunicacional, político y psicológico es parte esencial de la configuración de un escenario de guerra a lo largo de la frontera entre Venezuela y Colombia.
Lo sucedido en Arauca-Apure es un típico caso de esta modalidad hibrida del conflicto militar que se pretende profundizar para acelerar la destrucción del gobierno de Nicolás Maduro en Caracas.
La advertencia de las autoridades venezolanas en el sentido de que se pretende dar forma a un “falso positivo” por parte del Ministerio de Defensa de Colombia, para justificar un escalamiento de las operaciones tiene, es absolutamente consistente.