Por Mariakarla Nodarse Venancio y Alex Bare
Cuba fue designado de nuevo como Estado patrocinador del terrorismo el 12 de enero de 2021, en el ocaso de la presidencia de Trump. La decisión del presidente Obama de retirar a Cuba de la lista en 2015 representó un importante paso en los esfuerzos de su administración por forjar una relación más constructiva con Cuba. La lista SSOT puede ser una herramienta importante para contrarrestar el terrorismo global, pero su aplicación en el caso de Cuba es —en el mejor de los casos— cuestionable. Más allá de servir como caballo de batalla en la arena política, la designación también tiene efectos tangibles que hacen más difícil la vida de las personas de Cuba, tanto dentro como fuera de la isla. La administración Biden debería cumplir su promesa de retirar a Cuba de la lista, a medida que el costo humano de la designación se continúa haciendo más evidente.
¿Qué es la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo?
La Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo (SSOT, por sus iniciales en inglés) es un mecanismo de política exterior que sanciona a los países que la Secretaría de Estado de Estados Unidos considera que han prestado apoyo a actos de terrorismo internacional. Además de Cuba, otros tres países están actualmente etiquetados como Estados patrocinadores del terrorismo: Corea del Norte, Irán y Siria. La designación está destinada a países que han “prestado apoyo repetidamente a actos de terrorismo internacional”, pero no se impone sobre la base de abusos de los derechos humanos, retrocesos autoritarios u operaciones militares que carezcan de un elemento de terrorismo internacional.
El perfil de un estado patrocinador del terrorismo está claramente definido en la ley, pero a menudo se pasa por alto en los debates políticamente cargados sobre la designación de Cuba. La base legal de la designación está consagrada en tres leyes: la sección 1754(c) de la Ley de Autorización de Defensa Nacional para el Año Fiscal 2019, la sección 40 de la Ley de Control de Exportación de Armas y la sección 620A de la Ley de Asistencia Exterior de 1961. En conjunto, las cuatro categorías principales de sanciones resultantes de la designación incluyen restricciones a la ayuda exterior estadounidense, una prohibición de las exportaciones y ventas de defensa, ciertos controles sobre las exportaciones de productos de doble uso y restricciones financieras y de otro tipo diversas. La designación también implica una amplia gama de sanciones que penalizan a las personas y países que realizan determinados intercambios comerciales con los patrocinadores designados del terrorismo.
¿Cómo justifican actualmente la inclusión de Cuba en la lista SSOT?
Cuba fue incluida por primera vez en la SSOT del Departamento de Estado durante la administración del presidente Ronald Reagan en 1982 por presuntos vínculos con el terrorismo internacional y el apoyo a grupos terroristas en América Latina. Al no exigirse una revisión periódica de los países designados para la SSOT, Cuba permaneció en la lista hasta mayo de 2015, cuando fue retirada tras una amplia revisión del Departamento de Estado poco después de que el presidente Barack Obama anunciara que Estados Unidos normalizaría sus relaciones con Cuba. En ese momento, Cuba acogía las negociaciones de paz entre el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que en ese momento estaba designada como organización terrorista. La administración Biden revocó la designación de las FARC como organización terrorista extranjera el 30 de noviembre de 2021. A partir de 2018, dirigentes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) también estuvieron en Cuba para mantener conversaciones de paz con el gobierno colombiano.
Sin embargo, las conversaciones de paz con el ELN se paralizaron tras un mortífero atentado con coche bomba que arrasó una academia de policía en Bogotá en 2019. La administración Trump volvió a incluir a Cuba en el SSOT en enero de 2021, supuestamente por albergar a fugitivos estadounidenses y rechazar la solicitud de extradición de Colombia de miembros del ELN, que reivindicó la autoría del atentado. Cuba se negó a acceder, alegando que la extradición violaría los protocolos establecidos como garante de las conversaciones de paz entre el ELN y el gobierno colombiano. El Ministerio de Asuntos Exteriores noruego —otro garante clave de las conversaciones de paz— se mostró de acuerdo.
