Queremos vivir en un mundo de paz y colaboración. En un mundo multipolar y pluricéntrico
Serguéi Lavrov
Es de suponer que la gran mayoría de los terrícolas coincidimos instintiva, emocional y racionalmente con el ministro de relaciones exteriores de Rusia.
Ansiamos vivir en un mundo negado por las elites de la superpotencia estadounidense autora y propiciadora de toda clase de crímenes en defensa de una hegemonía seriamente competida por la exitosa “emergencia” de la República Popular China y la acelerada recuperación de la Federación Rusa.
Crímenes entre los cuales es importante destacar dos que, independientemente del giro que tomen las confrontaciones duras, blandas, de viejo o nuevo tipo… activas en este momento, nos vienen afectando desde hace rato: los biológicos y los comunicacionales.
A pesar de vivir en pandemia, de estar familiarizados con el tema de las agresiones biológicas (el LLanero Solitario luchaba hace más de 50 años contra la amenaza del ántrax), la humanidad -incluincluidos nosotros, testigos de la extraña “muerte” de Chávez y de la proliferación de cánceres entre gobernantes defensores de la soberanía de los pueblos- ha quedado boquiabierta y aterrada ante la cantidad de instalaciones clandestinas productoras de armas químicas y biológicas instalados y dirigidos por EEUU en Ucrania y otros países comandados por cipayos. Innecesario explicar las posibles consecuencias de su activación.
Consecuencias menos obvias en el caso de los crímenes comunicacionales, nada novedosos pues desde tiempos inmemoriales los grupos de poder le han negado información, han manipulado y tratado de adocenar y embrutecer a la plebe. Acciones llevadas hoy en día a dimensiones inimaginables gracias al desarrollo de las tecnologías de información y su fusión con los medios de comunicación, los de entretenimiento y la inteligencia militar.
Fusiones creadas por las mafias dominantes con el fin de convertir a la desinformación y a la manipulación cognitiva en soportes difusos de su barbarie. Justificadores tanto de las acciones del hegemón tambaleante contra los gobiernos que no aceptan el liderazgo de Washington, como de las medidas represivas locales adoptadas contra los estadounidenses y demás pueblos que se rebelan contra gobernantes que sí lo aceptan.
Afortunadamente, la tecnificación y monopolización de la desinformación y la manipulación física, psíquica y cognitiva de la población no están alcanzando sus objetivos. No han logrado ocultar la crisis integral que estamos atravesando, ni la desesperación, las intenciones y el ejercicio de todo tipo de violencia por parte de los amos del capital y del poder empeñados en defender a cualquier costo lo indefendible: la apropiación exclusiva de los recursos del planeta, la dominación y explotación de la “población económicamente activa” y el exterminio de la “sobrante”.
Es responsabilidad de todo ser sentipensante contribuir al desmontaje de campañas alienantes y difundir información en pro de la Vida, la Justicia, la Paz, la Armonía y la Equidad en nuestro Planeta.
Venceremos