Cuando el presidente colombiano Gustavo Petro asumió el cargo el año pasado, anunció que la solicitud de extradición sería retirada como parte de su iniciativa de “paz total”. Cuba, por su parte, está dispuesta a volver a ser la pieza central de las conversaciones de paz como anfitrión y garante, con la esperanza de repetir el éxito del acuerdo que negoció con las FARC en 2016. Sin embargo, la administración Biden-Harris ha mantenido el estatus de La Habana como patrocinador del terrorismo.
¿Qué impacto tiene la designación en las personas de Cuba?
La inclusión de Cuba en la lista va mucho más allá de aislar al ejército cubano y tachar al país de adversario. Las consecuencias más atroces se derivan del mayor riesgo asociado a cualquier tipo de ayuda humanitaria, negocio, inversión y comercio que implique a Cuba y, por extensión, a los ciudadanos cubanos.
La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) ha tenido conocimiento de varias formas comunes en que las ciudadanas y los ciudadanos cubanos han sido impactados. Algunos ejemplos ilustrativos incluyen:
A los cubanos con ciudadanía extranjera que reúnen los requisitos para una exención del Sistema Electrónico de Autorización de Viaje (ESTA, por sus siglas en inglés) a Estados Unidos se les ha cancelado o denegado la exención.
A los cubanos residentes en la Unión Europea se les han denegado cuentas bancarias o se les han congelado las existentes, ya que su nacionalidad los convierte en clientes de “alto riesgo”.
Algunas universidades de Estados Unidos tienen prohibido apoyar investigaciones u otros trabajos de cubanos, artistas, escritores, académicos, activistas y periodistas de riesgo que residen en la isla.
A los grupos religiosos se les han congelado los fondos y bloqueado los envíos de ayuda humanitaria.
Las personas que intenten hacer una transferencia de dinero por PayPal o Wise a familiares en Cuba pueden ver sus fondos congelados y sus cuentas bloqueadas.
- Ayuda humanitaria
La designación en la lista de terroristas crea obstáculos adicionales para la entrega de asistencia humanitaria en un momento en que el país está lidiando con la escasez de productos básicos y suministros médicos que se han visto exacerbados por el persistente impacto económico de la pandemia, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses durante la administración Trump, el embargo de décadas de duración y un aumento mundial de los precios de los alimentos tras la invasión rusa de Ucrania. Bancos, instituciones financieras y vendedores internacionales han dejado de facilitar tanto el comercio regular como la cooperación con grupos religiosos que buscan proporcionar apoyo humanitario y de desarrollo a Cuba. Temerosos de ser acusados de instigar el terror y de las cuantiosas multas que conlleva una infracción, la mayoría de los bancos se niegan a procesar pagos cubanos y han congelado los fondos para actividades religiosas y humanitarias permitidas, lo cual exige una licencia adicional.
Recientemente, un grupo religioso estadounidense se enfrentó a importantes obstáculos para enviar un cargamento médico a Cuba. Sus socios europeos habían conseguido que un transportista europeo llevara un contenedor de suministros a Cuba. Sin embargo, el banco estadounidense que actuaba como agente congeló los fondos y exigió una licencia especial de la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos. Han pasado tres meses desde que los socios solicitaran esa licencia sin obtener respuesta, lo que ha bloqueado de hecho el envío.
- Problemas financieros y bancarios derivados del aumento del riesgo y del exceso de cumplimiento
Como consecuencia de la designación de SSOT, los bancos, las instituciones financieras, las empresas y los inversores dudan a la hora de relacionarse con Cuba, una práctica conocida como sobrecumplimiento.
La presencia de Cuba en la lista limita a los particulares la apertura de cuentas bancarias en el extranjero, el uso de instrumentos para cobros y pagos internacionales, el acceso a empresas fintech y banca digital, y la contratación de servidores y servicios online. Estas barreras no solo ahogan las pocas vías disponibles para que los cubanos amplíen el crecimiento y el desarrollo del sector privado, que la administración Biden se ha comprometido a apoyar, sino que también son un obstáculo para los cubanos que viven en el extranjero.
La designación de SSOT tiene un efecto amedrentador sobre las empresas, incluidas las inversiones en banca o telecomunicaciones, que son cruciales para promover el tipo de transformación esencial para ampliar la libertad en la isla. A su vez, incluso cuando se amplíe el comercio exterior directo, las empresas privadas encontrarán restricciones a la compra de productos fabricados en EE.UU. e incluso de bienes producidos en terceros países que incorporen un alto contenido de insumos procedentes de EE.UU.
III. Intercambios académicos y viajes
Los académicos de Florida han advertido de que la designación obstaculizaría su capacidad de investigación. Una ley de Florida de 2006 prohíbe el uso de fondos públicos para viajes hacia o desde países incluidos en el SSOT. Por lo tanto, la designación impide no sólo la capacidad de las instituciones educativas del estado para llevar a cabo importantes investigaciones, sino también para proporcionar apoyo a los académicos cubanos. Por ejemplo, la Universidad Internacional de Florida no puede utilizar sus fondos para pagar viajes desde la isla, ni siquiera para un programa expresamente diseñado para activistas, artistas, escritores, académicos y periodistas, en riesgo de persecución. Además, la posición de Cuba en el SSOT requiere que los viajeros extranjeros de países incluidos en el ESTA —un programa de exención de visados para más de 40 países, entre ellos la Unión Europea, Japón y Corea del Sur, que visitaron Cuba a partir del 21 de enero de 2021, cuando Cuba fue reincorporada al SSOT— soliciten un visado en el Consulado General o la Sección Consular de la Embajada de EE.UU. en su país de origen. Esta política fue implementada por la administración Biden-Harris y probablemente tendrá un impacto negativo en la industria turística de Cuba. España, Alemania, Francia e Italia figuran entre las ocho principales nacionalidades de los turistas que visitan la isla.
¿Por qué retirar a Cuba de la lista SSOT beneficiaría a las personas de Cuba?
Las organizaciones humanitarias y religiosas podrían proporcionar ayuda para hacer frente a los graves problemas a los que se enfrenta el pueblo cubano, como la escasez de alimentos y medicinas vitales.
La reducción de los límites a las transacciones financieras beneficiaría al sector privado y le permitiría expandirse. El aumento del turismo podría impulsar así la economía, beneficiando a las familias cubanas que se enfrentan a una crisis económica muy grave.
El ambiente mejoraría si el diálogo bilateral entre Estados Unidos y Cuba se ampliara más allá de la migración y la aplicación de la ley para incluir discusiones sobre derechos humanos. Esto último es muy importante dado el aumento de la represión, las sentencias desproporcionadas y la violación del derecho al debido proceso que persisten tras las protestas del 11 de julio. Ahora más que nunca, es necesario un diálogo constructivo para abogar por la liberación de los presos políticos y la mejora de las condiciones de los derechos humanos en la isla.
Permitiría ampliar los programas de protección para artistas, académicos, activistas y periodistas que actualmente son objeto de persecución o están en prisión.
¿En qué punto se encuentra la causa para retirar a Cuba de la lista SSOT?
Poco después de asumir el cargo, funcionarios de la administración Biden indicaron que revisarían la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo. El secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, reiteró este punto en octubre de 2022 en una conferencia de prensa con el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien expresó sus propias objeciones a la designación terrorista de Estados Unidos. A pesar de estas promesas, no se han logrado avances reales.
Aunque el presidente tiene autoridad para revisar y rescindir la designación de un país en virtud de la sección 6(j) de la Ley de Administración de Exportaciones, la Ley FORCE se ha vuelto a presentar en el Congreso actual. De aprobarse, impediría al poder ejecutivo retirar a Cuba de la lista a su antojo. El 28 de marzo, la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes estudiará el proyecto de ley para recomendarlo al pleno.
Por el momento, la Casa Blanca tiene la sartén por el mango en la configuración de la política hacia Cuba. El gobierno de Biden y los miembros del Comité de Asuntos Exteriores deberían seguir las recomendaciones de los analistas políticos y de los grupos de derechos humanos y religiosos que sostienen que la inclusión de Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo no es acertada y tiene un impacto negativo en el pueblo cubano.
28 Mar 2023